Semana del 28 de Octubre al 03 de Noviembre de 2022

Sin control de daños

Sin control de daños

Juan Veledíaz

El nerviosismo es evidente en la plana mayor de la secretaría de la Defensa Nacional. La crisis de seguridad que estalló tras el hackeo del colectivo Guacamaya, minimizado por la demagogia presidencial, fue el fantasma que se paseó durante la reunión de alto nivel convocada a fines de la semana pasada en Washington, a donde volaron en un avión militar lo titulares de Marina y Defensa con sus respectivos equipos.

Desde que reventó el problema el militar más requerido y que prácticamente no se despega del general Luis Crescencio Sandoval González, es el jefe de la sección segunda (S-2) del Estado Mayor de la Defensa Nacional (EMDN). El titular de inteligencia militar es un brigadier que ascendió al generalato en 2017, llama la atención que contrario a sus antecesores que hicieron de la discreción norma no escrita en su cargo, se ha dejado fotografiar en diferentes eventos. Incluido el convocado en la capital estadounidense donde apareció sentado detrás del secretario de la Defensa en una visita relámpago de menos de 24 horas.

La sección segunda es una de las más activas en el intercambio de actividades y programas con el Comando Norte estadounidense. Documentos revisados del hackeo de Guacamaya registran una intensa actividad en este 2022 que van desde cursos de operaciones de apoyo a la información militar hasta entrenamiento móvil y análisis forense.

Más allá de las revelaciones sobre temas reservados y confidenciales en los documentos que se han publicado, lo que más ha llamado la atención en la opinión pública ha sido el seguimiento y análisis que hacen a los diferentes "campos de poder", como dividen la generación de información de las áreas políticas, social, económico y delictiva del país.

Un intento de control de daños que han echado a andar en el EMDN se encuentra en el monitoreo permanente de todo lo que se esté publicando con la guía Guacamaya, un marcaje en tiempo real a las voces críticas y un análisis prospectivo del rumbo que pueda tomar la conversación pública conforme se conozcan más detalles del trabajo realizado por las distintas áreas con la S-2 como punto de referencia.

Los primeros costos del affair Guacamaya los vivió en días pasados el general Sandoval luego de cancelar la reunión con legisladores de la comisión de Defensa de la cámara de diputados, que aumentó el volumen de las críticas sobre la falta de controles legislativos para la rendición de cuentas del titular de la Sedena. Su presencia el miércoles 19 de octubre en el senado de la República al asistir a la comparecencia de Rosa Isela Rodríguez, secretaria de Seguridad Ciudadana, ameritó que escuchara una de las críticas más fuertes que se recuerde a un titular de la Defensa.

El ex panista Germán Martínez respondió al discurso de septiembre pasado del general Sandoval donde acusó que había expresiones tendenciosas movidas por intereses personales que buscan apartar a la ciudadanía de las fuerzas armadas. Le recordó el reglamento de deberes militares donde se prohíbe a militares en servicio activo intervenir en asuntos civiles y fija límites a la expresión de ideas en temas políticos y religiosos. Es decir, le recordó que no puede ser "matraquero", como lo llamaron algunos columnistas, del jefe político en turno.

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