Semana del 05 de Enero al 11 de Enero de 2024

Encontrando Fortaleza en la Fe: Incertidumbre hacia un Nuevo Año

Encontrando Fortaleza en la Fe: Incertidumbre hacia un Nuevo Año

Pastor Héctor de Luna Espinosa

En tiempos de cambios y desafíos, encontrar una brújula que guíe nuestras vidas se vuelve una necesidad vital. La búsqueda de algo más grande que nosotros mismos, algo que nos dé esperanza y dirección, nos lleva a mirar hacia la fe y a buscar un propósito más allá de las dificultades inmediatas. En medio de la incertidumbre, las situaciones cambiantes y los desafíos inesperados, surge una voz que clama por atención y paz: la voz de Dios.

El cierre de un año es a menudo un momento de reflexión, agradecimiento y evaluación. Sin embargo, también marca el comienzo de un nuevo capítulo lleno de retos desconocidos. En muchas comunidades, especialmente en zonas agrícolas que enfrentan la adversidad de la falta de lluvia, las preocupaciones por el futuro se intensifican. En tiempos así, encontrar consuelo y fuerza en la fe es fundamental.

Las palabras de aquellos que encuentran en la fe un refugio en medio de la tormenta son resonantes: "Sin fe es imposible agradar a Dios". Esta creencia profundamente arraigada no solo busca tranquilizar el alma, sino que también invita a una acción: buscar a Dios en estos tiempos turbulentos.

La guía y el apoyo divinos no son meramente un recurso para tiempos difíciles, sino un pilar fundamental de la vida diaria. Es el reconocimiento de que la sabiduría comienza con un profundo respeto por lo divino, una comprensión de que no estamos solos y de que, al rendirnos ante esta fuerza más grande, encontramos fuerza para enfrentar cualquier adversidad.

A medida que nos acercamos a un año de decisiones electorales y a un panorama político lleno de divisiones, se hace evidente la necesidad de buscar la reconciliación y la unidad. Las heridas que surgen de estas diferencias exigen ser sanadas con compasión y comprensión. En comunidades como el noreste, donde la sequía ha generado escasez de agua, la adversidad se hace sentir aún más. Sin embargo, la historia nos recuerda que la humanidad ha superado desafíos aún mayores y que la resiliencia se fortalece cuando caminamos de la mano de la divinidad.

La oración y el apoyo no solo se extienden a quienes están en el poder, sino a todos aquellos que, de una forma u otra, se ven afectados por las decisiones y circunstancias políticas. Reconocer la humanidad en cada uno, independientemente de su posición, es un paso hacia una sociedad más compasiva y unificada.

En medio de estos tiempos inciertos, la fe se convierte en el ancla que nos mantiene firmes, recordándonos que aunque los desafíos sean grandes, la fuerza de la comunidad y la guía divina nos ayudarán a superar cualquier obstáculo. La fe no solo nos fortalece individualmente, sino que nos une en solidaridad y amor por los demás, recordándonos que, a pesar de todo, no estamos solos en este viaje llamado vida.