Viernes, 26 de Abril de 2024
CIUDAD VALLES, S.L.P.
DIRECTOR GENERAL.
SAMUEL ROA BOTELLO
Semana del 29 de Abril al 05 de Mayo de 2016

Lo que 'inteligencia militar' ocultó de Ayotzinapa

Lo que 'inteligencia militar' ocultó de Ayotzinapa

Juan Veledíaz



Un quinto vehículo militar de transporte de tropas nunca reportado, el monitoreo del ataque en tiempo real por medio de integrantes de los Órganos de Búsqueda de Información (OBI), y la custodia del lugar donde apareció el cuerpo desollado de uno de los normalistas, son algunas de las pruebas sobre la intervención del ejército en "la noche de Iguala" que se han negado a explicar.

El ejército supo de los ataques contra los estudiantes de Ayotzinapa por medio de agentes de inteligencia tanto en el escenario de la calle Galeana, la vía Juan N. Álvarez, como en la zona del Palacio de Justicia donde uno de ellos fue testigo de la agresión en directo. "¿Cuáles fueron las órdenes emitidas? ¿Qué decisiones se tomaron cuando el agente de inteligencia que se encontraba en el Palacio de Justicia informó de que los normalistas habían sido detenidos y estaban siendo golpeados por la policía municipal? ¿Por qué? ¿Por qué se envió a patrullar al escenario del Palacio de Justicia dos horas después de esos hechos, y no antes visto lo que estaba pasando en la ciudad?", son algunas de las preguntas que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), dejó abiertas para los mandos del ejército. Tras la lectura del informe surge una más: ¿En qué momento y cuál fue el motivo por el que la inteligencia militar perdió contacto con los estudiantes?

La noche del 26 de septiembre de 2014, dos militares que pertenecían al 27 batallón de infantería estuvieron presentes en las instalaciones del Centro de Monitoreo C-4, donde tuvieron el control absoluto de las cámaras instaladas en diferentes puntos de la ciudad de Iguala mientras ocurría la agresión contra estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa. Al día siguiente otros dos llegaron de relevo, mantuvieron el seguimiento al monitoreo de incidencias que se registraban en la ciudad y sus alrededores, además de la comunicación entre los diferentes cuerpos de seguridad y el ejército. Este sistema es el encargado también de recibir las llamadas de emergencia que llegan al teléfono 066, y que diversos operadores canalizan a las policías.

El sistema C-4 estaría formado por "militares encubiertos que aportan información de lo que acontece en las calles", su presencia en el centro de operación obedece a labores de inteligencia y en los días de la agresión paramilitar de las policías de Iguala, Cocula y Hutizuco contra los normalistas, respondían al grupo de información dirigido por el oficial en jefe quien estaba bajo el mando directo del coronel José Rodríguez Pérez, comandante del 27 de infantería cuando se registró el ataque y desaparición de los 43 estudiantes. El hoy general brigadier era quien hacía los nombramientos al C-4 de forma directa.

En el apartado "el 27 batallón en la noche de Iguala", que aparece en el segundo informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) dado a conocer el pasado domingo 24 de abril, se señala que si bien la operación del C-4 sería responsabilidad del gobierno del estado, en realidad quienes controlaban las cámaras y toda la información que ahí llegaba eran elementos del área de inteligencia militar.

Esa noche "los militares revisaron toda la información", tenían agentes en terreno, en la caseta de cobro donde pararon los normalistas que venían de Chilpancingo, en los lugares donde después se dieron los ataques, además de que sabían de sus movimientos desde que salieron de Tixtla, municipio donde se encuentra la normal rural "Isidro Burgos".

¿Cuál fue la evaluación que hizo el ejército de lo ocurrido la noche de Iguala?

El 27 batallón de infantería tuvo información de lo que ocurría con los estudiantes casi en tiempo real, gracias al monitoreo previo del que habían sido objeto antes "incluso de llegar a las afueras de Iguala". Sabían que se trataba de jóvenes normalistas que venían de Ayotzinapa.
"No hay claridad sobre qué evaluación de la situación hizo el ejército" con la información que recibía de sus agentes de inteligencia desde terreno y en el centro de monitoreo C-4, dice el informe. No queda claro por qué tras los ataques que sucedían en la ciudad, reportadas por un militar vestido de civil que se encontraba en el escenario de la calle Galeana, por donde salieron tres de los autobuses que fueron atacados poco después en la calle Juan N. Álvarez, el ejército no hizo nada.

El coronel Rodríguez Pérez dijo en su comparecencia el 4 de diciembre del 2014 ante la PGR, que habló entonces con el secretario de seguridad pública de Iguala, el ex cabo del 27 batallón de infantería --según respuesta a solicitud vía transparencia-- Felipe Flores Velázquez hoy prófugo.

"A quien le preguntó que si tiene algún problema con los estudiantes, a lo que me dijo que no, que no tenía ningún problema, que su personal ya se encontraba en los filtros".

