Esta semana se apagó una de las estrellas del firmamento artístico mexicano, la gran flor Silvestre. Por su edad, por su trayectoria ya no interpretaba, ya no cantaba, ya no actuaba, pero es un referente de esa música ranchera mexicana, de ese folklor popular, porque sin duda lo que nos hace únicos, lo que nos da identidad, lo que nos da este amor por lo nuestro es exactamente nuestra cultura popular, nuestras tradiciones, nuestro folklor y no podemos hablar de ello sin que mencionemos precisamente a una de esas voces.

El nombre real de Flor Silvestre era Guillermina Jiménez Chabolla, nacida en el estado de Guanajuato, y que en atención a una película que estrenó cuando ella tenía 13 años llamada “Flor Silvestre” fue que eligió ese nombre que la acompañaría toda su vida.

Una mujer con unas características físicas bellísima, una mujer muy recia en su rostro, pero una sensualidad tan ranchera que la hizo uno de los rostros más bellos de México. Cuando actuó en la película “La Generala” junto con la gran María Félix se hizo esa comparación, de quien se veía más bella, si “La Doña” o la gran Flor Silvestre.

Su carrera inicia como la de muchos, con esa naturalidad, con esa facilidad, con esa intuición musical de la que fueron dueños muchos artistas, y es así como incursiona en la música ranchera cantando en reuniones familiares, en fiestas de pueblo se subía a cantar y empezaron a ver que había algo en esa joven Guillermina. Posteriormente empieza a grabar sus discos, incursiona en el cine y es cuando viene un parteaguas en su vida, porque su trayectoria personal es admirable.

Ella estuvo casada en segundas nupcias con el gran locutor, cronista taurino Paco Malgesto, tienen 2 hijos Francisco y Marcela Rubiales y grabando unas películas es como conoce a Antonio Aguilar y desde 1958 no se separaron, teniendo con él 2 hijos Antonio Aguilar Jr y Pepe Aguilar, cuya hija Ángela Aguilar está hoy causando mucho revuelo.

Una interpretación que no hay quien supere como la canta la gran Flor Silvestre es la de “Cielo Rojo”. Así fue la trayectoria de la inmensa Flor Silvestre a quien hoy recordamos.