Anuncios populacheros, engaños de siempre

Anuncios populacheros, engaños de siempre

La puesta en escena de Camacho y del PRI es eminentemente populista, mediática, electorera y posiblemente suicida.

Luis Farías Mackey | lasillarota.com| | Viernes, 22 de Agosto de 2014| 06:41

Nada más deleznable que el oportunismo ramplón. Más aún cuando se sustenta en el engaño y la hipocresía.

Preguntar en una consulta popular si se disminuyen 100 diputados y 32 senadores plurinominales es una tomada de pelo, un abuso de las instituciones electorales, una burla a la ciudadanía y un gasto innecesario y absurdo del erario público.

A los mexicanos nos va a costar y el Instituto Nacional Electoral va a tener que distraer esfuerzos, recursos y tiempo para preguntar algo cuya respuesta ya se sabe.

Peor aún, el PRI quiere preguntar algo que es un compromiso de campaña del Presidente actualmente en funciones y salido de sus filas.

Peña Nieto se comprometió como candidato a reducir en 100 el número de diputados electos por el principio de representación proporcional.

No obstante, César Camacho hizo como que la Virgen le hablaba para que el tema no se incluyera en la reciente reforma electoral.

No ha rendido cuentas de su omisión, ni explicado por qué un tema comprometido por Peña y avalado, sin necesidad de consulta popular, por la ciudadanía se le pasó de noche en las recientes reformas.

Y ahora que ya no es posible reformar las leyes electorales por la inminencia del proceso, anuncia con bombo y platillo que va a consultar a la ciudadanía lo que ya comprometió su Presidente y lo que él dejó como asignatura pendiente en la reciente reforma y que, en todo caso, tendría efectos hasta el 2018.

Engaño y oportunismo.

Mi postura, planteada innúmeras veces es que, además de la reducción de espacios, se recupere el voto ciudadano sobre las listas, es decir, que no se aplique el voto para el candidato de mayoría relativa en automático a las listas de los partidos, porque de esa forma terminan siendo imposiciones de las dirigencias. Además de que la Constitución dice que se votará sobre las listas. Es decir, tenemos dos votos, uno para mayoría relativa y otro para representación proporcional, pero los partidos se aliaron para que ejerzamos sólo uno y nos impongan inconsultas sus impresentables y eméticas listas plurinominales.

Pero volvamos a la solicitud de consulta. La puesta en escena de Camacho y del PRI es eminentemente populista, mediática, electorera y posiblemente suicida.

Ya quedó aclarado que la Constitución sólo se puede reformar conforme el artículo 135 constitucional y, por tanto, no se puede consultar sobre reformas a la Constitución. O, al menos, éstas no serán vinculantes. Restar 100 diputados y 32 senadores plurinominales implica reforma a los artículos 52, 54 y 57 de la Constitución y la vía no es la consulta popular. Un engaño más.

Por si ello fuera poco, expresamente el texto constitucional en su artículo 35, fracción VIII, párrafo 3º dispone que "no podrán ser objeto de consulta popular... la materia electoral", y a menos que el PRI crea que la materia electoral son exclusivamente los resultados electorales y no los sistemas y fórmulas de representación política, su solicitud de consulta será denegada. Tal vez eso busque para no cumplir sus compromisos.

Finalmente, cargarle al atribulado órgano electoral, además de todas las elecciones federales y locales del año que entra, la organización de consultas populares anodinas y timadoras, puede devenir en perjuicio de los propios partidos por deficiencias en el desarrollo de los procesos electorales.

Concluyo con unas preguntas de Perogrullo: Si Peña comprometió la reducción y el PRI tiene, a través del Ejecutivo Federal y de sus propios legisladores, facultad de iniciativa, ¿por qué gastar tiempo, dinero y esfuerzo público y ciudadano, en lugar de presentar la iniciativa de reforma correspondiente? ¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué fue omiso en este compromiso en la pasada comalada de reformas?

¿Con qué cara pretende ahora preguntar a los ciudadanos, algo comprometido y que por su omisión no habrá de aplicar para los próximos tres años? O sea, sí quiere restarlos, pero no en este sexenio y menos en la próxima legislatura.

Y luego se sorprenden cuando el electorado les demuestra que no es estúpido y los castiga en las urnas.

Finalmente, tocar los sistemas de representación política no es cosa de más o menos cabezas, sino de no violentar la representatividad y, por ende, la legitimidad de los representantes.

Pero ello implica una discusión seria. No anuncios populacheros.

@LUISFARIASM