La mayor parte de militares que declararon sobre la "noche de Iguala", señalaron que la salida de tropas de las instalaciones del 27 de infantería fue a las 00:30 horas, aunque durante el ataque tenían elementos desplegados del Órgano de Búsqueda de Información (OBI). En uno de los sitios del ataque, la zona del Palacio de Justicia, los militares llegaron alrededor de las 00:40 horas.

"Respecto a las actividades realizadas en dicho lugar o lo que observaron, existen muy pocos detalles en sus declaraciones. Solamente uno de los militares entrevistados señala que algunos militares se subieron al autobús a inspeccionar, mientras la mayoría niega que se diera esa inspección o simplemente no hacen referencia a ello. La mayor parte señala que cuando llegaron al escenario del Palacio de Justicia ya estaba la grúa preparando el traslado del autobús y no había más personas. No se refiere que hubiera en el lugar Policía Municipal".

"Según las referencias de procesamiento de escenas del crimen, el Ministerio Público y el perito acuden a las 00:20 horas a la escena del Palacio de Justicia. Es poco probable que a las 00:40 se estuviera retirando el autobús, aunque casi todos los militares señalan la presencia de la grúa cuando ellos llegaron y dos operarios que trataban de moverlo. No se hace referencia en las declaraciones del personal militar a la intervención del Ministerio Público que tendría que estar ahí recogiendo la evidencia. Previsiblemente, por motivos de seguridad, el MP y el perito deberían ir acompañados por Policía Estatal, pero no hay ninguna referencia de ellos en el expediente ni el testimonio de los militares. Según algunos de los testimonios de militares, el tiempo de permanencia en el lugar habría sido de 10 a 15 minutos cerca de las 00:50. Este hecho es muy significativo porque las patrullas se dirigieron al escenario donde los servicios de inteligencia, a través del soldado M, habían sido testigos del ataque a los normalistas. Dicho agente llegó cerca de las 22:00 horas, es decir, poco después de que empezara el ataque contra ellos, cuando aún se encontraban dentro del autobús lo que muestra que el ejército tenía información de la salida de normalistas y de la acción de la policía municipal muy poco tiempo después de iniciarse los hechos".

El "sospechoso" quinto vehículo militar

Eran cuatro vehículos militares, tres Cheyenne y un Sandcat blindado los que habrían salido a patrullar la noche del 26 al 27 de septiembre del 2014. Sus recorridos fueron, uno a las 23:30 horas hacia el Palacio de Justicia, comisaria de barandilla, la calle Juan N. Álvarez, el hospital Cristina y finalmente Juan N. Álvarez antes de regresar al cuartel del 27 batallón.

Dos vehículos se dirigieron hacia el crucero de Santa Teresa, rumbo a la salida a Chilpancingo. Ambos desplazamientos se realizaron alrededor de las 00:30 horas, posteriormente después de estar en ambas escenas del crimen, las patrullas volvieron al cuartel a las 05:00 horas en un caso y en el otro alrededor de las 03:00.

Un familiar del equipo de futbol Avispones, agredidos por los testaferros, relató al GIEI que alrededor de las 02:00 iba por una vía de terracería de la colonia 24 de febrero, entre el Asta Bandera y una trituradora de piedra usada para material de construcción, intentando esquivar el retén de los criminales con uniforme y tomar una vía alterna que lo sacara de Iguala. De pronto, se encontró con un camión militar que circulaba por dicha colonia. Dice en su relato:

Mi tirada era encontrar una calle que saliera acá para librar el retén de la entrada. Lo que hice fue subirme al cerro ahí por donde está la trituradora por el rumbo del asta bandera, por la trituradora. Ahí yo vi al ejército, como a las 2 am ,en sus camiones, ya con armas, lo único que pensé fue ya que pasó la tempestad ya salen estos amigos. Pero yo no tenía idea de lo que estaba pasando. La trituradora es por el rumbo del asta bandera. Es la Colonia 24 de Febrero, por Periférico Poniente. Más o menos por ese rumbo, ya en la salida a Chilpancingo. Ahí fue donde vi un camión con unos 8-10 elementos armados atrás pero hasta ahí, de esos con lonas, de los grandes, no Hummer, sino grande. Ellos iban delante de mí y yo los rebasé.

Un dato que recoge el informe del GIEI es que en esa colonia habían huido un grupo de normalistas que viajaban en el quinto autobús Estrella Roja, que huyeron de la colonia Pajaritos, cerca del área del Palacio de Justicia. Bajaron posteriormente de un cerro, caminaron por la carretera en dirección a Iguala y tomaron Periférico. En ese momento patrullas de la policía los empezaron a perseguir mientras eran atacados a tiros, huyeron por unas escaleras hacia la parte alta de dicha colonia.

En la colonia 24 de febrero se refugiaron los ocupantes de los vehículos que momentos antes habían pedido ayuda al 27 batallón, quienes relataron cómo fueron rechazados por los soldados por lo que se retiraron a solicitar auxilio a casa de unos familiares. Eran sobrevivientes del ataque al autobús de los Avispones, quienes vieron en ese lugar patrullas de la policía que los obligaron a bajar del vehículo y les advirtieron que podrían ser "confundidos", por lo que los exhortaron a irse del lugar.

