Semana del 27 de Febrero al 05 de Marzo 2015

Calolo en una encrucijada

Calolo en una encrucijada

Fernando Díaz de Leon C.

La postulación de Fernando Pérez Espinoza como candidato de las izquierdas al gobierno del estado tiene patente, rúbrica, nombre y rostro. Si alguna corriente impulsó la posibilidad de convertirlo en el candidato del PRD, fue justamente la fuerza política que representan en Soledad de Graciano Sánchez los Gallardos.

Se entiende que el objetivo primero, después de la gran traición en su contra, habría sido impedir y cerrarle el paso a Eugenio Govea Arcos, dirigente local del Partido Movimiento Ciudadano PMC, luego vendrá lo inevitable: Cobrar la segunda factura el 7 de junio ante la torpeza política cometida por la dirigencia nacional del PRD.

La lógica de la designación de Calolo es entendible y tienen varias explicaciones. La primera,- es que realmente pensó en convertirse en una opción distinta y porque creyó que una corriente política priista se pondría a su servicio y a su disposición después de su frustrado intento de convertirse en el candidato del PRI.

Eso no sucederá, porque si bien es cierto que el ex presidente y ahora ex diputado priista logró construir afectos por favores concedidos con algunos presidentes municipales y diputados locales que ya van de salida, no le resultará sencillo embarcarlos en una aventura incierta. Ya el diputado Cristian Sánchez se lo dijo puntualmente: “Solo decidiste, solo te vas, compadre.”

Fernando Pérez Espinoza merece todo nuestro respeto, aprecio y consideración, y justamente por ello es preciso ver un poco en retrospectiva el escenario en el que se desenvuelve.

Calolo es un hombre con luz propia, nadie lo discute, lo ha demostrado en otros espacios, sin embargo su candidatura tiene una paternidad que no solo logró cobrar la primera factura, sino que va por la segunda. Si Pérez Espinoza está pensando que la fuerza política que lo impulso lo llevará a un triunfo, podría estar cometiendo un grave error.

El agravio cometido en contra del “Gallardismo” está muy reciente y muy por encima de las aspiraciones de Pérez Espinoza. Es algo que va mucho más allá de los esfuerzos de Calolo, porque no le será fácil convencer a toda una expresión política que se siente ofendida, dolida y que además afirma que en este momento ninguno otro contendiente identificado con la izquierda tiene el carisma y los tamaños para reemplazar a una figura como la de Ricardo Gallardo Cardona.

Toda esa base social que respaldó el proyecto de Ricardo, efectivamente saldrá el 7 de junio, pero no para votar por Fernando Pérez Espinoza, sino para declarar nulo su voto como una muestra de rechazo y repudio a quien cometió la rudeza política de echarle encima la fuerza del estado para excluirlo, eliminarlo de la contienda y recluirlo en un penal de Hermosillo, Sonora.

Calolo sabe, y muchos sabemos por qué decidió jugar por los partidos de izquierda. Él sabe que la presión ejercida todavía la semana pasada hacia el líder nacional del PRI, Cesar Camacho, para que lo considerara en las primeras posiciones de candidatos a diputados federales plurinominales del PRI no le prosperó, y eso fue justamente lo que aprovecharon los partidos de izquierda para levantar su mira y capturar la presa.

No hará falta que Calolo renuncie al PRI, estatutariamente ya quedó fuera. Ya muchos, priistas y no priistas lo acusaron de traidor, desertor y le aplicaron todos los calificativos habidos y por haber por su decisión tomada.

Fernando Pérez Espinoza, no inicia bien su aventura cuando expresa que su lucha no es el poder por el poder sino por el bienestar de la sociedad, algo que en política no aplica, tal vez en un seminario o en alguna hermandad cristiana sí, pero no en los partidos que es su principio y finalidad para su existencia.

En términos de un resultado electoral optimista, para intentar colocar al PRD como segunda fuerza electoral, Calolo tendría que gastar mucho para lograr penetrar y convencer. No faltarán quienes lo hagan desembolsar para que de su propio peculio logre soportar la carga financiera que representa una campaña para gobernador.

Calolo es un buen hombre pero no faltará quienes lo intenten sorprender, haciéndole creer que es la alternativa. Le soplarán al oído, le dirán que su oferta y propuesta es la mejor y le harán desembolsar una buena parte de un patrimonio que por muchos años ha construido con el esfuerzo de él y su familia.

Si Pérez Espinoza, no percibe y no entiende donde está parado, si no comprende el escenario en el que se ha metido, podría sufrir la mayor frustración de su vida, algo que por supuesto no se le desea, sin embargo corre el inminente riesgo de la diabólica adulación de aquellos que pretenderán llevarlo por el camino del engaño.

De entrada, Calolo debe tener muy claro que las condiciones políticas de la llamada izquierda son otras después del 6 de enero. El escenario cambió y se modificó radicalmente, y por mucho que le invierta, no podrá sustituir a un liderazgo que apuntaba a un proyecto distinto, auténtico y genuino.

Ahora bien, si cree que puede hacer historia y cambiar el rumbo, entonces deberá encomendarse y rezar por que le vaya bien, por lo menos para rebasar los 80 mil votos que las izquierdas juntas lograron en el 2009, algo que sin duda logrará pero que no le alcanzará para llegar.