Jueves, 02 de Mayo de 2024
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SAMUEL ROA BOTELLO
Semana del 08 de Septiembre al 14 de Septiembre de 2016

Oportuno "lavado" de imagen

Oportuno "lavado" de imagen

Juan Veledíaz



Los pleitos en la Conade y el retrato de la corrupción de Alfredo Castillo Cervantes, exhibido en sus frivolidades en los Juegos Olímpicos de Río 2016, hizo que el triunfo de cuatro de los cinco medallistas olímpicos sirviera como "bálsamo" en las horas más bajas para el ejército y la armada de México. Un punto a favor para las fuerzas armadas, fue mantener el programa de apoyo a los atletas de alto rendimiento, que le redituó en cuatro preseas olímpicas que sirvieron para mejorar en algo su deteriorada imagen frente a la sociedad. Aunque los medallistas de las fuerzas armadas no son militares de profesión, sino civiles que reciben apoyo del ejército y la marina para su desempeño deportivo, el solo hecho de representar a estas instituciones colocó en buen lugar la estrategia castrense de apoyar al deporte competitivo.

Alfredo Castillo Cervantes tenía una sonrisa de oreja a oreja la tarde del viernes 26 de agosto pasado, cuando salió de los Pinos donde el presidente de la república recibió a un reducido grupo de atletas y a los medallistas olímpicos de Río de Janeiro 2016. Momentos antes Enrique Peña Nieto le había dado el espaldarazo, al viejo estilo priista, para que siguiera al frente de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (CONADE).

El martes 30 en una reunión con diputados federales de la comisión del deporte que preside el legislador priista Pablo Gamboa Miner, el titular de Conade dijo que hubo falta de transparencia en manejo de recursos por parte de las federaciones y señaló que por ello existen denuncias en la PGR contra las de Tiro con Arco, Beisbol, Frontón, y Atletismo. Aseguró que existen sospechas de peculado por más de 68 millones de pesos.

De lo que no habló en esa reunión "a modo", como la llamaron algunos deportistas y federativos críticos con la gestión de Castillo Cervantes, quien es primo de Humberto Castillejos Cervantes el todopoderoso asesor presidencial, fue de las "jugosas becas" que otorga a sus amigos desde que llegó a la Conade. De acuerdo a un reportaje publicado esta semana en la revista Proceso, las prebendas son otorgadas con cifras muy superiores a las que ganan entrenadores cuya labor se centra en la preparación de atletas de alto nivel.

El texto cita como ejemplo la beca a Ricardo Langre, amigo de Castillo con quien coincidió en el Club Raqueta Bosques, quien recibe un pago mensual de 81 mil pesos desde noviembre del 2015. Aparece como "entrenador" y "director de tenis de Conade", donde presuntamente se encarga de la preparación de Marcos Madrid y Yadira Silva, ambos tenistas pero de mesa, quienes no conocen a Langre, detalla la publicación. El entrenador de Silva es Roberto Madrigal, ya que ambos viven en Tabasco, mientras que el otro tenista vive en París.

Con 96 mil pesos otro de los beneficiarios de las "becas" de Castillo es Israel Valero, quien se dice entrena a varios frontenistas. Su ingreso es muy superior al que recibe el coach Iván Bautista, quien entrena Germán Sánchez, medallista de Río, entre otros clavadistas, indica el trabajo realizado por la reportera Beatriz Pereira.

"Lavado" de imagen

De acuerdo a varios analistas castrenses del deporte, militares en activo y ex militares, el momento no pudo ser más oportuno cuando cuatro de los cinco medallistas olímpicos, representan a las fuerzas armadas. Su reconocimiento llega en el momento más oportuno para el ejército y la armada de México, los casos de las ejecuciones extrajudiciales en Tlatlaya, la participación aún sin aclarar de militares en los hechos de Iguala donde se dio la desaparición de 43 estudiantes normalistas en septiembre del 2014, y los asesinatos contra civiles que les imputan en Tamaulipas y Nuevo León a los marinos, son parte de la pesada "carga mediática" que repercute en su imagen frente a la sociedad mexicana.

Los triunfos de María del Rosario Espinosa, plata en Taekwondo; Germán Sánchez plata en clavados, Ismael Hernández Uscanga, bronce en pentatlón moderno, los tres representantes del ejército, y de María Guadalupe González Romero, plata en 20 kilómetros de camina, representante de la armada, le dieron "un respiro" a la deteriorada imagen que tienen las fuerzas armadas en varias zonas del país.

