Semana del 26 de Enero al 01 de Febrero de 2024

Ole al Centauro Huasteco: Don Gastón Santos

Ole al Centauro Huasteco: Don Gastón Santos

Gustavo Robledo Guillén

Una nota que enlutó a los huastecos y a la fiesta brava: se fue el centauro potosino, mi querido Gastón Santos. No solamente enlutó, obviamente, a la Huasteca y la fiesta de los toros, sino que yo creo que a la cultura popular de un México que sigue añorando esas películas, esas figuras, esas estrellas, esas luminarias.

Y como siempre lo he comentado, la cultura popular de una sociedad, el escenario, los mosaicos de todos los sectores de pueblos, comunidades, ciudades, estados y regiones se componen precisamente de todos esos personajes: nombres, hombres, mujeres que le dan vida, que le dan lustre de alguna manera desde sus posiciones. En la Huasteca Potosina, no se puede citar su historia sin esos apellidos ilustres, los Purata, los Sánchez, tantos y tantos apellidos que le dan vida a nuestra Huasteca Potosina y uno de ellos, obviamente, el apellido Santos. Cuántas ramas, cuántos árboles no se desprenden de ello, y entonces hablar de la Huasteca es hablar, por ejemplo, de don Gonzalo N. Santos, el alazán tostado de la familia Santos, y por supuesto, del gran centauro potosino, don Gastón Santos.

La amistad que me unía a don Gastón Santos en mis andanzas taurinas, en mis andanzas novilleriles, me llevó a La Jarrilla desde hace muchísimos años a compartir las tardes en el ruedo en Tamuín, con don Gastón como ganadero y, obviamente, con Gastón, su hijo, como torero. Posteriormente, cuando fue secretario titular de la Sagarpa en San Luis, fui su secretario particular y de ahí la amistad que tuviera yo con don Gastón Santos. Recordemos, y que la gente lo sepa, que cuando tuvo su problema legal hace un par de años y que tuvo la prisión domiciliaria aquí en San Luis Potosí, fue en la casa de su servidor donde tuvimos el gusto, no de convivir, sino de vivir, don Gastón Santos y un servidor, por más de un año y medio.

En 1931, en Tamuín, se empezó a escribir la historia de Gastón Santos. Él contaba que siendo presidente don Miguel Alemán, don Adolfo Ruiz Cortines, secretario de Gobernación, le aconsejó al presidente Alemán que enviara a los jovencitos, a los juniors de aquellos años, al extranjero. Una manera muy educada de mandarlos al exilio para evitarse problemas con los juniors. Y don Gastón platicaba, dice "a Miguel Alemán Velasco lo mandaron a Italia, a Gonzalo mi hermano lo mandaron a Francia a estudiar medicina y a mí me mandaron a Portugal".

De ahí entonces que don Gastón Santos se enamorara del arte del rejoneo, conociera a Joao Branco Nuncio, que es un insigne maestro del rejoneo del siglo 20, se hiciera rejoneador, actuara en más de 1,348 corridas de toros en la Plaza de Toros México, en Campo Pequeño en Portugal, que es la catedral del rejoneo, y por supuesto, en la Plaza de Toros de Madrid, Las Ventas de Madrid.

Por su galanura, por su aspecto físico, hay que decirlo, decían los toreros antiguos que convivieron con él que don Gastón Santos no estaba guapo, decían ellos, estaba bonito, porque un hombre con una personalidad arrolladora y físico, este la verdad sí, muy llamativo, sus ojos azules, rubio, y le permitió entonces no solamente ser un gran torero sino que le buscaran las grandes productoras de México de aquellos años 60 y 70 para darle vida al género western. Si en Estados Unidos teníamos a John Wayne con sus películas de vaqueras, México no se quedó atrás y nosotros tuvimos a Gastón Santos y su Rayo de Plata, El Panteón de las Ánimas, El Silencioso. No hizo más de 10 películas que quedan ahí para la posteridad de su gran trayectoria.

Fuera del tema político y a veces hasta pasional, Don Gastón Santos fue un hombre que supo levantar polémica donde se paraba, como lo escribió Gastón, su hijo, en una carta muy emotiva que le dedicó. Al final de cuentas, su personalidad le dio para tener amigos y enemigos, pero siempre con lealtad, siempre con la bandera de sus ideales que nunca dejó a un lado hasta el último día de sus alientos, que fue el pasado miércoles en su rancho.

En lo personal, como amigo de la familia y amigo de Don Gastón, sí se va a extrañar esa plática tan hermosa que se tenía con él de cualquier tema, pero sobre todo su gran personalidad. Recuerdo a Don Gastón Santos.

En el tema del rejoneo, Gastón Santos supo ser la figura máxima del rejoneo en México de 1950 hasta 1980, más o menos. Ahora también hay que decirlo, no había tantos rejoneadores en México, pero sin duda, es un referente. Gastón Santos como rejoneador en la tauromaquia mundial es un referente; México, sobre todo. Estaba Carlos Abruza, después, obviamente, vinieron su sobrino Rodrigo Santos, que también fue una máxima figura, pero sí, es un referente. Es un antes y un después.

En el cine, muchos podrán decir que no fue un gran actor, pero a la fecha, número uno en el cine mexicano por cable; en los canales de cine mexicano, siguen pasando sus películas. La Flecha Envenenada, Canción de las Ánimas, Una Bala es mi Testigo, El Silencioso. O sea, siguen siendo un referente. Entonces, sí también es parte de la historia de nuestra cultura popular cinematográfica.

Y bueno, en el tema de las familias altas para la Huasteca, ahora sí, que lo digan los huastecos, pero sí es un antes y un después, Gastón Santos, La Jarrilla, El Gargaleote, que merecería un programa entero para platicar de toda la familia Santos.

Esta semana se enluta la Huasteca, se va el mejor promotor, el mejor referente en la estrella del rejoneo, no solamente en México, sino en Latinoamérica. El hombre que supo unir al pueblo lusitano a Portugal con México y hacer estremecer las plazas de toros con aquellos caballos de alta escuela lusitanos. Y que, bueno, ahí estará, puso el nombre de la Huasteca Potosina en el mundo. Creo que al gran Gastón Santos lo debemos despedir como se merecen los grandes, con un aplauso y con oreja y rabo.

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