Semana del 08 de Junio al 14 de Junio de 2018

Una teología del sufrimiento

Una teología del sufrimiento

Rodolfo del Ángel del Ángel

Evitar el sufrimiento a cualquier precio es la preocupación de la mayoría de las personas. Mucho hay que reflexionar al respecto desde la perspectiva bíblica. Este es apenas un esbozo de lo que debería ser considerado respecto al tema.

En primer término hay mucho sufrimiento en nuestra vida que puede ser evitado aprendiendo a ser cuidadosos y responsables. Mucho dolor viene de nuestras malas decisiones, de no querer obedecer a Dios, de no asumir actitudes de prevención. Es muy común dejar crecer las dificultades al punto de que se convierten en verdaderas crisis que nos empujan a buscar soluciones desesperadas con la correspondiente cuota de dolor. Problemas matrimoniales, con los hijos, enfermedades prevenibles, etc. Recientemente un querido amigo pastor trataba de consolar a una familia numerosa de su localidad que sufrió un terrible accidente en la carretera. Me comentaba con tristeza: Se lamentan mucho por la tragedia y la pérdida de vidas y se preguntan por qué Dios permitió que sucediera algo tan terrible, y la verdad que fue una cadena de irresponsabilidades que podías haberse prevenido. Es verdad, la fe en Dios no suplanta la responsabilidad. Un hermano puso una calcomanía en su vehículo con este mensaje: “Creo en la predestinación pero manejo con precaución.”

Por otra parte, en el afán de evitar el sufrimiento muchas personas se sienten atraídas por ofertas engañosas y falsas promesas que aseguran curar todos los males y garantizar el éxito en la vida, existen toda clase de curanderos, centros esotéricos y espiritistas. Apenas podría creerse que hay gente que se reconoce como cristiana y no ve problema en acudir a estos “auxilios” que en realidad solo son charlatanerías y formas de explotar la buena fe y la necesidad de la personas. No debiéramos apresurarnos a juzgar esta clase de ofertas sin antes considerar que dentro de las iglesias hay una fuerte corriente que prácticamente ofrece lo mismo que estos centros espirituales o maestros ungidos. Su evangelio, que en realidad es una reducción u ocultamiento de la verdadera fe, es que Dios te puede curar todos los males, retirar el sufrimiento de tu vida y darte salud y prosperidad. Aún el pastor- líder se considera el ungido y quien tiene el poder para “desatar” las bendiciones y “decretar” la sanidad haciendo que la divinidad responda positivamente a sus reclamos. Por supuesto que este tipo de grupos está lleno de gente que cargando su necesidad acude por su “milagro”.

Por supuesto que creo en un Dios que sana, restaura y bendice, en un Dios que escucha las oraciones de todos sus hijos, pero esto no significa que el dolor de nuestra vida quede cancelado y no estemos expuestos más al mismo. Dios nunca prometió eso en la Biblia, más bien prometió que en las aflicciones, el sufrimiento y aún en la muerte él estaría con nosotros y nada nos podría separar de su perfecto amor.

Si confiar en Dios es creer que seremos librados de todo dolor, entonces porque decimos en el Salmo 23: “Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo.” Nunca olvidemos que Jesús estuvo dispuesto a someterse a los sufrimientos más atroces en su crucifixión y muerte, no para que nuestra vida aquí fuera librada de toda prueba, sino para garantizarnos que el dolor y el sufrimiento no serán para siempre. Cuánta falta hace una teología del sufrimiento.