Sin embargo si se compara con los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 existe un retroceso en los resultados. Uno de los aciertos del alto mando militar en la marina y en el ejército, fue mantener el programa de apoyo a los deportistas de alto rendimiento. Se les otorga un "haber" o sueldo, se les da atención médica y facilidades para el uso de instalaciones castrenses para entrenar durante su preparación previa a los juegos olímpicos.

Los cuatro medallistas en Río de Janeiro se prepararon bajo el esquema de patrocinio militar, pero ninguno tiene formación militar profesional por haber egresado de algún plantel como ocurrió con Humberto Mariles Cortés y José Pedraza Zúñiga, el primer egresado como oficial del Colegio Militar, era teniente coronel de caballería cuando ganó dos medallas de oro en Londres 1948 en pruebas ecuestres; el sargento Pedraza era egresado de la Escuela Militar de Transmisiones, ganó plata en los 20 kilómetros de caminata en México 1968. Eran dos casos de atletas de élite con formación cien por ciento castrense, dice uno de los militares consultados que pidió no ser citado por nombre ni rango.

"Esta condición de formación militar del finado general Mariles y el extinto sargento Pedraza, respecto a los cuatro medallistas olímpicos militares del 2016, lleva a pensar que para colgarse una presea olímpica no es condición ser militar de formación profesional. Más bien se interpreta que la condición principal es una aplicación transparente de los recursos debidamente administrados a los deportistas de alto rendimiento. Porque la disciplina y tenacidad no son cualidades exclusivas del ámbito castrense sino que los atletas lo traen desde el seno familiar, es decir el uniforme verde olivo no en todos los casos forma atletas de alto rendimiento, el éxito de estos se produce bajo una adecuada conducción por parte de las fuerzas armadas", señala.

Visto el contexto de denuncias contra Castillo Cervantes, quien pidió disculpas por llevarse a su novia a Brasil y vestirla en el desfile de la ceremonia de inauguración con el costoso atuendo de la delegación mexicana, en lo que llamó un acto de "frivolidad", surge la pregunta, ¿por qué las fuerzas armadas tienen que suplir en sus funciones y responsabilidades a los organismos civiles que existen para el desarrollo del deporte de alto rendimiento en México que reciben un presupuesto para tal fin?

Existe consenso entre legisladores federales de oposición, atletas de alto rendimiento retirados, periodistas de deportes y analistas políticos de que organismos como la Conade, son ineficientes y están en la actualidad envueltos en conflictos generados por la disputa de la "jugosa" partida que implica el dinero que se les otorga. Sin contar patrocinios y apoyos de los que no se rinden cuentas, origen de la confrontación de Castillo con las federaciones quien, además, no tiene facultades para pedirlas.

"Ese conflicto crea un ambiente negativo para el deportista y no le permite el pleno desarrollo de sus capacidades. Aunque el esquema de administración militar de atletas de alto rendimiento no está exento de acusaciones de corrupción", opina otro oficial consultado.

Los resultados en Río 2016 quedaran marcados por las disputas entre la Conade y las federaciones, así como los señalamientos de corrupción contra Castillo Cervantes. No justificaron la inversión que el erario hizo en el ciclo olímpico para Brasil, y por el contrario, la Defensa Nacional y la Armada de México se colocaron con un punto destacado entre la simpatía de los ciudadanos. Ese reconocimiento a los atletas, añade este entrevistado, sirvió de bálsamo ante el desgaste de la imagen de los militares por los señalamientos derivados de la "guerra contra el narcotráfico" heredada por Felipe Calderón y continuada en por el actual gobierno.

El reconocimiento público de los atletas al apoyo que recibieron de las fuerzas armadas, exhibió la ineficacia de organismos como el Comité Olímpico Mexicano, que junto a la Conade, lucen como lastres para el desarrollo y continuidad de las estrategias con atletas de alto rendimiento.

"El engaño publicitario es pretender que la sociedad crea que (los medallistas) son militares de formación cuando en realidad no lo son, son deportistas formados en el ámbito civil que fueron apoyados por las fuerzas armadas mientras los organismos deportivos que tienen presupuestos dedicado a eso los ignoraron", concluye.

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