Elena Anaya se acerca al Día de Fieles Difuntos

Elena Anaya se acerca al Día de Fieles Difuntos

César Huerta Ortiz | www.eluniversal.com.mx| | Sábado, 10 de Octubre de 2015| 08:56

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El Día de Muertos mexicano, dice Elena Anaya, es una manera mágica y tierna de ver un tema duro como lo es el saber que todas las personas que actualmente habitan el planeta, desaparecerán algún día.

A la actriz española quien ha trabajado con Pedro Almodóvar en La piel que habito o Gael García Bernal en Bendito infierno, habla emocionada del otro lado del auricular.

El tema de la partida final ha estado con ella desde que rodó Todos están muertos, coproducción mexicana, que llega esta semana a cines.

En ella interpreta a una cantante que en su juventud fue exitosa, pero la muerte de su hermano en un accidente, la recluye en casa.

Un día, ya siendo madre, su consanguíneo se le aparece y le cambia la vida que lleva hasta el momento.

"A mí la película me colocó en un lugar más cercano, abierto a la muerte, pero también a entender muchas cosas no sólo con ella, sino con vivir todo el día con energía por el simple hecho de estar aquí.

"Lupe (nombre de su personaje) se dice en algún momento que se había olvidado que estaba viva y seguía en este mundo y esta historia habla de ese tipo de muerte, del que no quiere seguir siendo presente", apunta.

Todos están muertos, donde comparte créditos con las mexicanas Patricia Reyes Spíndola y Angélica Aragón, esta última en el papel de su madre, le llegó prácticamente siendo una idea vaciada en diez páginas.

La frescura que vio en la historia, sin la necesidad de usar efectos especiales para ver a su hermano muerto que regresa, la cautivaron.

Después de todo la realizadora española Beatriz Sanchis dedicó cuatro años de su vida a la manufactura del largometraje rodado casi por completo en una casa madrileña que estaba por ser derrumbada.

"Es un personaje más de la película y que se cuenta muy bien, pues tenía ese sótano del pasado donde conviven los personajes.

"Se tuvo la suerte de que podíamos estar ensayando mientras se hacían los decorados, adaptando esos espacios a la cámara que necesitaba la historia", considera Elena.

Podía contarse, agrega, la historia de esta chica que muy joven alcanzó la fama absoluta.

"Y de pronto encontrarse demacrada por no querer saber nada de la vida y tener cuentas pendientes que debe resolver", agrega.

Para Todos están muertos, la actriz debió cantar y aprender a tocar el teclado, pues hay escenas en donde se ve el éxito del grupo en los años 90, en pleno concierto y con la euforia juvenil a su alrededor.

"Fue divertido hacerme el flequillo, ponerme pendientes, hombreras, redes en los brazos, poder cantar, fue completamente gozoso", indica.

Reyes Spíndola llevó a la producción sus propios collares para hacer entender que la muerte y lo mexicano, están eternamente unidos.

"Fue para darle esa imagen y sirvieron", recuerda la experimentada actriz en charla.

Como productora fungieron Inna Payán (La jaula de oro) y Laura Imperiale (Tercera llamada).

Su primera función fue el festival de Guanajuato, donde fue aprobada.