Lunes, 29 de Abril de 2024
CIUDAD VALLES, S.L.P.
DIRECTOR GENERAL.
SAMUEL ROA BOTELLO
Semana del 17 de Abril al 23 de Abril de 2015

“Cantinflas” en “El Detalle”

“Cantinflas” en “El Detalle”

Julián Díaz Hernández



Antes de su arribo a “El Detalle” y de alcanzar la cumbre de su carrera artística, Mario Moreno Reyes ya había tenido contacto con nuestro municipio en condiciones muy sui-géneris, que lo dejarían marcado, y -de paso- agradecido con los vallenses:


Viniendo a la ciudad a una actuación, la compañía a la que pertenecía se declaró en bancarrota, no recibió su pago y tuvo que quedarse aquí, sin dinero. Para sobrevivir, “Cantinflas” aprovechó dos de sus varias dotes que poseía: La habilidad para jugar billar y la agilidad para el baile.

En el billar “París” de don Pedro Altamirano (ubicado por la “Pedro Antonio Santos”), se convirtió en el atractivo jugando “pull”; así ganaba dinero de las apuestas, y también con las propinas como bailarín en los bares de mala muerte que estaban por el “Arroyo de los puercos”.

Su simpatía le ganó relaciones con gente influyente que le apoyó económicamente para que Mario Moreno pudiera regresar a la capital del país, donde escaló los peldaños del triunfo en la farándula.

CONSTRUYENDO LA HACIENDA

Embelesado por el encanto natural de nuestra huasteca y deseando convivir de nuevo con el pueblo que lo ayudó, en 1943 “Cantinflas” adquirió un rancho que se compró gracias a la intervención de don Enrique Marroquín Pámanes (“El Güero”), quien era amigo del mimo desde la época de oro del “Follies Bergere”.

Mario lo había visitado en su rancho en 1938, y le gustó mucho no solamente su finca sino toda esa zona de la huasteca potosina. Verdaderamente interesado le encomendó que le consiguiera una propiedad y “El güero” se dedicó por completo a buscar un terreno apropiado.

Halló un precioso lugar de cien hectáreas de superficie con dos ríos colindantes a esos terrenos: el “Tampaón” y el “Valles”. Mario adquirió el predio en 30 mil pesos, lo desmontó y construyó una residencia de doce recámaras.

Al finalizar los trabajos de edificación organizó una gran fiesta invitando a artistas y personajes destacados (como Manolín, Shelinsky y Jorge Negrete), además de industriales y banqueros; en esa recepción bautizó su rancho con el nombre de “El Detalle”, en referencia al título de una de las películas que le dio renombre y fama cuando apenas iniciaba su carrera.

El lugar era considerado un vergel, fue administrado por José Moreno, quien siempre se preocupó porque el rancho estuviera hermoso como ningún otro, al grado de convertirse en la envidia de artistas millonarios de la época, como Jorge Negrete, también dueño de una propiedad en este municipio, pero no se le comparaba.

La distancia de “El Detalle” a la carretera México-Laredo era de aproximadamente seis kilómetros, misma que se pavimentó para tener acceso durante todo el año; también se instaló un chalán para cruzar el río. La inversión de las propiedades en el ejido fue de 5 millones de pesos, cuando el tipo de cambio estaba a 9.50 pesos por dólar.

Uno de los sitios de convivencia predilectos por Mario Moreno era la alberca olímpica, edificada con mosaicos de Talavera de la reina, y un lujoso bar con pinturas de toreros realizadas por el pintor Ruano Llopis. Ahí Cantinflas se reunía con los asistentes, instalaba una pantalla gigante y proyectaba algunas de sus famosas películas.

Desde México acudía cada quince días y en temporada de Navidad lo hacía con regalos y dinero que distribuía entre sus empleados. Todos los que tuvieron la fortuna de convivir con él en un plan de intimidad, califican su trato como inolvidable, catalogándolo de una persona como pocas en el mundo, aún con su carácter.

