En el municipio de Cacahualco, el grito de Bernardo confirmó que el deslave había acabado con su familia.
lasillarota.com| CACAHUALCO, VERACRUZ | Jueves, 17 de Septiembre de 2015| 17:07
Al filo de las dos de la mañana, un estruendo irrumpió la ya intranquila noche, la octava en la que llovía con intensidad en la comunidad de Xilomichi, en el municipio de Cacahualco. Luego, el grito de auxilio de Bernardo confirmó que todo había acabado para su familia.
Es el único sobreviviente luego del deslave que ocurriera esta madrugada, mismo que sepultó su humilde vivienda construida con madera, en la que pasó buenos años junto a su esposa Rosario Martínez y sus cinco hijos Bernardo de año y medio de edad; Julio, de tres años; Ana Lucía, de siete años; Omar, de once y Victoria, de doce.
"Como a las seis y media empezaron a escarbar, a él lo rescata mi otro hermano Josafat; estaba enterrado hasta arriba de la cintura, está lastimado pero quiere estar con su familia; se fue a arreglar los cuerpos", relató la mayor de las hermanas de Bernardo, Manuela Fuentes.
En la comunidad, ubicada a casi tres horas de la capital del estado, conviven decenas de familias que desde muy temprano se apostaron en la vivienda en la que serán velados los restos.
"Está de luto nuestro pueblo, pero eso es para cimentar la fe; es trágico pero fortalece a la comunidad", platican a dos pobladores del lugar, que comentan a su vez que los deslaves son frecuentes en las carreteras, aunque no deja de ser un riesgo para las familias ubicadas a las faldas del Pico de Orizaba.
Esta es la primera vez que pasa una situación de esta en la comunidad "había llovido desde el miércoles de la otra semana. Ha estado parejita el agua de día y de noche; queríamos rescatarlos todos pero ya no daba tiempo", agrega Manuela.
La esperanza de rescatar a sus seres queridos, se esfumó para las familias Fuentes y Martínez cuando llegaron al sitio y no había más que lodo. El derrumbe fue de unos 20 metros de alto. Por si fuera poco, para llegar a la vivienda había que cruzar un río, que a esa hora tenía una corriente intensa.
La familia de Bernardo está tranquila. No así la de Rosario. Su madre, Sofía Nativitas Arroyo llora intensamente mientras se aferra a su hija más pequeña, de 15 años, quien la acompañó en la travesía de 2 horas para llegar, a pie, de Acatipa a Xilomichi.
"Y mis nietitos, también se murieron con su mamá" lamenta. Y además cuenta que la última vez que vio a su hija fue hace alrededor de un mes, que bajaron al municipio a recibir apoyos federales "nomás le hice señas que ya me iba yo para mi rancho y ella se iba a venir para acá. Ya no la volví a ver".
La zona en la que ocurrió la tragedia ha sido acordonada por el riesgo que representa. Además se encuentra resguardada por elementos de la policía municipal. En las calles, donde escurre gran cantidad de agua que baja de la montaña, la gente platica el suceso.
"Yo le dije que era peligroso que viviera ahí", dice un anciano a otro que le refuta con gran tranquilidad "es que ya le tocaba, no se puede hacer nada".
Hacia esta tarde, los cuerpos no habían sido llevados al lugar donde serán velados, al que han llegado decenas de vecinos a dejar flores, veladoras y llevar una palabra de aliento.
Los más optimistas, esperan que luego de este hecho, algunos puedan ser reubicados en zonas más seguras, ante la inminente llegada de las lluvias.
maaz
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