Sábado, 04 de Mayo de 2024
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Semana del 15 de Abril al 21 de Abril de 2016

Del salón de clase, a ganarse la vida expresando su cultura: Trio Sentimiento Huasteco

Del salón de clase, a ganarse la vida expresando su cultura: Trio Sentimiento Huasteco

Alfredo Lara Álvarez



Interpretan con orgullo el amor por su tierra, son jóvenes indígenas que le dicen al mundo que su cultura está llena de arte y talento; las notas musicales del folclor que inspiran a tocar y cantar un Huapango Huasteco.

Con pocas aspiraciones o muchas podría decirse, pues el reconocer y admitir su cultura en estos tiempos es sinónimo de ser objeto de menosprecio, los 3 jóvenes que decidieron dejar el lápiz por las cuerdas han llegado a ser reconocidos no solo en su propio municipio, sino en varios pertenecientes a la Huasteca, ya sea la Potosina, Hidalguense o hasta Veracruzana, son el Trio Sentimiento Huasteco.

Primo Cayetano Sánchez que le rasga con los pelos de la cola del caballo al violín para sacar las notas, de las que no son nada fácil según cuenta y según afirman los conocedores, Edgar Cayetano Sánchez que interpreta las notas en su jarana y Miguel Ángel Cayetano Sánchez que le da sabor a la tradición oral del huapango con su quinta a la que le llama exclusivamente "quinta huapanguera", son los 3 chavos que tuvieron, por necesidad y hambre de expresar su tradición, que abandonar sus salones de clases, y que ahora prácticamente se dedican a interpretar rimas y versos, huapangos, música para las chicas bonitas que se encuentren y que puedan conquistar y canciones para el público en general que gusta de escuchar estas interpretaciones que llegan al alma, al corazón y que sacan una que otra lágrima a aquellos adoloridos, dolidos o sentimentales.

Según recuerdan, hace algunos años decidieron formar el trio como algunos otros, cuando escuchando en alguna fiesta del rancho o de la comunidad a un grupo de señores que ya tocaban los famosos huapangos les gusto, les llamó la atención, sobre todo la forma en como trovaban, como sacaban sus versos, lo que origino que intentaran hacerlo, ensayando continuamente hasta aprender, para posteriormente acudir a una escuela de música, de ahí mismo, de su natal Tamazunchale, pues son oriundos de la comunidad llamada Tlazuapa, San francisco, en esa sultana del sur.

El andar de sus tocadas no es nada fácil, no como los roqueros que van de ciudad en ciudad, y que siempre tengan un espacio o algún concierto en dónde expresar su género musical, sino que tienen que acudir, viajando en autobús o en algún vehículo que les presten, a los municipios cercanos al suyo, viajando hasta Valles los fines de semana, en donde "entra un poco de más lana", pues es más reconocido el talento y sobre todo el juvenil, ya que apenas llegan a los 20 años, los hermanos muestran sus dotes de esa pasión, de esa armonía de ese ánimo de expresar las coplas que forman parte de nuestras costumbres huastecas.

Sin agenda qué seguir, pero eso sí, ya tienen a un representante, que es su pariente, quien les ayuda para "que no les salgan con que a chuchita la bolsearon", pero aun así, tienen que seguir tocando sus huapangos, usando su ropa de gala, que es como si fuera su uniforme, para que la gente también los reconozca, tocando en donde se pueda, la plaza principal de Valles, los mercados, en donde haya aglomeración de gente, y que pueda haber "más coperacha" de las personas, pues no es un gran negocio, pero al menos les reditúa para seguir sobresaliendo o sobreviviendo, y al mismo tiempo se dan a conocer.

Sus instrumentos no son los únicos que sus manos manejan, pues no todos los días pueden salir a las calles y gastar su voz, por lo que tienen que trabajar también en el campo, allá en su comunidad, descargando camiones, cosas pesadas, "chalaneando" o cuidando a los animales, "pa´que salga pa´ comer", y los fines de semana, lo que sería su descanso, lo toman no para ir al cine en Valles, o acudir a los bailes como lo harían otros, sino para agarrar sus instrumentos y darle alegría a las personas, y de paso, obtener sonrisas, porras y unas cuentas monedas.

