Semana del 28 de Diciembre al 03 de Enero de 2019

Rubén “El Borrego”: Mi vida la imprenta…

Rubén “El Borrego”: Mi vida la imprenta…

Ignacio Sánchez

Con 34 años de labores en las artes gráficas, este personaje del paisaje urbano muestra su gran pasión por su actividad que le ha permitido forjar un patrimonio y apoyar a su familia.

Rubén Olvera Méndez o “El Borrego”, como los colegas, clientes y amigos lo conocen, tiene 53 años de edad, tres hijos y trabaja en una imprenta de la calle 16 de septiembre casi esquina con Madero, tiene tres máquinas que lo han acompañado durante 34 años de oficio de impresor y esta es su historia.

A los 12 años de edad Rubén estaba en sexto de primaria, eran tiempos difíciles y la crisis petrolera del 82’ lo llevó a muy temprana edad a buscar trabajo, inició de empaquetador en la zona centro, tiempo después ingresó a la secundaria y los gastos eran mayores, un día cuando iba su casa se detuvo tras ver un anuncio de empleo en una imprenta, ingresó a un local de la calle Hidalgo y Galeana, “Oficentro”, donde solicitaban un cobrador y pagaban mejor que de “cerillo”, como Rubén sabía andar en bicicleta, no dudaron en darle el trabajo.

Con ese empleo logró sacar adelante sus estudios de secundaria, los cuales concluyó y a los 19 años de edad se metió de lleno a la imprenta después de una oportunidad que le dieron, han pasado ya 34 años y con el tiempo la empresa cambió antes de finalizar el siglo a la calle Hidalgo y hoy en día Oficentro se encuentra en la 16 de Septiembre casi esquina con Madero, donde Rubén sigue trabajando con una máquina japonesa de offset llamada Riobi y una Foliadora Alemana llamada Heidelberg, así como una cortadora de papel italiana que cuando el ingresó al oficio ya estaba operando en el taller donde se forjó como impresor gráfico.

UNA OPORTUNIDAD QUE CAMBIÓ SU VIDA
En aquella pequeña imprenta trabajaba, Raúl, Dionisio, Martín y Primitivo, los cuales realizaban trabajos de todo tipo, pues en esos tiempos la bonanza era buena, calendarios, facturas y notas de ventas a diario se realizaban.

En los ratos que no estaba cobrando Rubén se sentaba en una esquina mientras se maquilaban ante sus ojos todo tipo de trabajo de offset, a diario observaba a detalle cada paso que realizaban sus compañeros de trabajo, pero sólo era cuando el tiempo libre se lo permitía, pues aún seguía siendo el cobrador de la imprenta y tenía que salirse del taller para hacer cobranza.

Un día el patrón de aquellos jóvenes entró al taller preguntando quién podía ayudar con la impresión de unas tarjetas de reloj de checado que urgían entregar a el Ingenio Plan de Ayala, ya que Primitivo había faltado y el trabajo tenía que continuar, al escuchar el clamar de su jefe el jovencito se levantó de la esquina del taller desde donde tiempo atrás observaba a sus compañeros imprimir, se postró frente al jefe y le dijo “yo puedo hacerlo” lo miró fijamente y le dijo; “A ver Rubén, enséñanos”.

Y así el joven se dirigió a esa máquina japonesa llamaba Riobi y comenzó a manipular tinta y rodillos y a escuadrar papel, ante la mirada atónita de sus compañeros, su jefe de pronto se asomaba y le preguntaba cómo estaba de avanzado el trabajo a lo cual le decía que despacio pero que sí terminaría y así se ganó el puesto, ya que había conseguido sacar el trabajo que se necesitaba entregar.

LA SORPRESA
Un día del año 1984 en el taller llegó una visita muy especial, era el señor Antonio Esper quien acudió a buscar a Rodolfo García Ortiz el dueño de la imprenta, para encomendarle un trabajo de invitación, pero el empresario vallense no venía solo, un compañero de Rubén dejó de trabajar y observó a aquella persona que vestía de traje elegante, era el entonces Presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) José Sulaimán Chagnón, de inmediato todo el personal acudió a saludarlo pero solo fue muy breve menciona Rubén, pues no se podía descuidar la imprenta, así que solo puede recordar que le dijo; “Echenle ganas al trabajo” y pues así lo he hecho desde entonces.

PASIÓN POR EL TRABAJO
Rubén Menciona que el trabajo no cualquiera lo hace, hoy en día los jóvenes que vienen a su taller a solicitar trabajo salen corriendo cuando se dan cuenta que en el lugar no hay cabida a la vanidad pues terminan oliendo a gasolina solvente y demás tintas e incluso laropa se mancha y las manos no se diga, manos llenas de tinta difícil de quitar.

Hay de todo tipo de trabajos que se pueden realizar en la Imprenta, desde invitaciones tarjetas de presentación, lapiceros, bolsa de plástico etc.

Los pasos a seguir es selección de edición de diseño, separación de materiales, impresión y foliación, así hasta llegar a la parte de la perforación o el corte en guillotina para detallar el producto final.

Ahora en día la tecnología está haciendo que los jóvenes dedicados al diseño gráfico se olviden del impresor gráfico y a la imprenta recurren solo a trabajos especiales y lo demás mandan imprimirlo en otros formatos, aunque los costos son bajos y se sostienen con clientes que por años han confiado.

UN MOTE PARA TODA LA VIDA
Un día Rubén acompañó a sus colegas a la peluquería, se sentó a tomar turno y se puso a leer una revista, mientras estaba totalmente distraído por las notas de aquella revista sus compañeros le colocaron en el pelo largo de Rubén unos “huesitos” y de pronto le rociaron líquido para “enchinar” y al darse cuenta se paró y trato de quitárselos, sin embargo el peluquero le dijo que así ya lo dejara, sino se le caería el cabello ,“Y todos se burlaban de mí porque se me habían hecho chinos en mi cabello y de ahí me empezaron a decirme ‘El Borrego’ pues duré un tiempo con el pelo así rizado y después de un tiempo me lo corte”.

EL RETIRO
“El día que me levante y diga; ‘Ay ya me tengo que ir a trabajar’ ese día me retiraré, pues siempre me ha gustado hacer muchas cosas con imprenta y la vida cotidiana del taller, pienso que solo aquel que le gusta su trabajo y lo ama pueden entender lo que digo”.

“He tenido dificultades, pero aún así sigo adelante”, menciona un poco pensante, después comenta que si es un trabajo de mucho riesgo sobre todo por los solventes y químicos que a pesar que nunca se ha sentido mal, sabe que sigue exponiéndose a una enfermedad respiratoria.

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