ALTRUISTA Y TORERO

Dicen que la verdadera generosidad empieza por casa y así es como recuerdan a Cantinflas, una persona muy desprendida, que daba la impresión de trabajar para los demás y en segundo término para él mismo.

Sus trabajadores no solo rememoran las cómodas casas que para ellos tenía el comediante, sino también la extensión de los beneficios de “El Detalle” a los lugares vecinos.

Así ocurrió con una planta de luz que se extendió hacia las poblaciones cercanas, cuando la Comisión Federal de Electricidad todavía no daba servicio a aquellas comunidades. También mandó instalar una planta purificadora de agua en beneficio de la población de Valles, para que los habitantes pudieran consumir agua potable.

En “El Detalle”, Mario Moreno disfrutó de una de sus pasiones: El toreo, en una plaza que erigió y a la que puso el nombre de “Cholita” (en honor de su madre Soledad Reyes); después de cada corrida, a los toros que morían los metían a un horno y los convertían en barbacoa que se repartía entre los invitados, trabajadores y amigos.

Cada vez que Mario venía a descansar a su rancho y terminando todo el ajetreo de sus películas, mandaba traer una camioneta cargada con becerros para torearlos durante la semana.

Alguna ocasión lo hizo en la ciudad -en la plaza de toros “La Macarena”- durante una función a beneficio de los niños pobres de la huasteca organizada por el Club Rotario de Valles, alternando con Jesús “El Güero” Marroquín y Emeterio López Alonso, quien fuera Subprocurador de Justicia en la Zona. Esto ocurrió el domingo 30 de diciembre de 1945.

LA PLAZA “CHOLITA”

La inauguración de la plaza “Cholita” fue hasta el viernes 19 de marzo de 1948; y en el programa que se elaboró para tal efecto, se puede notar el humor de Cantinflas impreso en él:

Grandiosa corrida de toros en honor del onomástico de Pepe Moreno, e inauguración de la plaza, asistiendo la señora Cholita, mamá de los señores Moreno, donde se lidiarán 6 hermosos ejemplares de la ganadería “Qué me duras”.

Partiendo plaza el incomparable y sin par Mario Moreno Cantinflas (El maestro), Pepe Moreno (El monstruo), Emeterio López Alonso (El Cuelga-dedos), Roberto Moreno (El canijo), y dos famosos novilleros, de los que se abstiene dar el nombre. Nota: autoridad, Lalo Moreno. Se prohíbe aventarle pedradas a los toreros; aquel que le aviente será castigado por “El Cuelga-dedos”.

El estilo de Cantinflas para torear era admirado. Las verónicas, el capote y las chicuelinas eran muy bien ejecutadas, y a la vez, con la gracia natural que él tenía para presentarlas en forma cómica; luego con las muletas, los pases naturales, los derechazos, y los pases de pecho.

Una de las suertes más recordadas era cuando él se ponía delante del animal para que lo empitonara, aparentemente lo cornaba y luego se le caían los pantalones. Al estar bailando frente al toro desplegaba una gracia que no tenía equivalente en el medio taurino y ya cuando el animal estaba supuestamente moribundo, se quitaba el zapato y dándoselo a oler lo terminaba con el puro hedor.

Para 1950 aún se toreaba en la plaza “Cholita”, y en otro programa de las corridas de toros que se efectuaron en el rancho “El Detalle” podía leerse en la lista de matadores a: Emeterio López Alonso (“El niño del ministerio”), José Moreno (“El Maistro de El Detalle”), Roberto Moreno (“El Canijo”), y Gastón Santos (“El niño de la Tina”).

Tras la lista de banderilleros, el nombre de los picadores, del juez, el médico de plaza y los fotógrafos de prensa, se aseguraba que la corrida “se transmitirá a control remoto por la estación XCTV, Cadena Perpetua. Prohibido aventar piedras... a los toros. Si algún toro sale malo se cambiará de inmediato por una chiva de la ganadería ´Qué me duras’. En caso de lluvia, pos’como dijo Chencha: ‘se rifará un paraguas”.

