Miércoles, 24 de Abril de 2024
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Opinión

La espirulina, herencia de nuestros alimentos ancestrales

Por Rocí­o Aguilar Roa

Los grandes beneficios de retomar los alimentos básicos que formaban el universo nutrimental prehispánico como lo es el maguey (metl), nopal (nopalli), chile (chilli), maíz (cintli), frijol (etl), calabaza (ayotl), amaranto (huautli) y la espirulina (tecuitlatl), cuyo nombre en náhuatl hace referencia a aquello que se extrae de las rocas, ha estado siendo investigado y revalorizado por la ciencia.

El consumo de la llamada "alga espirulina" en México ha podido constatarse desde la época prehispánica, principalmente por medio de la cultura Azteca, en donde los habitantes de Tenochtitlán consumían cantidades considerables de esta alga verde-azulada la cual lo identificaba como "tecuitlatl" (lodo de piedra), a esta la dejaban secar y después las consumían en una especie de pan, como hojuelas y en sopas con maíz o con una salsa hecha de una mezcla de chiles y tomates. Su sabor suele ser asociado al pescado y al queso. Era considerado un alimento sagrado, del cual los guerreros obtenían ciertos poderes y por lo cual era muy consumido por mensajeros, guerreros y gobernantes quienes tenían exigencias mayores en su rendimiento. No obstante, después de la Invasión Española cayó en desuso y permanecido en el olvido hasta los años sesentas.

La espirulina es una ciano-bacteria de aspecto azul-verdoso, que además de tener buenas propiedades nutritivas, tiene otras biológicas de interés médico, puesto que gracias a sus componentes, ayuda a disminuir los niveles de lípidos en la sangre y a evitar el desarrollo de padecimientos como hígado graso, obesidad, alteración del tono vascular, diabetes, hipertensión, es útil también para la mejora del sistema inmunológico en pacientes con cáncer oral, coadyuvante en la depresión, estrés y ansiedad, en problemas digestivos por su efecto en la flora intestinal, en la protección de la piel, y en el rendimiento físico deportivo.

El valor nutricional que aporta se debe a que cuenta con un alto nivel de proteínas (60 por ciento del peso seco) y todos los aminoácidos y ácidos grasos esenciales y ácido gamalinolénico, este último sólo presente en la leche materna y en la espirulina, incluye casi todas las vitaminas, contiene todo el complejo B y betacaroteno como precursor de vitamina A, tiene minerales y oligoelementos como el calcio, magnesio, fósforo, potasio, sodio, hierro, zinc, selenio, molibdeno, y cromo; es antioxidante por su cantidad de selenio, clorofila, retinoides, tocoferoles y ficocianina. Por último contiene carbohidratos de fácil absorción, como la glucosa y la ramnosa.

Actualmente a nivel internacional se le reconoce como el alimento más antiguo del futuro y su comercialización registra altos niveles en diversos países como en los Estados Unidos, en donde la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus

siglas en inglés) la registró como suplemento alimenticio. Los tipos de espirulina que se han utilizado con mayor frecuencia son la máxima y plantensis; la primera era cosechada en las aguas del Lago de Texcoco.

Ahora ya hay disponible mucha información científica acerca de las propiedades nutrimentales y terapéuticas de los alimentos naturales y al mismo tiempo predomina la información científica referente a los daños en la salud producidos por los alimentos procesados y con alto aporte calórico.

Paradójicamente, cada vez consumimos menos alimentos naturales y la mayoría de los ciudadanos no está dispuesto a dejar los llamados alimentos "chatarra". Pocos son los seres humanos que se alimentan para nutrirse y para vivir sanos. Un pueblo bien informado es un pueblo capaz de tomar sus propias decisiones y así ejercer presión y exigir congruencia entre el mensaje de los alimentos que se nos vende y su verdadera calidad nutrimental.

Hasta pronto y que su corazón siempre este contento.


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