Sábado, 04 de Mayo de 2024
CIUDAD VALLES, S.L.P.
DIRECTOR GENERAL.
SAMUEL ROA BOTELLO
Semana del 15 de Abril al 21 de Abril de 2016

Desvío de fondos en la CDI

Desvío de fondos en la CDI

Rocío del Carmen Aguilar Roa



La Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), fue creada el 21 de mayo de 2003 cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto que expide la Ley de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas y abroga la Ley de Creación del Instituto Nacional Indigenista (INI) del 4 de diciembre de 1948. A diferencia del INI (cuya "cabeza de sector" era, hasta el momento de su desaparición, la Secretaría de Desarrollo Social), la CDI es un organismo descentralizado, no sectorizado, y en la enunciación de sus atribuciones se enfatiza su carácter de instancia consultora, asesora, coordinadora y evaluadora de la acción pública federal hacia los pueblos indígenas. Dada su importancia estratégica para el desarrollo de este grupo poblacional tuvo un presupuesto anual en el 2015 de 87 mil 710 millones de pesos, los cuales tienen la finalidad de fortalecer los programas destinados al desarrollo integral de esta población que presenta los mayores índices de pobreza y marginación.

La CDI gastó mil 176 millones 500 mil pesos a través del programa presupuestario P013 'Planeación y Articulación de la Acción Pública hacia los Pueblos Indígenas', los cuales fueron insuficientes para elaborar políticas públicas y planear acciones concretas que permitieran sacar del abandono a 11.9 millones de indígenas en México. Esto lo señaló la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en su informe 14-1-00AYB-07-0214, sobre la Auditoría de Desempeño de labores de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en el año 2014. Debido a esto se determinaron 12 observaciones, las cuales a su vez generaron 25 recomendaciones al desempeño de la Comisión de los Pueblos Indígenas. Es decir, el diagnóstico de la ASF reprobó a la CDI por sus pésimos resultados en la Cuenta Pública 2014.

En cuanto a sus gastos la CDI, destinó el mayor presupuesto a pagar los sueldos de sus empleados (pago de la burocracia y altos funcionarios) más las compensaciones de ley: 522 millones 258 mil pesos (el 44.4%); 25.4 por ciento (299 millones 260 mil pesos) en el capítulo de servicios generales; 24.9 por ciento (293 millones de pesos en transferencias, asignaciones, subsidios y otras ayudas; 5 por ciento (58 millones 519 mil pesos) en materiales y suministros, y 0.3 por ciento (3 millones 328 mil pesos) en bienes muebles, inmuebles e intangibles. Sin embargo, no acreditó la comprobación de gastos por un valor de 223 millones. Es decir, que la CDI no aportó a la Auditoría pruebas documentales suficientes que dieran cuenta de en qué gastó más de 223 millones de pesos y de cómo contribuyó ese dinero a fomentar el desarrollo de la población indígena mexicana.

Además en el 2014 se presentaron 25 mil 901 solicitudes para proyectos productivos a la CDI, de las cuales se rechazó el 62.2 por ciento (16 mil 112 proyectos); autorizó 21.7 por ciento (5 mil 625 planes); en 13.7 por ciento (3 mil 541 bocetos) no se concluyó el proceso, y el restante 2.4 por ciento (623 proyectos) se registró como demanda insatisfecha, debido a la insuficiencia presupuestaria de la entidad fiscalizada. La ASF, también reprocha a la CDI que sus acciones fueron insuficientes para verificar la incidencia de la política pública en la mejora del ingreso de los beneficiarios, mediante el apoyo para desarrollar actividades productivas sostenibles, debido a la falta de información respecto del número de indígenas integrantes de los grupos y sociedades beneficiados con el programa, así como de los ingresos que percibían antes de la implementación de los proyectos productivos y después de su implementación.

Ante tal abrumadora evidencia nos queda muy claro que la política indígena del gobierno federal no está funcionando, además de que lo podemos comprobar al ver que en nuestras comunidades indígenas las condiciones poco han cambiado; porque a pesar de los esfuerzos y de los avances realizados, continuamos con los mayores rezagos en materia de bienestar y de acceso a los servicios básicos y se sigue enfrentando una profunda desigualdad.

Es verdaderamente indignante esta situación, una vez más aprovechándose del tema de los pueblos y comunidades indígenas para obtener algo de su más puro interés y no velar por el bienestar social de estos pueblos.

Hasta pronto y que su corazón siempre este contento.

 


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