Semana del 20 de Diciembre al 26 de Diciembre de 2019

El egoísmo de la basura

El egoísmo de la basura

Nallely Rivera

Un problema más de infraestructura, los desechos de los vallenses son cada día más y la cultura de la limpieza escasa.

El problema de la recolección de basura es uno de los más arraigados y de los que más se adolece la sociedad vallense, durante administraciones municipales a esta situación solo se le daba un “mejoralito” y los pretextos de siempre; “Los camiones están descompuestos”, “No hay recursos para arreglarlos ni para adquirir más”, “Falta personal” y es que ahí está el detalle; siempre buscamos que la basura sea el problema de alguien más.

Por primera vez en muchos años Valles renovó sus flotillas de camiones recolectores y expandió sus rutas a sectores olvidados por el municipio donde la gente tenía que resolver de alguna manera el desecho de su basura y donde curiosamente, es donde la población es más organizada en el manejo de ella, que en sectores urbanizados de la ciudad.

Pero desafortunadamente y a pesar del trabajo visible del municipio para mantener las calles y las colonias limpias, el problema persiste, básicamente, por la falta de cultura de las personas que no quieren hacerse responsables de lo que desechan.

Porque es más fácil tirar la basura de lo que consumimos mientras vamos por la calle, en los terrenos baldíos, aventarla por la ventana mientras vamos a bordo de un vehículo en movimiento, a las orillas de los arroyos y ríos, es más cómodo dejarla afuera de nuestros locales o hacer semilleros de basureros clandestinos de uso comunitario en lugares abandonados.

Es más práctico amarrarla en bolsas y dejarlas en las esquinas o afuera de nuestras casas, que conseguir nuestro propio tambo para que los animalitos en la calle no la rieguen y se vuelva un foco de insalubridad y de mala imagen para nuestro entorno.

Es mucho más sencillo dejar que se acumule en las esquinas y quejarnos de la falta de recolección, y esperar a que alguien más venga por ella y nos resuelva el problema, que organizarse entre vecinos y entre todos llevarse la basura hasta el relleno sanitario.

Porque vemos un bote desbordando de basura en la calle y optamos por arrojarle más para deshacernos de lo que llevamos en la mano y queremos tirar, en lugar de llevarla con nosotros y buscar el bote más próximo, como siempre, esperamos que sean “las hormiguitas” las que se encarguen de juntar esa basura porque ya no es nuestro problema lo que pase con ella una vez que la tiramos.

Otra vez y como siempre, queremos que alguien más nos dé la solución y no mover un dedo para nosotros contribuir a ella, me queda claro que ni el servicio de recolección de basura más eficiente del país del primer mundo es capaz de terminar con el problema de la contaminación y la basura si su sociedad no está dispuesta a hacerse responsable y cumplir con su parte.

No se trata del poder adquisitivo de las personas, el ser limpio y hacerse responsable del lugar que ocupamos en el planeta es decisión de uno mismo, pero basta con ver lo que pasa al término de un evento público y la estela de basura que los asistentes dejaron, porque como siempre, el recoger esa basura que tiramos es el problema de alguien más, pero no el nuestro.

Estamos condenados a ser una ciudad sucia mientras sigamos siendo ciudadanos sin cultura, irresponsables y egoístas en el manejo de nuestra basura, porque al parecer, estamos aquí para que nos atiendan y resuelvan nuestros problemas, pero no para contribuir a esa solución.

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