Semana del 31 de Octubre al 06 de Noviembre de 2014

Impacto social, económico y político de la felicidad

Impacto social, económico y político de la felicidad

Simón Vargas Aguilar

Medir la felicidad se ha convertido en los últimos años en una importante herramienta para que los gobiernos, autoridades, políticos, empresarios y líderes de opinión conozcan cuáles son los rangos de bienestar de sus comunidades y a partir de ellos poder elaborar políticas públicas enfocadas a elevarlos y generar una mejor calidad de vida para sus habitantes.

El reino de Bután inventó el Índice Nacional Bruto de Felicidad (NBF) en 1972, desde entonces otros países han desarrollado sus propias métricas para medir el bienestar nacional, incluso la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a través de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible (SDSN) ha desarrollado su propio índice para medir la felicidad mundial.

Cabe destacar que el Producto Interno Bruto (PIB) de un país no es un factor relévate para medir la felicidad, y en esto coinciden la mayoría de los índices que han establecido otros principios más relacionados con términos holísticos, basándose en los cuatro pilares del NBF de Bután, que son: La promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno.

Por tal motivo, a pesar de que el PIB de México en los últimos tres años no ha superado el 4%, ha obtenido buenos puntajes en los índices de medición del bienestar nacionales y se encuentra en posiciones respetables en los internacionales, como lo demuestran los siguientes datos.

Según el II Informe Mundial de la Felicidad 2013 realizado por la ONU, México se ubica en el lugar número 16 de 150 países, una posición interesante si tomamos en cuenta que estamos por encima de países desarrollados como Francia, Alemania, Japón, Gran Bretaña e incluso nuestro vecino del norte, Estados Unidos de América.

En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) es uno de los organismos que se ha dedicado desde 2011 a estudiar y medir el campo del bienestar subjetivo, la última encuesta realizada en 2012 reveló que del total de las personas de entre 18 y 70 años, cerca de 47.3% están satisfechos con su vida, 36.1% moderadamente satisfechos, 11.8% están poco satisfechos y 4.8% están insatisfechos con sus condiciones de existencia.

Es decir, una mayoría de 83.4% de los mexicanos están, total o moderadamente, satisfechos con su vida, contra 16.6% que se sienten escasamente satisfechos o de plano totalmente insatisfechos.

¿Por qué es importante medir la felicidad o el bienestar subjetivo?

De acuerdo con Edward Diener, profesor emérito de la Universidad de Illinois, también conocido como “Dr. Felicidad”, un destacado investigador en psicología positiva que acuñó la expresión “bienestar subjetivo” o SWB, es necesario medir la felicidad para un Estado democrático: “Estamos obteniendo evidencia cada vez más fuerte, de que las personas felices en promedio, hacen mejor las cosas... Es algo bueno porque un país funciona mejor, mejores relaciones sociales y mejor ciudadanía”.

Sin embargo, se debe resaltar lo que señala Iván Martínez Bravo, investigador de Imagina México A.C., asociación que realizó el Ranking de Felicidad en México 2012, quien puntualizó que no se debe asumir que es responsabilidad del Estado “brindar” felicidad al pueblo: “Error, ningún científico social serio que estudie el bienestar subjetivo ha propuesto que esto sea responsabilidad del Estado. Eso no es posible: La felicidad es una experiencia personal”.

No obstante, la felicidad aumenta cuando se goza de buena salud, cuando se tiene la educación y habilidades para enfrentar problemas, cuando se cuenta con un empleo digno y bien remunerado, cuando se dispone del tiempo necesario para convivir con sus seres queridos, entre otros factores. Y lo que sí es responsabilidad del Estado, asegura Iván Martínez es diseñar políticas públicas para que todo esto ocurra.

Es entonces cuando medir la felicidad resulta necesario y adquiere el carácter de importante, a sabiendas de esto el Banco Mundial propició un encuentro entre expertos y altos funcionarios de México con sus equivalentes de Bután, Ecuador, Venezuela y Bolivia, con la finalidad de conocer los avances de cada país de cómo miden el bienestar de su población, en el marco de la Cooperación Sur-Sur.

En dicho encuentro, se compartió que los países latinoamericanos podrían alcanzar un mayor grado de bienestar subjetivo, si regresaran a sus orígenes y tomarán en cuenta a la naturaleza como sujeto, si recuperaran los valores tradicionales y sus principales características que tienen que ver con el respeto a la vida, valorar lo diverso y lo plurinacional e intentar alcanzar la armonía entre el pensar, el sentir y el actuar.

Una aportación importante que debería ser tomada en cuenta por todos los integrantes de la sociedad en México, también es necesario reconocer que cada quien es responsable de construir su propia felicidad, sin que el Estado olvide cuáles son sus obligaciones respecto de los derechos económicos, sociales y culturales de su población.