Hace unos meses releí aquella novela de George Orwell, la de 1984 y el gran hermano te vigila. No se puede sino hacer símiles con lo que pasa en muchas cosas, por ejemplo, la vida política de México, siempre hay un ojo que te está vigilando, o al menos te tiene cooptado de distintas formas.

Es muy divertido y de hueva aparte, los oráculos que salen a hablar de las lecciones que dejan las elecciones cualesquiera que sean, pero en este caso, hablan de las recientes de Coahuila e Hidalgo. Ya después hablarán de los acomodos en los congresos (como plataforma para delinquir).

¿Por qué?, por lo consabidos perdedores, ganadores, reposicionados, los muertos que reviven, los que ven la oportunidad de hacer negocio y a los que se les fue después de meterle varo al candidato.

Porque es lo mismo siempre, el gran hermano, un círculo vicioso. Siempre será lo mismo mientras tengamos la misma clase política (todos).

Van las lecciones que creo dejan estas recientes elecciones:

1. El gran perdedor no es Morena, es el PAN que está apunto de la inanición política y su presidente Cortés ha servido para nada. Literal para nada. Ahora imagínense a los Calderón con un partido aprobado: ¡no bueno!, el acabose en pleno 2020.

2. Los mexicanos, coahuilenses e hidalguenses somos los otros grandes perdedores, de qué sirvieron (es pregunta), los ejemplos de los nefandos hermanos Moreira en Coahuila, o del oscuro Osorio Chong en Hidalgo y ¡los volvemos a votar!, lo dicho: no tenemos memoria, y si la tenemos convenientemente la mandamos a enfriar un rato como alzheimer prematuro.

3. Morena perdió pero tiene toda la estructura económica y social para re-modificar las sucesivas (AMLO se meterá). Es claro que el ya lerdo objeto de museo Muñoz Ledo (antes respetado) ha tirado por la borda el cierre de una vida política digna con su pelea de kínder con Mario Delgado, alguien que parece fresco pero que hace uso de los mismos artilugios de los políticos viejos, con tal de lograr asideros. No, no es que la ropa sucia se deba lavar en casa, que se lave en las azoteas, pero que se vea colgada blanca y limpia. Claro está que ese factor pesó.

4. Otro perdedor es AMLO, de qué sirve crear un partido si han buscado destrozarlo una vez que ya no está. Ahora, para mal, tendrá que volver a meterse en él y arreglar las cosas, pese a que esto sea un acto completamente irregular. Pero siempre se ha hecho, bastaba más.

5. ¿Se puede derrotar a AMLO en la intermedia o en la buena?, quizá, si la estrategia ultraconservadora, mezquina y falaz se acompaña de ideas reales, proyectos de recuperación económica, ecológica y política-social verdaderas, ah y un personaje real no ficticio como los que existen actualmente. Hay uno o dos contados, uno que sirva de puente para transversal en el PRI, PAN, PRD y MC. Si logran hacerlo podrían cambiar su destino (de ellos), ¿del país?, híjole está por verse.