Que se apaguen las luces

Que se apaguen las luces

El Gran Premio de México terminará con el ayuno de 23 años de Fórmula Uno en el país; por fin llegará el sucesor de Nigel Mansell, mientras que Sergio Pérez asumirá el relevo de Pedro Rodríguez.

Juan Pablo Sánchez| laaficion.milenio.com| | Domingo, 01 de Noviembre de 2015| 09:20

Entre el 22 de marzo de 1992 y el 1 de noviembre de 2015 han pasado 8 mil 624 días y se han disputado 414 carreras de Fórmula Uno. Pero cuando Nico Rosberg y Lewis Hamilton vean las luces apagarse frente a ellos para comenzar el Gran Premio de México, habrán terminado 23 años de espera.

Desde que Michele Alboreto, en el lugar 13, terminó la carrera en el autódromo Hermanos Rodríguez dos décadas atrás, nadie de la máxima categoría ha visto una bandera a cuadros en ese lugar.

Esta tarde, por fin, el británico Nigel Mansell tendrá sucesor en lo más alto del podio de la capital.

En aquella parrilla del GP de 1992 estaba el alemán Michael Schumacher, con 23 años, quien después conseguiría siete títulos del Gran Circo, para superar al mítico argentino Juan Manuel Fangio como el número uno en la historia.

También corrió el finlandés Mika Häkkinen, de la misma edad de Schumacher, quien se llevaría las últimas dos temporadas del siglo XX; rodó también el ya fallecido Ayrton Senna y no compitió ningún mexicano.

Por lo tanto, Sergio Pérez será el primer local en correr en casa, desde que Pedro Rodríguez lo hizo en 1970, cuando terminó en el sexto lugar.

Checo tenía apenas dos años en 1992, cuando la Fórmula Uno visitó por última vez el país y es un ejemplo de lo que ocurre con el resto de la actual parrilla.

Carlos Sainz ni siquiera había nacido, y ese 1992, su padre se coronó por segunda ocasión en el Campeonato Mundial de Rallies.

El otro piloto de Toro Rosso, Max Verstappen, tampoco había llegado al mundo, y a su padre, Jos, le faltaban un par de años para debutar en la máxima categoría.

El ya campeón este año de la Fórmula Uno, el británico Lewis Hamilton, tenía siete años y el cuatro veces monarca del serial, el alemán Sebastian Vettel, de Ferrari, había cumplido cuatro.

El español Fernando Alonso tenía diez años y acababa de celebrar el título de Asturias en karts, en la categoría de cadetes; su compañero en McLaren, el inglés Jenson Button, tenía 12 y ya era una de las jóvenes promesas del automovilismo de su país.

Veintitrés años después estarán en la pista los cinco pilotos que han ganado títulos tras la era Schumacher, con lo que la afición mexicana no se habrá perdido de ningún monarca de F1 desde Jacques Villeneuve, quien se coronó en 1997 y nunca corrió en el Hermanos Rodríguez.

El circuito de la Ciudad de México se ha transformado en año y medio, perdió la mítica peraltada, y ahora cumple con todos los requisitos que la FIA exige para organizar un Gran Premio del serial más importante del planeta.

La espera ha terminado. Es el turno de los protagonistas, como Vettel, quien aspira al segundo lugar al final de la temporada, aunque para eso tendrá que vencer a Nico Rosberg, de Mercedes, equipo que ha monopolizado la campaña.

"No puedo predecir lo que pasará, pero usualmente siempre somos fuertes en carrera al compararnos con Mercedes, el circuito es resbaloso y así seguirá; tal vez haya lluvia, así que será volver a empezar, pero espero que estemos cerca", afirmó el alemán.

La Fórmula Uno se reencuentra con el país y un lugar que disfrutó de la rivalidad entre Alain Prost y Ayrton Senna, ahora tendrá, desde el arranque de la carrera, el duelo entre Hamilton y Rosberg por la primera posición, en una recta donde pueden rebasar los 360 kilómetros por hora.

"Es un buen inicio partir desde la pole, será una larga recta, antes de llegar a la curva uno, así que será una batalla interesante; estoy seguro que tenemos un buen automóvil, será un reto en el aspecto de neumáticos, pero estamos preparados. Ya esperamos el comienzo de la carrera", dijo Nico.

Que se apaguen las luces y arranquen los automóviles. La Fórmula Uno ha regresado a México.