LA PARTIDA

Pese a las bondades ya descritas de “El Detalle”, el predio tenía una serie de problemas que hicieron pensar en venderlo: Entre ellos que estaba muy lejos, el clima no era muy bueno y tenían que luchar contra la plaga de la “mosca prieta”; en cambio, las siembras que hicieron y el ganado Cebú crecieron espléndidamente.

“El Detalle” estaba situado en una loma; alrededor había tigres, leoncillos y mucha víbora de cascabel, de manera que cuando subía el nivel del río todos esos animales iban a refugiarse alrededor del rancho.

La venta del rancho y la partida de Cantinflas, empezó a gestarse cuando Enrique Marroquín un día le propuso que lo vendiera, aduciendo la escasez de ganancias económicas que le dejaba.

Mario Moreno se negaba señalando que no lo tenía como negocio, sino para que su madre fuera a pasarse algunas temporadas allá, pues el médico se lo había recomendado por su clima.

Pero un día, su administrador y hermano José Moreno, enfermó del estómago, anduvo muy mal y Marroquín volvió a insistir asegurándole que Pepe tenía paludismo y que si lo dejaba seguir en “El Detalle” se iba a morir.

Además influyó en la decisión que la cosecha de cítricos que iban a levantar por ese tiempo, a punto de ser cortada para depositarlos en camiones que los llevarían hasta la planta exportadora, se perdió toda a causa de la “mosca prieta”.

El comediante aceptó entonces, pidiéndole a Enrique que buscara un comprador, quien al final de cuentas terminó dándole mucho menos dinero del que valía esa propiedad.

Otra versión no confirmada, pero que circula entre los antiguos pobladores, señala a Gonzalo N. Santos como el responsable, luego de que al jugar una carrera de caballos contra Cantinflas (por donde ahora está la colonia “Mirador”), el comediante resultó ganador, lo cual contrarió mucho al impositivo general y político, quien no permitía que hubiese alguien mejor que él.

El exgobernador habría “sugerido” a Cantinflas que pusiera tierra de por medio y éste prefirió evitarse mayores problemas; a éste relato se añade que dicha discrepancia tuvo lugar un 30 de mayo, por ello, en la ruta de la famosa carrera se trazó una calle (que va desde la colonia “Mirador” hasta la “Altavista) llevando tal nombre.

RECUERDO DE GENEROSIDAD

A la fecha, en “El Detalle” aún se observan los filtros que alguna vez funcionaron, el galerón que se utilizaba como bodega, el garaje, las caballerizas, y la planta de energía que la gente convirtió en una pequeña capilla.

Más abajo está la noria, y siguiendo por el norte se ubica la “Casa chica”, que por mucho tiempo conservó su estructura original hasta que el ciclón de 1955 destruyó parte de ella.

Fue en ese año cuando el huracán “Hilda” provocó nuevamente en Mario Moreno muestras de su espíritu altruista y generoso: El fenómeno había arrasado con varios ranchos cercanos, uno de ellos “El Cuiche”.

Entonces el comediante ordenó que su mejor toro cebú “El Rorro”, fuera repartido entre los damnificados, y como ese animal pesaba más de una tonelada, su carne sirvió para alimentar a muchos pobres.

El mal tiempo había perjudicado también a “El Detalle”, pero eso no importó a Cantinflas, porque primero se preocupó de ayudar a los vecinos.

EL SALON “777”

Además de su propiedad rural, en Valles Mario Moreno mandó construir un salón de fiestas, lo denominó “El 777” en memoria de la cinta “El Gendarme Desconocido”; estuvo ubicado en las márgenes del río, justo frente a la plaza; ahí se presentaron artistas de renombre. Años más tarde fue donado para una escuela.

Lo administraba Roberto Moreno, compadre de Roberto Aguilar González, quien era entonces locutor de la naciente XETR y transmitía los programas en vivo por la radio. Fue inaugurado por Pedro Fabila a finales de 1949, y durante su vigencia recibió a artistas de la época como Emilio Tuero y a María “La Toya” Gutiérrez.

 


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