Semana del 13 de Enero al 19 de Enero de 2017

Gozo

Gozo

Rodolfo del Ángel del Ángel

¿Conoces el gozo? San Pablo nos dice: "Estén siempre gozosos". ¿Es esto posible? Todos sabemos que las penas y preocupaciones nos arrebatan la tranquilidad y la alegría, así es que nadie que sea consciente y realista puede esperar que en toda ocasión y circunstancia de la vida podamos tener motivo para estar siempre gozosos. ¿Acaso el apóstol nunca estuvo expuesto a las desgracias de la vida? ¿No tuvo jamás motivo para llorar, preocuparse o estar afligido? Ciertamente que no sería de este planeta si así hubiera sido. Bien sabemos que en esta vida jamás estamos más allá del dolor, la aflicción y la pérdida. Otra posibilidad que explica quizá este consejo de Pablo es una especie de desajuste emocional que le llevaba a negar las realidades dolorosas de la vida, de tal manera que nada le quitara esa sensación de regocijo. Si, ¡Claro! Estaría afirmando prácticamente que el apóstol estaba loco.

No obstante, cuando leemos las diversas circunstancias que concurrieron en la vida de Pablo, nos damos cuenta que el dolor estuvo presente en su vida de diversas maneras, descubrimos también que era un hombre extraordinariamente cuerdo, capaz de aceptar situaciones dolorosas y adaptarse a las circunstancias cambiantes sin permitir que su espíritu se quebrantara definitivamente. De hecho cuando exhorta a los creyentes de Filipos a mantener constante su gozo, él mismo está escribiendo desde la prisión. Con ello nos demuestra que desde la experiencia de nuestra fe en Cristo, no hay absolutamente circunstancia alguna que nos arrebate nuestro gozo.

¿Cuál es el secreto de Pablo para mantener su gozo? El secreto es la fe y la confianza en la obra del Espíritu Santo en el corazón de los hijos de Dios.
Pablo sabía que su gozo era un don impartido por el Espíritu Santo a cada uno de los creyentes por medio de la obra de Cristo. Es un gozo sobrenatural, viene de Dios y se mantiene en medio de cualquier circunstancia.
Es un gozo que surge de la confianza en la perfecta obra de Dios en nuestras vidas. Pertenecemos a Dios, hemos sido comprados con la sangre preciosa de Cristo, nada nos puede arrebatar de las manos de nuestro Buen Pastor Jesús, nada nos puede separar del amor de Dios. No hay un solo poder en este mundo y en el universo entero que nos arranque de los brazos divinos y eternos de misericordia y gracia de nuestro padre Celestial.

Cada paso que andamos en nuestro caminar de fe, no sólo lo hacemos acompañado y en la dulce comunión de nuestro Rey y Redentor, sino que también es un paso hacia la eternidad, hacia su presencia donde el gozo no estará más ensombrecido por aflicción alguna.

¡Que grande es el poder de nuestro Dios! ¡Que eterna es su fidelidad para con cada uno de sus hijos! Con esta certeza no hay mal que nos destruya, no hay sufrimiento o adversidad que sea permanente.

Gozo es confianza, gozo es reposar en la fidelidad divina, es vivir bajo la permanente certeza de su amor, en la confianza de nuestra seguridad en Cristo y su salvación eterna.

Así es que estar siempre gozosos no quiere decir estar siempre libre de sufrimientos, es más bien saber que, a pesar de ellos, nada puede arrebatar de nuestro corazón esta bendita confianza que es más fuerte que cualquier adversidad.

Diga usted si no hay razón para estar siempre gozosos.