Rodolfo del Ãngel del Ãngel
Esta fue la solicitud de aquellos extranjeros griegos que se acercaron a los discÃpulos según nos narra el evangelio según San Juan: âSeñor, queremos ver a Jesúsâ (Juan 12:20). La expresión está llena de sentido. En primer término, el hecho de que el apóstol Juan halla incluido este pasaje en la narrativa de la vida y le ministerio del Señor revela claramente como la vocación redentora de Jesús alcanzarÃa a la familia humana sin distinción de nacionalidad, género o status social. El amor de Jesús es asÃ, un amor universal por todos los pecadores. Ciertamente como Jesús lo afirma enseguida el habrÃa de morir para traer mucho fruto para Dios, su salvación serÃa anunciada a todos los pueblos y naciones de tal modo que siendo levantado a todos atraerÃa a el mismo.
Pero en estas palabras hay todavÃa un significado más profundo y desafiante. Aquellos griegos no verÃan satisfecho su necesidad y su búsqueda hasta no ver a Jesús. La gente busca esperanza, anda inquiriendo para satisfacer las necesidades profundas del alma: Salvación, seguridad, paz, comunión, relación con lo divino. En aquel tiempo los extranjeros preguntaron a sus discÃpulos, es decir, a aquellos los que andaban con Jesús. ¿Dónde deben buscar las personas hoy para llenar sus búsquedas insatisfechas? ¿A quiénes puede acudir la gente para encontrarse con Jesús?
La respuesta sigue siendo la misma hoy que entonces, a los que andan con Jesús, a sus discÃpulos. ¿Pero cómo se ha de hacer Jesús presente, visible y tangible si él ha ascendido al Padre? Jesús mismo responde a estas inquietudes, pues al saber Jesús que inquirÃan por él respondió que en su muerte y glorificación él traerÃa abundante fruto de salvación y que luego él se harÃa presente en el mundo a través de sus seguidores: âdonde yo esté, allà estará mi servidorâ (Juan 12:26). ¡Que palabras más desafiantes! Ãl está presente vivo y resucitado allà donde están sus siervos. Eso significa que en cualquier sitio donde los cristianos aman y sirven en su nombre allà está el Señor, allà puede ser encontrado, visto y escuchado en todo su poder redentor.
Todo esto significa que si la gente no encuentra a Jesús hoy dÃa es que no advierte claramente la presencia de sus servidores. El mundo reclama mucho más que una definición del evangelio, más que una religión organizada o frÃos dogmas impersonales. Necesita con urgencia una prueba vibrante del poder transformador de Cristo a través de la presencia de sus discÃpulos que se entregan a la humanidad en su nombre para abrazar a los pecadores, para amar sin condiciones, para compartir generosamente, para preocuparse de los más pequeños y sencillos, para saciar al hambriento, para defender al huérfano, a la viuda, al pobre, el extranjero y al desamparado, para compartir la pasión de Jesús de llevar una palabra y una presencia que significa esperanza y salvación allà donde todo parece perdido.
Asà es que no olvidemos que la gente alrededor sigue inquiriendo: âQueremos ver a Jesúsâ. En nuestro compromiso como discÃpulos de Cristo ¿encuentran ellos la respuesta a su búsqueda?
emsavalles© 2006 - 2024 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos sin previa autorización.
Emsavalles Publicidad, Escontría, 216-A, Zona Centro, Ciudad Valles, S.L.P. Tel:481-382-33-27 y 481-381-72-86. emsavalles@hotmail.com. contabilidad@emsavalles.com
No. de Certificado de Reserva Otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2021-071615041800-203