Imelda Hernández
Hasta 70% han disminuido las ventas de los tradicionales algodoneros
Rosa, morado, verde, azul y con un clásico olor a caramelo, es como los potosinos ven hacia atrás y recuerdan a los tradicionales algodoneros, esos que recorrÃan parques, plazas y avenidas llevando alegrÃas a los pequeñitos dispuestos a gastar algunos pesos en un rico aperitivo.
Los algodoneros hoy están en riesgo de extinción, pues la pandemia y los niños con gustos más exigentes ha hecho que la costumbre de adquirir un producto de este tipo se quede atrás.
Pese a que la costumbre podrÃa estar en riesgo de morir, aún hay hombres y mujeres que no pierden la fe y siguen recorriendo calles y avenidas buscando un niño antojadizo que se vea atraÃdo por los colores brillantes de los algodones.
Este es el caso de Rodrigo Payán, quien desde hace cerca de diez años se dedica a la venta de algodones, ve con tristeza como esta dulce tradición se extingue con el paso de los dÃas, meses o semanas que transcurren dentro de la pandemia que parece no tener fin.
Este hombre, deseoso de tener una oportunidad laboral a su llegada a San Luis Potosà se inició en el negocio de producción y venta de algodones en el cual cada dÃa las ganancias son menores "ahora los niños prefieren otras cosas, nuestras ventas han caÃdo bastante desde que empezó la pandemia".
Originario de Coahuila, llegó a San Luis PotosÃ, y a cambio de un techo donde vivir y un plato de comida caliente, Rodrigo Payán decidió empezar en este negocio, que le ha dejado alegrÃas, gustos y uno que otro pesar.
Manifestó que al dÃa de hoy la venta de estos productos ha disminuido un 70% a causa de diferentes factores, entre esos la pandemia.
"Hoy los niños prefieren otras cosas, prefieren otro tipo de dulces y en ocasiones también los papás les dicen que mejor les compran otras cosas, se ha ido terminando la tradición de adquirir estos productos, para nosotros es cada vez más complicado venderlos", señaló.
El señor Rodrigo señaló que antes era difÃcil que se le quedarán algunas piezas, hoy es difÃcil venderlas todas.
"Diario salgo con mis algodones me traigo 80 o 90 antes regresaba a casa sin uno solo hoy a veces esos 80 los logro vender hasta en tres dÃas, las ganancias son pocas pues cad algodón se da a 20 pesos y es poco lo que deja de ganancia, pero al menos nos da para comer", remato.
El hombre de más de 70 años hizo un llamado a los potosinos para mantener vivas las tradiciones y fuentes de empleo para los algodoneros potosinos.
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