Hay 2 fechas importantes para los cristianos durante el año, una es el nacimiento de Cristo y la otra es la celebración de la Pascua. Para ese segundo evento se separa toda una semana, conocida como la Semana de la Pasión, la Semana Mayor o Semana Santa. Las fechas de la Semana Santa se determinan a partir del calendario lunar. Así, el domingo posterior a la primera luna llena después del inicio de la primavera en el hemisferio norte es el Domingo de Pascua (también conocido como Domingo de Resurrección).

Durante ese período conmemoramos el Jueves Santo y también el Viernes Santo, pero la celebración empieza el domingo anterior a la pascua, conocido como Domingo de Ramos. El Nuevo Testamento concede una gran importancia a ese evento en la vida y ministerio de Jesús. También es conocido ese evento como la Entrada Triunfal de Jesús a Jerusalén.

En el Evangelio de Lucas capítulo 19 describe que Jesús envió a dos de sus discípulos a una aldea para que desataran a un pollino y les dijo que se lo llevaran.

Jesús estaba preparando todo para entrar a la ciudad y cumplir las profecías que hacían mención de la venida del Mesías.

Muchos años antes el profeta Zacarías había escrito:

Zacarías 9:9 Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.

La entrada triunfal de Jesús cabalgando en Jerusalén se predice aquí, quinientos años antes de que ocurriera.

Mat 21:6 Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó;

Mat 21:7 y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima.

Mat 21:8 Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino.

Mat 21:9 Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!

La alfombra roja es tradicionalmente utilizada para marcar la ruta que recorren jefes de Estado en ocasiones formales o ceremoniales y ha sido adoptada en las últimas décadas en eventos donde acuden personas importantes o celebridades.

Pues ante la entrada de Jesús fue más espectacular, ya que la gente se despojó de sus vestimentas para que se sentara Jesús al montar sobre el lomo del asno. Además de eso, arrojaban sus ropas sobre el camino por donde iba a pasar como un gesto de honor y celebración. Ellos lo reconocían como aquel Rey que iba a salvarlos de la opresión romana.

En la actualidad, ya sea por la presión de la contingencia causada por el virus, o por una devoción pura, mucha gente está volteando a Jesús. Démosle la bienvenida.

Cuando las potencias mundiales se están doblegando ante la crisis de la pandemia, cuando ni el dinero, ni nada puede evitar ser sobrepasados por una invasión de un enemigo invisible, el único que puede salvarnos es Dios.

Recordemos que los mismos que gritaban hosanna y bendecían a Jesús, unos días después le gritaban “crucifícale” y lo maldecían.

No repitamos ese mal comportamiento, pero recibamos a Jesús como nuestro Rey, como nuestro único Salvador.

Oración:

Jesús, sé nuestro Rey y Señor. Ante ti rendimos nuestro ser. Ponemos nuestras vidas a tus pies. Amén.