La semana pasada en este espacio (Corrupción aquí y allá, 24 de septiembre de 2015), escribí sobre la proliferación de la corrupción. Que en palabras del Doctor Rafael Alvira es “la conversión de facto de lo publico en privado”. Referí queen cada acto de corrupción existen personas que la padecen, que pagan los costos de esa conversión pública a privada.La corrupción gubernamental termina perjudicando al ciudadano de a pie, al que hace uso de servicios públicos deficientes, a la población que paga sus impuestos y no los ve reflejados en una infraestructura de calidad.

Traigo a colación lo anterior, en el marco de la iniciativa del Gobernador Juan Manuel Carreras para crear el sistema estatal anticorrupción. El anuncio lo hizo el pasado sábado, durante su mensaje de toma de protesta. Sin lugar a dudas, fue uno de los puntos mas aplaudidos por los asistentes al evento.

De entrada, en una primera instancia hay que celebrar la propuesta. Sin profundizar en los detalles jurídicos y en la parte sustantiva de la iniciativa del ejecutivo estatal, se debe reconocer que al menos el tema ya está en la mesa. Que a partir de esta semana se iniciará un debate que era necesario en San Luis Potosí: el combate a la corrupción. Será durante el proceso legislativo donde se podrá apreciar con mayor precisión las fortalezas y debilidades de esta iniciativa que crea el sistema anticorrupción en San Luis Potosí.

Lo aplaudible es que el gobernador Carreras envía a los ciudadanos, a la opinión pública y los partidos de oposición un mensaje de voluntad, de apertura, de querer hacer las cosas distintas y asumir un compromiso con los potosinos para enfrentar, con un marco normativo e institucional, a ese cáncer que además de mermar a las arcas públicas está minando la legitimidad de las instituciones, y que por lo contrario, alienta el hartazgo social.

Lo lamentable sería que la intención de crear el sistema estatal anticorrupción se quede en una simulación. En querer cambiar para que todo siga igual, en buscar ganar las primeras planas de los diarios con anuncios carentes de acciones profundas, puede ser una victoria pírrica a largo plazo. El gobernador Juan Manuel Carreras es una persona inteligente, con amplia experiencia en el sector público, por lo tanto, debe saber que no hay mayor golpe a la confianza ciudadana que la simulación.Generar falsas expectativas a la poblaciónresultaría catastrófico ante la crisis institucional por la que atraviesanuestro país.

Hay que puntualizar que una vez aprobada y ejecutada esta reforma; creado y funcionando el sistema estatal anticorrupción; los problemas estarán del todo resueltos, que se frenaran los conflictos de intereses o que cesarán los contratos a modo. Hay que ser claros y reconocer que siemprehabrá quienes intenten darle la vuelta a la regulación, encontrar los puntos ciegos en la leypara lograr su beneficio personal.

Sin embargo, el primer paso está dado y eso es lo más importante. A partir de ahora el combate a la corrupción está en la agenda política de San Luis Potosí. Ya veremos hasta dónde quiere llegar la clase política potosina y hasta dónde la sociedad exige un verdadero avance en la materia.