Semana del 22 de Agosto al 28 de Agosto de 2014

¡Óigame no, padrecito!

¡Óigame no, padrecito!

Fernando Díaz de Leon C.

“Una cosa es que a los fiesteros panistas los hayan torcido, grabado y balconeado; agasajándose, bailando o acompañados de mujeres de absolutamente ninguna dudosa reputación,- por allá en un encantador rincón de Puerto Vallarta, y otra cosa es que usted nos quiera desaparecer nuestros templos o santuarios placenteros de la diversión”.

Expresan preocupados y puntillosos potosinos que reconocen, se abren de capa y se descaran para revelar que salen de vez en cuando y durante casi todos los fines de semana para aventarse una canita al aire o echarse un taco de ojo en los centros nocturnos ubicados en la salida a México.

Agregan, “pos como que nomás porque al curita se le ocurre, nos van a dejar sin disfrutar de esos encantos. Si para él es una vergüenza o un escándalo los table dance, pos mejor que ni se ande parando por esos lugares que muy a su real entender son cosa del demonio.”

Estas y otras opiniones, no se dejaron esperar, luego de que el Vocero del Arzobispado Juan Jesús Priego Rivera, declarara que para las autoridades es una oportunidad meterse a fondo en los antros que han proliferado en los últimos años, para validar su legalidad, donde incluso podrían darse casos de explotación.

Yo no sé si el señor Sacerdote sea originario de esta tierra potosina, aunque por su postura y declaraciones ocurrentes y a veces temerarias y extralimitadas, pareciera que sí. Si su concepción obedece al escarnio y linchamiento que se ha hecho sobre la participación de connotados panistas en el ‘reve’ de Puerto Vallarta, valdría la pena valorar entonces otras cuestiones.

De entrada, podríamos opinar, que el Estado como tal, no puede asumir una posición de gran lenón para validar los tables dance, las zonas de tolerancia o las casas de masajes,- donde en algunos casos, no solo se desbordan los placeres mundanos, sino que a veces se convierten en centros de explotación sexual o Trata, y en otros, en potenciales espacios para el tráfico de drogas. Los pueden regular, es cierto, pero validarlos no es negocio, sepa usted.

Coincido con él, cuando afirma que el problema hay que abordarlo de raíz y desde sus orígenes y no solo enfrentar las consecuencias; desafortunadamente esto es un casi imposible porque para ello se requiere justamente una cambio de actitud moral difícil de lograr en una sociedad como la nuestra.

Se requiere,- en todo caso, una revisión profunda a las relaciones de poder y a las estructuras económico-sociales injustas que son el génesis del rompimiento del tejido y la descomposición social.

Por otra parte, Juan Jesús Priego, dice que la sociedad no debe escandalizarse por el hecho de que los representantes populares panistas hubiesen tenido su fiesta o que acudan a esos lugares a los que nos hemos referido, porque para él, es más escandaloso el que existan.

Con esa lógica, el Vocero del Arzobispado, da pie a que se interprete algo así como que “no es malo ni debiera ser escándalo el que un cura abuse sexualmente de un menor o un joven, sino más bien el que se descubra, se le encubra o se les deje en libertad”, en fin.

ENTRE PARENTESIS

Rosa María. Huerta Valdez –Versus- Sonia Mendoza Díaz.

Lo que faltaba,- la Secretaria del CDE del PRI, Rosa María Huerta Valdez, señaló que la conducta de los diputados y dirigentes panistas en el jolgorio de Puerto Vallarta, está cargado de simbolismos, porque es evidente que con su comportamiento y excesos, asumen que la mujer sólo es objeto de deseo y placer mundano. Hasta ahí íbamos bien, pero retar a la Senadora por el PAN, Sonia Mendoza Díaz, a que fije públicamente una postura respecto del escándalo, retándola a que en su condición de mujer y legisladora diga si aprueba o desaprueba la conducta de sus compañeros, como que huele a una lucha a calzón quitao, a tres caídas sin límite de tiempo y en donde el deschongadero sería de pronóstico reservado.

Hasta pronto.