¿Están el Gobierno y la sociedad preparados para regularlas y controlarlas?

Si hoy en día existen algunas drogas legales con las que hasta el momento no hemos podido lidiar, como el alcohol o el tabaco, es mucho más difícil que la autoridad pueda definir y controlar la legalización del uso de la mariguana en México.

En días pasados, se suscitó lo que pudiera ser considerado un parte aguas en la historia de México, la Suprema Corte de Justicia mexicana, autorizó el uso y cultivo de marihuana con fines de autoconsumo y recreativo, en una resolución sólo válida para cuatro personas que presentaron un recurso de amparo, pero que sienta un precedente, mismo en el que el proyecto del magistrado Arturo Zaldívar fue aprobado por cuatro votos a favor y uno en contra por los jueces que conforman la primera sala del tribunal; México despenalizó en 2009 la posesión de algunas drogas, incluida la marihuana, para consumo personal e inmediato pero mantuvo como delito el cultivo.

Un tema primordial cuando se habla de la legalización de ciertos tipos de enervantes o drogas como la mariguana, como parte fundamental y toral, es la educación, si un pueblo está educado, está preparado para ello, y la autoridad podrá tener la capacidad para controlarlo, pero al ser esto contrario, el propio gobierno se sigue topando ante problemas con algunas sustancias nocivas legales como en el caso del alcohol, al que incluso le han añadido un código de lectura digital denominado QR que debe especificar al comprador si es legal o está fuera de la ley.

Es necesario entonces, reforzar primero la parte educativa y cultural, para posteriormente comenzar a aprobar este tipo de control del estado, en el que pudiera regularse y autorizar el consumo, transporte, cultivo y manejo de este tipo de enervantes.

Desde niño, uno conoce o sabe o tiene algún vecino o compañero de clase que las usa, las vende o las consume, pero al tener los valores familiares, no le llama a la personas la atención de buscar consumirlas, por lo que debemos reforzar estos valores que a través de los años se han perdido.

Está demostrado que con la legalización de las drogas no disminuye la violencia de facto, puesto que los grupos delincuenciales buscan distintas vías de hacerse del dinero, por lo tanto no es la respuesta, sino es buscar en la cultura y la salud de los valores en la familia.