EL MAESTRO
Como todo artista con talento nato, debe haber un guía que encamine correctamente este talento, y fue su profe, de la comunidad de Chilopis, Tamán, Maurilio Hernández Nicanor quien les mostró cómo llevar los acordes respectivos y a tocar los instrumentos, pero también afortunadamente, tuvieron un benefactor, una persona que los ayudó a pagar los gastos de ensayar, un especialista de la UNAM de la ciudad de México, quien se encontraba viviendo momentáneamente en el lugar, quien les pagó todos los gastos nada más para ensayar.

Su "profe", quien tiene habilidad en todos los instrumentos que se incluyen en un grupo o en este caso un trio, para entonar un huapango, los hizo batallar, según dicen, mientras sueltan una burlona sonrisa, pues reconocen que aunque fue duro con ellos, pudieron aprender mucho, por lo que ahora, su talento puede ser desplegado con gran habilidad.

TRADICIÓN ORAL
La muestra de talento no solo les sirve para obtener algo de recurso, ya que para ellos, los huapangos son muy bellos, tienen la intención de llegar al corazón de las personas que los escuchan, de emocionarlos, de darles ánimos, tomando también características de una persona que se encuentre en ese momento escuchándolos, en lo que son las improvisaciones, para formar en ese instante versos y eso hace feliz a quienes son referidos esos versos no porque se insulte a la persona o critique, sino sólo por la música, por el huapango.

Los sentimientos externados, narran, son más que bonitos, pero más si hay quien aplauda, pues a los jóvenes músicos les emociona el escuchar el reconocimiento de su talento, y eso, como a todo aquel artista que en verdad está frente a un público para deleitarlo, les insta a ponerle más entusiasmo a sus coplas, a "darle con más fuerza" a los instrumentos, y hasta subir el tono de sus voces, para que la misma gente que los escucha se siga emocionando más, y den más aplausos y rían y canten con ellos y "cooperen con la causa".

Temas como el de cielito lindo, el caballito, el corre caballo, son los huapangos que emocionan más a la gente, que les gusta a la gente, según lo que han podido comprobar, no solo porque son de los más tradicionales, sino porque son huapangos que se pueden arreglar en forma de trova, entonaciones que hace que "la gente se ponga contenta".

Los chavos ex secundaristas, pues apenas terminaron su nivel secundaria, conocen casi todos los huapangos habidos y por haber, pero les encanta, según dicen, las trovas, lo que conocen como versos improvisados, esos que siguen emocionando más a la gente, a pesar del paso del tiempo, y de los géneros nuevos existentes, que hablan del narco y de matanzas y hasta de hacer menos a la mujer.

Por ahora no han tenido la fortuna de recibir el apoyo para grabar algún disco, pero ya son reconocidos en escenarios de las huastecas alrededor de nuestro estado, y en estaciones de radio locales, en donde han tenido ya, varias participaciones y son muy queridos por el público, teniendo entre sus presentaciones, visitas a México, Chapingo y San Luis Potosí,

Como tradición oral, el huapango representa una parte importante de la cultura huasteca y es uno de los deseos de estos chavos, que nunca se acabe, sino hacerlo crecer más y que pueda conocerse en muchas partes tanto de nuestro país como del mundo, para que la gente escuche más el huapango, pues reconocen, este tipo de expresiones lamentablemente se han ido perdiendo y dejando en el olvido, pues hay a quienes ya no les gusta la música huasteca, prefieren la música que sale nuevas, y así van perdiendo su música, y buscan también que los niños se inspiren en ver cómo hacen sus interpretaciones y que ellos también tengan ánimo de seguir escuchando música de huapango.

Hasta canciones en rock les han pedido, pero admiten que es difícil sacarlo en el violín porque se mueve muy rápido, y en algún momento, les interesaría hacer alguna que otra mezcla con otros ritmos, u otros géneros, aunque sin perder la esencia del huapango.

email. alfredo.lara.alvarez@gmail.com

 


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