Semana del 16 de Marzo al 22 de Marzo de 2017

La vida es más...

La vida es más...

Rodolfo del Ángel del Ángel

Todos llegamos a situaciones límite en las que nos preguntamos ¿qué es la vida?; por ejemplo, cuando pasamos por una pérdida: La muerte de un ser querido, una ruptura amorosa, el desencuentro con una amigo muy querido, la pérdida repentina del empleo, de la salud.

La vida cambia, pasa como las estaciones, pero a pesar de saberlo, y estar, incluso, dolorosamente conscientes de ello, no nos resignamos a renunciar a lo que queremos, a lo que nos ha hecho felices o nos ha proporcionado bienestar y seguridad, a decir el adiós a lo que no podemos retener.

A veces, simplemente, nos sentimos cansados, con una sensación de hastío, de desgano y, de pronto, comenzamos a dejar que la vida nos viva, como si viajáramos en un tren en el que no deseamos estar, pero del cual tampoco podemos bajarnos.

Si estás pasando por algo semejante, si simplemente vas sentado mirando como transcurre el viaje sin estar consciente de la experiencia, sin disfrutarlo, sin estar dispuesto a detenerte en las diferentes estaciones para conocer nuevos espacios, nuevas personas y experiencias. Detente, reflexiona, profundiza tu visión, amplia tus horizontes, traza un nuevo mapa de ruta y decídete a vivir consciente de la experiencia, abierto al aprendizaje, sin detenerte, siempre en marcha, siempre aprendiendo, siempre dejando atrás el camino andado, para descubrir el que aún te queda por recorrer y que, por cierto, es siempre, nuevo, inédito, no vivido. Ese es tu camino, el que Dios te señala, el que ha dispuesto para ti, pero el que tienes que descubrir, andar, avanzando siempre, aprendiendo siempre, amando siempre, decidido a ser feliz, a ejercer el maravilloso y divino derecho de ser feliz.

Por todo lo anterior recuerda, imprime en tu mente, que:
La vida es más que una eterna espera, algo que te sucede, es una llamada a descubrir, a crear, eso significa ¡Qué tienes que salir a encontrarte con ella! como dijera Goehte: “La puerta de la felicidad tira hacia afuera”. La felicidad no es cuestión de suerte, es el resultado de vivir. Quien busca la felicidad como la meta de la existencia se distrae de vivir.

La vida es más que sufrimiento, el sufrimiento es parte del camino que te enseña a ser fuerte y a buscar a Dios. Nadie que no ha sufrido y ha estado dispuesto a prender de la experiencia está preparado para valorar sus bendiciones, para disfrutar de las alegrías presentes, sin estacionarse en ellas como lo definitivo.

El sufrimiento pasa, las alegrías pasan, pero aprender a vivir es transitar a través de todo ello sabiendo que Dios te ha hecho libre para decidir responsablemente, libre para ejercer la facultad de no ser prisionero de la desesperación, aún en aquella situaciones en las cuales no hay elección.

Es decir que la vida es elegir la alegría, a pesar de la pérdida,
Elegir la paz, a pesar del conflicto,
Elegir el perdón, a pesar del odio sin causa,
Elegir, creer, aun cuando las circunstancias parecen decirnos que Dios está ausente.
Él ha dicho: Yo soy tu paz, tu fortaleza, tu castillo; no te dejaré ni te desampararé.
Por eso la vida es más, mucho más, que creer que lo debemos o lo podemos hacer solos.
La vida es confianza y fe. Él conoce el camino, nos acompaña en el recorrido, nos concede vivir tristezas y alegría, y nos asegura que, no importan las incidencias del recorrido, la ruta es segura, y llegaremos bien a destino.