Pacientes con cáncer esperan hasta 12 horas para quimioterapia

Pacientes con cáncer esperan hasta 12 horas para quimioterapia

Los pacientes señalan que desde hace 2 meses se empezó a retrasar la atención y ahora tienen que esperar hasta 12 horas para poder recibir tratamiento

lasillarota.com| | Viernes, 19 de Junio de 2015| 11:40

La moderna sala de quimioterapia del nuevo edificio del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), luce repleta todos los días, y en ocasiones también se llenan los pasillos.

Los pacientes señalan que desde hace dos meses se empezó a retrasar la atención y ahora tienen que esperar hasta 12 horas para poder recibir tratamiento, eso sin contar el tiempo que se llevan es los estudios de laboratorio y para recoger sus medicamentos.

Desde hace 7 años, Carmen Rosas acude al (INCan) para recibir quimioterapia, padece cáncer de mama, y en todo este tiempo, dice, nunca había esperado tanto por el servicio.

Algunos refieren que por primera vez, en lo que llevan de tratamiento, les han diferido sus quimioterapias para otros días.

Verónica quien acompaña a su mamá, Ángela Castillo, de 83 años, cuenta
"Antes hacíamos el mismo proceso y salíamos a más tardar a las 19:00 horas, pero el último mes hemos salido hasta las dos de la mañana".

Ambas mujeres salen de su casa, en Atizapán, Estado de México, a las 4:30 horas, para poder cumplir con el tratamiento.

Luego de que le realizan los exámenes de laboratorio a doña Ángela, esperan dos horas, y si los análisis salieron bien tramitan su receta (en este procedimiento invierten alrededor de dos horas más).

Después deben esperar la aplicación de las quimioterapias del turno vespertino, que comienza pasadas las 15:30 horas, de la última quimioterapia salieron a las 2 de la madrugada.

Los pacientes comprenden que en la aplicación de la quimioterapia se presentan para muchas reacciones adversas, como náusea, mareos, alergias, y se debe reducir la aplicación, lo que implica alargar el proceso, que puede llevar así hasta seis horas.

Mientras tanto, las sillas en la sala de espera están permanentemente ocupadas.

Por otro lado, Carmen es una joven madre que viene desde Querétaro para recibir tratamiento para su cáncer de mama que hizo metástasis en el hígado.

No puede darse el lujo de suspender el tratamiento, su esposo padece cáncer de cerebro en etapa terminal y tiene una hija, Mariana, de ocho años, a quien quiere enseñarle "que vale la pena vivir la vida".

A pesar de su condición, Carmen trabaja dos días a la semana para mantener a su hija.
Con información de Reforma

glc