"La presencia de dicho vehículo militar en dicha colonia 24 de febrero no está registrada en ninguna declaración ni reporte hasta ahora. Tampoco el vehículo militar identificado por el testigo como un "camión grande" con unos 8-10 efectivos, y no una patrulla. Es un hecho que necesita ser esclarecido", dice el informe.

Una nueva escena del crimen

Muy cerca del periférico norte y de las instalaciones donde se localizan las instalaciones del C-4, en la zona industrial de Iguala, apareció el cuerpo sin vida de Julio César Mondragón. El informe dice que los militares fueron los primeros en llegar a la escena del crimen donde yacía el cadáver desollado del joven normalista. En sus declaraciones aportan pocos detalles del hecho, "lo que sin duda podría contribuir a tener más elementos para el análisis del caso".

La hora en que los militares se enteraron del hallazgo del cuerpo de Julio César Mondragón, varía según los entrevistados. El oficial a cargo del grupo de información dijo que el aviso se dio entre las 10 y las 12 del día del 27 de septiembre. El coronel Rodríguez Pérez aseguró que fue a las 10:00 horas, otro oficial que se dirigió al lugar junto a una patrulla dijo que el aviso fue a las 09:07, y que arribó a las 09:15. "Y el informe de la Sedena señala que la salida de la patrulla a inspeccionar la zona se habría dado a las 10:20 y el levantamiento del cuerpo a las 13:30. Pero el procesamiento de la escena señala que el inicio se dio a las 09:55. Estas horas no coinciden con los testimonios del personal militar, ni con el registro de la Procuraduría General de Justicia. Sin embargo, para las 09:30 horas los peritos y el MP de la PGJ estaban en la zona haciendo la evaluación de la escena del crimen y el levantamiento del cuerpo de Julio César y las evidencias que se encontraban en el lugar. Por otra parte, según otro de los militares (...), el aviso se habría dado a las 06:00 horas. Estas informaciones contradictorias deberían aclararse y profundizarse en las declaraciones de los elementos que fueron enviados a dicho lugar, así como lo sucedido posteriormente hasta la llegada d ela PGJ", dice el informe.

Los miembros del GIEI señalan que realizaron en 12 ocasiones peticiones para realizar diversas pesquisas, elaboraron una lista de 27 integrantes del ejército y ninguna de estas tuvo respuesta positiva. No se proporcionaron bitácoras, documentos, planes de acción o informes realizados por la Sedena. "Esta falta de acceso a dicha información es considerada por el GIEI un obstáculo para la investigación al no poder acceder a información que puede ser significativa para el esclarecimiento del caso. El GIEI quiere señalar que no es solo el GIEI al que no se le ha proporcionado dicha información, sino que la mayor parte de ella no ha sido accesible tampoco para la PGR".

El coronel Rodríguez Pérez y los servicios de inteligencia del 27 batallón, tuvieron información "en tiempo real de los movimientos de los normalistas y controlaron su recorrido tanto antes de llegar a las afueras de Iguala como posteriormente cuando se dirigieron a la ciudad, a través del C-4 y dos agentes de inteligencia". Buena parte de esta información fue del conocimiento del general Alejandro Saavedra Hernández, entonces comandante de la 35 zona militar en Chilpancingo.

"Los trayectos señalados por los diferentes agentes y patrullas muestran varios tipos de acciones pos parte del ejército: a) acciones de vigilancia de los normalistas, llevadas a cabo por agentes de inteligencia vestidos de civil, tanto antes de su llegada a la ciudad como en el escenario en que se estaban dando los ataques, b) visitas al Hospital General de Iguala para registrar los heridos o muertos producidos por los ataques, c) salidas de dos patrullas con dos vehículos cada uno al escenario del crucero de Santa Teresa por una parte, y al escenario del Palacio de Justicia y Juan N. Álvarez y Hospital Cristina por otra, d) envío de una patrulla en la mañana del día 27 a la custodia y protección de la escena del Camino del andariego, donde apareció el cuerpo de Julio César Mondragón".

Dice una fuente de alto nivel del área de inteligencia militar, consultado sobre el contenido del informe del GIEI y quien pidió omitir su nombre y rango: "Durante los seguimientos en ningún momento se pierde de vista el objetivo, si por alguna razón se pierde el contacto, se informa al escalón superior y se especifican los motivos. Es un principio de los Órganos de Búsqueda de Información (OBI). En este sentido deberán explicar en qué momento se perdió el contacto con los estudiantes y los motivos".

twitter: @velediaz424
sitio web: estadomayor.mx

 


emsavalles© 2006 - 2024 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos sin previa autorización.
Emsavalles Publicidad, Escontría, 216-A, Zona Centro, Ciudad Valles, S.L.P. Tel:481-382-33-27 y 481-381-72-86. emsavalles@hotmail.com. contabilidad@emsavalles.com
No. de Certificado de Reserva Otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2021-071615041800-203 04-2022-080212185100-30.