Fernando Garduza
Hace unos meses se levantó en el Congreso del Estado un grupo de diputados rebeldes contra las cúpulas partidistas. Se hicieron llamar âLos Broncosâ. Estos particulares personajes en su momento parecÃan una nueva bancada con la fuerza suficiente para desbalancear cualquier decisión de un partido o de otro. Con el paso del tiempo, sus propios partidos les fueron recordando quién manda y finalmente perdieron fuerza. La ingobernabilidad provocada en ese momento por el grupo, en su mayorÃa afÃn a Cándido Ochoa Rojas, ahora parece que les cobra factura
Manuel Barrera Guillén, J. Guadalupe Torres Sánchez, Enrique Alejandro Flores Flores, Héctor Mendizábal Pérez, José Luis Romero Calzada, Sergio Desfassiux Cabello, Xitlálic Sánchez ServÃn, Jorge Luis DÃaz Salinas, Mariano Niño MartÃnez, Rubén Magdaleno Contreras (suplente de José Ricardo GarcÃa Melo que entonces tenÃa licencia), Alejandro Segovia Hernández y José Belmárez Herrera, son los denominados Broncos.
En su momento, criticaron a las cúpulas de sus partidos, y tras algunas decisiones polémicas, el grupo simplemente desapareció, sin embargo sus filias se mantienen. Barrera Guillén, Torres Sánchez, Flores Flores, Mendizábal Pérez y Romero Calzada, son afines a Cándido Ochoa Rojas, diputado federal por la alianza entre los partidos Verde y Revolucionario Institucional (PRI).
El también ex secretario general de Gobierno, fue impulsado para las elecciones del 2015 por Barrera Guillén, presidente del Verde que fue un factor importante para que Ochoa Rojas consiguiera la curul en la Cámara Baja.
Los Broncos, en su momento provocaron una imagen de ingobernabilidad, en cuanto a control polÃtico y de la bancada se refiere, dando paso a otros perfiles como Ãscar Bautista Villegas y al propio Ochoa Rojas por medio de sus alfiles.
Ahora, ante el escándalo por los videos filtrados de Flores Flores, la situación se revierte para quienes integran el grupo afÃn al ex secretario de Gobierno, pues cada uno de ellos ha sido señalado y dos ya solicitaron licencia, el mencionado panista y el perredista Torres Sánchez.
Quien parecÃa no tener mayor problema pues las acusaciones en su contra no eran directas a su persona, sino hacia su hermano por supuestamente controlar la AuditorÃa Superior del Estado, era Barrera Guillén, sin embargo ahora parecer ser el más complicado por aferrarse a mantenerse en la diputación tras la licencia de los otros implicados.
Este hecho no solamente lo debilita ante la opinión pública y en el propio Congreso del Estado, sino que también en sus intenciones por refrendarse como presidente del Partido Verde en San Luis PotosÃ, lo cual ahora mismo parece lejano considerando las erradas decisiones que ha tomado.
La lucha entre los grupos afines a Carreras López y a Ochoa Rojas, parece haber dado un giro favorable para el gobernador, pues no solamente fueron trastocados los intereses del diputado federal en el Congreso, sino también en la AuditorÃa Superior del Estado tras la salida de José de Jesús MartÃnez Loredo, quien en su momento fue promovido por el entonces secretario de general de Gobierno.
Ahora, ante el debilitamiento del grupo de Cándido, solo resta saber qué ocurrirá con Mendizábal Pérez y con Romero Calzada, el primero ya también fue embarrado en el tema de la ASE al ser señalado como uno de los diputados con más recomendados en el órgano fiscalizador, mientras que el segundo, al menos por ahora, la va librando.
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