Semana del 25 de Octubre al 01 de Diciembre de 2019

Atlético San Luis, de la emoción a la decepción

Atlético San Luis, de la emoción a la decepción

Los hechos del pasado domingo colocaron a la afición de San Luis Potosí en el escenario nacional, la vergüenza y las críticas se hicieron presentes, las imágenes de niños llorando, madres corriendo por el miedo, pero más allá de ello una bola de fanáticos degradando al deporte más popular.

Hacia las 18.00 horas del domingo 20 de octubre, comenzaron a activarse redes sociales y grupos de whatsapp advirtiendo hechos violentos en el estadio Alfonso Lastras Ramírez en el encuentro entre el Atlético de San Luis y los Gallos Blancos de Querétaro. Fue transcurriendo el tiempo y aproximadamente una hora más tarde las imágenes que proyectaba la cadena ESPN eran de no creerse, el terreno de juego totalmente invadido ante lo que fue un infierno para familias que acudieron al evento con el único fin de apoyar a su equipo. Sin embargo, vale la pena analizar donde comenzó a formarse la bola de nieve que tiene en serios problemas a la directiva del equipo potosino.

Al inicio del torneo, el Atlético de San Luis era noticia por cosas como registrar de las mejores entradas en los encuentros tanto del primer equipo como del femenil, y pese a que ambas escuadras no tenían buenos resultados, daba la impresión de que la afición entendía los momentos, y más que reclamar, confiaba en que llegaría el momento en el que los resultados fueran favorables.

Conforme fue avanzando el torneo, el primer equipo comenzó a tener buenos resultados e incluso se posicionó cerca de la zona de calificación, además de que en el torneo de Copa fue de los primeros en conseguir su calificación a la siguiente ronda. Empezó a verse la mano del entrenador, entonces Alfonso Sosa, y fue justamente su salida lo que inició la crisis del equipo.

Después la jornada 8, Alfonso Sosa fue cesado por, supuestamente, haberle faltado al respecto a jugadores y al propio presidente del equipo, Alberto Marrero, “lo cual el club no va a tolerar porque aquí se trabaja con valores”, dijo en su momento el directivo, quien agregó: “se han cumplido todos los objetivos y agradecerle (a Sosa) el trabajo que se ha hecho”.

El último partido de Sosa como entrenador fue la victoria del Atlético en casa del Pachuca. De ahí, el equipo tiene marca en liga de dos victorias y cuatro derrotas, de las cuales tres han sido en el Alfonso Lastras, además de que en la Copa también perdió como local. Desde hace algunas semanas es constante el grito de “Sosa, Sosa”, en la tribuna ante el mal funcionamiento del equipo, sin embargo, en el partido contra Querétaro los reclamos al equipo fueron intercambiados por actos de violencia.

Considerando que la afición potosina tenía varias jornadas molestas y se venía el juego de mayor rivalidad, y por ende de mayor riesgo, en parte tomar las cosas a la ligera fue lo que generó la violencia sin control que fue comentada en prácticamente todos los programas deportivos de México y que incluso en otro países se hizo notar por algo tan simple, el Atlético de San Luis es el equipo filial del Atlético de Madrid. Si alguien no lo sabía, el domingo se enteró.

Cabe hacer mención de lo ocurrido en ese inter con el equipo femenil. Fue despedida Saida Abud como doctora del equipo por problemas extracancha generados por supuestamente haberle faltado al respecto a un miembro de la directiva, situación que no necesariamente ocurrió así, sino que su postura en torno a diversas situaciones, por ejemplo, el trato a la escuadra de mujeres, provocó su despido.

Luego de su salida, la doctora Abud dio algunas entrevistas en las que mencionó las irregularidades que ocupan con el equipo. En su cuenta de Twitter escribió: “no hay causa objetiva, la causa fue que le falté al respeto a un integrante del cuerpo técnico (cosa que obvio no pasó)”. Pasaron los días y el tema se fue apagando, sin embargo, no deja de ser un síntoma de la crisis del equipo que ocurre a partir de la salida de Alfonso Sosa.

EL DOMINGO VIOLENTO Y LA POSTURA DE LAS AUTORIDADES
El partido del domingo dejó claro no solo que los protocolos, por más planeados que estén, pueden fallar, que las medidas de seguridad en el estadio Alfonso Lastras son exageradas pero al mismo tiempo insuficientes (no puedes entrar con una bolsa de papas pero el domingo hubo quien ingresó con petardos), y lo más importante, que si la afición se enardece por una rivalidad o por las decisiones de la directiva, no habrá fuerza del estado que la pueda detener sin sangre de por medio.

La postura de las autoridades desde el mismo domingo fue que los efectivos policiales “se apegaron siempre al protocolo previamente establecido, y se respetaron los derechos humanos de los ciudadanos que se estuvieron involucrados”. Al momento que esta versión circuló, había ya infinidad de fotografías y videos que ponían en entredicho dos cosas, que hubiera un protocolo previamente planeado, y que se hubieran respetado los derechos humanos de los involucrados.

Para este encuentro fueron habilitados 900 efectivos de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, de la Guardia Nacional, de la Coordinación Estatal de Protección Civil, de la Dirección de Protección Civil Municipal de San Luis Potosí, Cuerpo de Bomberos y de Cruz Roja, así como una torre de vigilancia, patrullas y motopatrullas, un camión de bomberos y ambulancias. Esto fue insuficiente.

Por su parte, el presidente del club, Alberto Marrero, se comprometió a fortalecer las medidas de seguridad con apoyo de las autoridades, además de decirse avergonzado y prometerle a la afición de San Luis Potosí que este tipo de hechos no volverán a ocurrir. Además, dijo que la directiva estaba preparada para recibir cualquier tipo de castigo por parte de la Comisión Disciplinaria de la Liga MX, la cual aceptará y cumplirá con toda responsabilidad.

Lo que hace unos meses se presentaba como un proyecto que emocionaba a la afición potosina al ascender a la Liga MX de manera contundente, pronto tuvo su primera gran crisis derivada de las decisiones de la directiva. Si los protocolos de las autoridades fallaron, si una parte de la afición de equivocó, o si los jugadores no han respondido, serán puntos a resolver por parte de cada quien, pero las decisiones de la directiva, para bien o para mal, tienen responsables con nombre y apellido.

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