Viernes, 26 de Abril de 2024
CIUDAD VALLES, S.L.P.
DIRECTOR GENERAL.
SAMUEL ROA BOTELLO

Opinión

Tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata

Por Victor Hugo Waldo Alvarado

En nuestro país existen tres poderes que se supone son complementarios entre sí y además "contrapesos" para evitar que alguno de ellos se apodere del control de la nación. Años atrás el ejecutivo o mas precisamente; el jefe del ejecutivo era el rey. El tiempo avanzó y también nuestro sistema político;alguna vez alguien declaró "el presidente propone y el congreso dispone"; ahora parece ser que inclusive esa frase, ha sido superada. El congreso y sobre todo los diputados parecen haber tomado el escenario político. Todos los problemas del país son abordados por ellos y hacen sugerencias, propuestas y modificaciones correspondientes a leyes y a la propia constitución.

En la autorización del presupuesto, por ejemplo; el ejecutivo después de analizar el dinero disponible, las necesidades del país y la orientación decidida de la política económica; lo envía a la cámara donde es estudiado y sus miembros, hacen modificaciones.

Los diputados son representantes de los ciudadanos que viven en su distrito y tienen la obligación de velar los intereses de ellos y se supone que el resultado de la intervención de todos los diputados, es un presupuesto que beneficia a la mayoría de los mexicanos; sin embargo, no es aventurado suponer que en la práctica, cada diputado presiona para "llevar obras" a grupos de importancia electoral dentro e inclusive fuera de su distrito. El mayor peso de determinado diputado en el interior y/o exterior de su partido, le permite obtener mas dinero para distribuirlo; esto que para los beneficiados parece el cumplimiento de una obligación, con frecuencia distorsiona el enfoque nacional/regional del presupuesto.

La obligación de los diputados debe ser, de manera muy elemental, hacer leyes; sin embargo, en una distorsión estructural, mucha gente les exige "trabajo social y gestoría"; eufemismos para denominar: reparto de dinero del presupuesto, beneficios selectivos mediante la obra pública y tráfico de influencia. Ellos saben que no hacerlo, es un suicidio electoral.

En estos días se han convertido en blanco de la irritación de la población: el fuero, su número, sus sueldos , sus excesos, etc. son acremente cuestionados; sin embargo, en cuanto algún grupo de personas o inclusive individuos, necesitan "apoyos" (tráfico de influencias para que el joven entre a una escuela, evitarle la cárcel, un empleo, tratamientos médicos, dulces, piñatas, balones, dinero para un viaje, "regularizar" terrenos, pintura, mesabancos etc....) no dudan en exigir la ayuda de los diputados argumentando que ganan mucho dinero y que tienen la obligación de "apoyarlos". También les reclaman la ejecución de obras que les pidieron durante la campaña y que como candidatos no dudaron en ofrecer mediante la gestoría para obtener sus votos. Es decir, somos una población que recrimina; mientras no necesitemos o recibamos los beneficios del tráfico de influencias.

Los diputados son parte de lo que creemos es el mejor sistema político que hasta ahora hemos inventado los seres humanos, la democracia representativa; sin embargo, se trata de un proceso en marcha que arrastra mucho de los defectos de las dictaduras. ¿El cambio y mejoramiento de nuestro país depende solo de buscar las culpas de los demás? ; ¿no debemos también revisar todas las relaciones irregulares que asuelan nuestra sociedad, incluyendo la prostitución electoral?.


emsavalles© 2006 - 2024 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos sin previa autorización.
Emsavalles Publicidad, Escontría, 216-A, Zona Centro, Ciudad Valles, S.L.P. Tel:481-382-33-27 y 481-381-72-86. emsavalles@hotmail.com. contabilidad@emsavalles.com
No. de Certificado de Reserva Otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2021-071615041800-203 04-2022-080212185100-30.