Héctor de Luna Espinosa
Perdonar significa ser borrón y cuenta nueva, absolver o cancelar una deuda. Cuando le hacemos daño a alguien, buscamos su perdón a fin de restaurar la relación. El perdón no se otorga porque la persona merezca ser perdonada; nadie merece ser perdonado. El perdón es un acto de amor, misericordia y gracia. Es una decisión de no guardar rencor a otra persona pese a lo que haya hecho.
La Biblia nos enseña que todos necesitamos el perdón de Dios, ya que todos hemos cometido pecado. En Eclesiastés se nos dice que ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y que nunca peque. Además, en 1 Juan 1:8 se nos dice que si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Todo pecado es, a la larga, un acto de rebelión contra Dios, y como resultado, necesitamos desesperadamente su perdón. Si nuestros pecados no son perdonados, pasaremos la eternidad sufriendo las consecuencias de esos pecados.
Afortunadamente, Dios es tierno y compasivo. Él anhela perdonar nuestros pecados y es paciente, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. Dios desea perdonarnos, y ha hecho provisión para nuestro perdón. El único castigo justo por nuestros pecados es la muerte. La primera parte de Romanos 6:23 declara que "la paga del pecado es la muerte". La muerte eterna es lo que hemos ganado por nuestros pecados.
En su plan perfecto, Dios se hizo hombre en la persona de Jesucristo. Jesús murió en la cruz llevando el castigo que merecíamos. 2 Corintios 5:21 nos enseña que "al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él". En la cruz, Jesús sufrió la muerte que nosotros merecíamos. Siendo Dios, su muerte trajo el perdón de los pecados del mundo entero. Él es la propiciación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros, sino por los de todo el mundo.
Jesús resucitó, proclamando su victoria sobre el pecado y la muerte. Gracias a su muerte y resurrección, podemos ver la segunda parte de Romanos 6:23: "Mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor". ¿Quieres que tus pecados sean perdonados? El perdón está disponible si pones tu fe en Jesucristo como tu Salvador. Jesús pagó la deuda por nosotros para que pudiéramos ser perdonados. Todo lo que tienes que hacer es pedirle a Dios que te perdone a través de Jesús.
Si crees que Jesús murió para pagar tu perdón, entonces recibirás ese perdón. La Biblia dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, más tenga vida eterna" y "No envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él". En realidad, no puedes ganar el perdón de Dios ni pagarle por él; solo puedes recibirlo por la fe, por medio de su gracia y misericordia.
Si deseas aceptar a Jesucristo como tu Señor y Salvador y recibir el perdón de Dios, puedes acompañar esta oración:
"Dios, sé que he pecado contra ti y merezco el castigo, pero Jesucristo tomó el castigo que yo merecía, de manera que a través de la fe en él yo pueda ser perdonado. Pongo mi confianza en ti para la salvación. Gracias por tu maravillosa gracia y perdón. Amén."
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