El tortuoso camino para llegar a Broadway

El tortuoso camino para llegar a Broadway

Sólo tres de cada 10 obras hechas en el corazón de Manhattan recuperan su inversión

GDA El Mercurio Chile| El Universal | www.eluniversal.com.mx| | Lunes, 28 de Julio de 2014| 10:17

De cada 10 estrenos en Broadway, menos de tres recuperan el dinero invertido. Un musical grande tiene un costo de alrededor de 15 millones de dólares. Este es el dinero que se gasta hasta que la obra se estrena. Se gane o se pierda, lo heroico es, al menos, lograr llegar con una producción al corazón de Manhattan.

Desde la concepción de la idea hasta su estreno pueden pasar entre 6 y 10 años. Esto no garantiza que algún día se llegue a puerto. El proceso requiere de una tenacidad a toda prueba. Que un guión esté a punto para una presentación a potenciales inversionistas puede tomar fácilmente tres años. Solo tras varios borradores, con los cuales se estrena la obra en teatros regionales, el guión está listo para el prime time.

Un buen guión no basta. Hay que levantar la mayor parte del dinero antes del inicio de los ensayos. Aún con el dinero en la mano, todavía queda mucho por recorrer.

Habitualmente, el proceso de gestación del proyecto tiene un equipo creativo que lo acompaña desde el primer guión: director, coreógrafo, escenógrafo e iluminador. Si estos artistas están comprometidos también en otros proyectos, hay que tener paciencia hasta que se les abra un espacio en sus calendarios. Y si la obra requiere de un actor estrella, hay que esperar hasta que termine todos sus compromisos.

En Broadway existen tan solo 40 salas de teatro. Poco para la cantidad de producciones que hacen fila hasta que alguno se desocupe. Demasiados astros se tienen que alinear para lograr llegar a Broadway.

Productores al rescate

Una vez estrenadas, las obras tienen un costo semanal de operación que, en el caso de un musical, puede ser de 800 mil dólares. La única manera de continuar con una obra en funciones es recaudando más que este costo operacional. Cuando los ingresos por venta de entradas no alcanzan para costear la mantención semanal de la obra, los productores suelen atribuir la baja de público a un problema de marketing. Entonces aportan dinero de sus bolsillos para campañas publicitarias y así mantener la producción en cartelera a la expectativa de que haya un vuelco en la taquilla. A veces la apuesta resulta, otras no.

Con todo, hay obras cuya rentabilidad produce millonarios: Wicked , Los Miserables, Rent, El Fantasma de la ópera o Cats, más son raras excepciones.

A pesar de todo, un centenar de productores y otros tantos artistas, año tras año se embarcan en este tortuoso emprendimiento. Lo hacen porque el teatro es una enfermedad incurable. Quienes la padecemos, tomamos decisiones de vida incomprensibles para quienes miran este arte desde muy lejos.