Fernando DÃaz de Leon C.
La miseria polÃtica que exhiben algunos actores de un proceso electoral que afortunadamente está a punto de llegar a su final, confirma el dicho de esa gente que ha señalado que los potosinos somos bien cabrones y que siempre nos pintamos solos, lamentablemente no para bien.
Esta semana,- por ejemplo, hemos visto como algunos grupos, corrientes y una que otra expresión solitaria, ofrecen sumar su presunta fuerza o representación a uno u otro candidato al gobierno del estado. Auténticos vividores de la polÃtica lanzan el anzuelo para pescar lo que pique o muerda,- y lo más curioso, es que los propios partidos se están dejando enganchar.
Los dÃas previos a la jornada electoral del 7 de junio, los potosinos seguiremos presenciando verdaderas actitudes teatrales y mercenarias. Continuaremos viendo, como algunos priistas o perredistas se suman a la campaña del PAN y como varios perredistas o panistas se pronuncian en favor del PRI porque en sus partidos no fueron tomados en cuenta, ya que según ellos se tomaron decisiones cupulares en la designación de candidatos.
Esa es una,- la otra es, como los aspirantes a un cargo de elección popular comenzaron a ser presas de la desesperación, a grado tal, que con la mano en la cintura se elucubran o se forman historias de "atentados" convertidos en una verdadera farsa como esa que se inventó en el vecino municipio de Soledad de Graciano Sánchez con el presunto atentado en contra del candidato del PAN a la presidencia municipal.
Como cuchillito de palo, el PAN insiste en generar en la percepción de los potosinos de que nos encontramos ante un clima de inminente riesgo de violencia, y el PRI, por su lado, igual machaca que se está en presencia de una guerra sucia o de lodo en contra de su gobernador y de su candidato. Esto ha sido el pan de cada dÃa a los unos dÃas de los comicios y por momentos pareciera que uno y otro logran su objetivo, "calentar la plaza".
Lo más grave del asunto, es que la autoridad electoral, llámese INE o CEEPAC, sigue mudo y atrapando moscas y todo apunta a que el proceso electoral se le va de la manos, pues un dÃa y otro también, señalanla existencia de focos rojos en varios municipios, especÃficamente en la zona conurbada o metropolitana, sin que antes hubiesen por lo menos sacado la tarjeta amarilla o roja para amonestar o expulsar a los jugadores rudos y marrulleros de los distintos partidos.
Hoy vemos, como algunos candidatos han ingresado a escenarios de auténtica paranoia. Ven malos por todos lados porque los buenos nada más son ellos. Cualquier dato, cualquier indicio de error es utilizado para golpear al contrario y con ello suponen que jalarán votos y simpatÃas para su causa.
Lo cierto es, que la guerra de acusaciones, señalamientos y filtraciones es despiadada y sin cuartel, y hasta ahora, ninguno asume con humildad y madurez su virtual derrota. Siguen insistiendo en el San Luis de los buenos y en el San Luis de los malos, pero la verdad es que no les ha caÃdo el veinte. No imaginan y no miden el gran daño y el enorme riesgo que sà están provocando.
Por fortuna, esto ya casi termina, pero si no se actúa con prudencia y con el debido cuidado y pulcritud, antes y durante el 7 de junio, luego no se quejen. Los ánimos se están desbordando y si los partidos polÃticos y los árbitros electorales no asumen con madurez su responsabilidad polÃtica e institucional, entonces no se lamenten de que los potosinos hayan tomado la sabia decisión de mandarlos derechito a re tiznar a su santÃsima progenitora.
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