Semana del 19 de Enero al 25 de Enero de 2018

El lenguaje cristiano

El lenguaje cristiano

Rodolfo del Ángel del Ángel

Una de las experiencias más desafiantes que vivo en este momento es aprender a comunicarme en un lenguaje que no es el propio, muy diferente a aquel que aprendí desde de la infancia y con el cual me he comunicado toda mi vida. El inglés es un segundo idioma que poco a poco voy adquiriendo, debo escuchar muy atentamente y luego tratar de construir las oraciones en mi mente antes de hablar. Desde luego, es frecuente que cometa equivocaciones que hacen que mis palabras sean incomprensibles o, incluso, provoquen risa. La situación se vuelve más compleja cuando tomas conciencia de que no sólo se trata de hablar el idioma, sino entender la cultura que rodea la comunicación por medio del habla. Cada cultura tiene sus propias formas de aproximación a otros, costumbres y convencionalismos sociales de lo que es permitido o no, de la manera como se construyen las relaciones entre las personas.

He tomado conciencia dramática de lo anterior especialmente en esta semana que en el entrenamiento de lenguaje y escritura hemos salido a las calles de Chicago en pequeños grupos para tratar de entrar en contacto con la gente y conocer que piensan sobre diversos tópicos de interés social.

Todo ello me ha hecho pensar que, con frecuencia, uno se siente cómodo con lo que es, en el grupo social al que pertenece y hablando el idioma que le resulta conocido. Tomar conciencia de una nueva realidad nos confronta con nosotros mismos y con la necesidad de cambiar, de estar abiertos al aprendizaje y a nuevas formas de relacionarse.

Ser cristiano no sólo es experimentar un cambio radical en lo interior del corazón, es entrar en una nueva forma de vida que conlleva nuevas relaciones también y aprender un lenguaje desconocido hasta entonces. Para construir esas relaciones debemos aprender a vivir en comunidad, la comunidad de los cristianos y aprender también a hablar el lenguaje distintivo de aquellos que se confiesan discípulos de Jesús.

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).

San Pablo refiere este nuevo lenguaje que el cristiano debe aprender, lo podemos llamar el idioma del cristiano, o el lenguaje de Cristo: “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. . .Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación de los oyentes, a fin de dar gracia a los oyentes” (Efesios 4:25, 29).

¡No cabe duda que aprender a hablar este idioma es más difícil y desafiante que aprender cualquier otro idioma de los que existen en el mundo! Para ello se necesita no solo habilidad y conocimiento, sino humildad, amor y un nuevo corazón. Pero gracias a Dios, tenemos al más excelente y sabio de todos los maestros: El Espíritu Santo.

¿Qué tanto has aprendido a comunicarte “en cristiano”? Sin duda esta pregunta nos desafía y nos llama al cambio.

Ora conmigo de la siguiente manera: “Espíritu Santo, reconozco con humildad que frecuentemente sigo utilizando mi viejo lenguaje de criatura caída. Tú me has dado un nuevo corazón, ayúdame a aprender también el nuevo lenguaje de los cristianos, para alabar, agradecer a Dios y edificar a mis hermanos” AMÉN.