Hablar de la educación fÃsica en las últimas cuatro décadas en Ciudad Valles, es hablar del profe Robbins, quien se ha convertido en un Ãcono en el entrenamiento deportivo en el municipio, y quien es todo un personaje no nacido en esta localidad, pero que se dice orgulloso originario de la misma, pues prácticamente toda su vida la ha hecho aquÃ.
Enrique Covarrubias Robbins nació en Xicoténcatl, Tamaulipas el 3 de agosto de 1957, pero dice tener poca memoria de allá, porque rápidamente su familia emigró a Estación Manuel, ahà duraron 5 años y ya de 6 años llegó a Ciudad Valles, âentonces ya es toda una vida, ya cuando me preguntan de dónde soy, pues les digo que de Ciudad Valles, ya de Tamaulipas nada que ver, yo soy de aquà de Ciudad Vallesâ.
De su origen y el segundo apellido con el que es ampliamente conocido en la región, explica que su mamá es de origen norteamericano, su abuelo era del estado de Oklahoma, era cherokee y su abuela era cheyenne, ambos también con ascendencia afroamericana, y fueron precisamente sus abuelos los que vinieron a México, a Estación Manuel. âA mi abuelo le gustaba la agricultura y por ahà anteriormente se sembraba y cosechaba mucho el algodón, el sorgo y otras cosas, y mi abuelo tenÃa dos ranchos muy productivos referentes al algodónâ, recuerda.
Retomando su llegada a Ciudad Valles, comenta que se instalaron en la colonia Plan de Ayala, frente al ingenio, a donde su papá llegó a trabajar, ya en la operación de la factorÃa, como miembro de una cuadrilla de sanidad, que eran como intendentes.
Refiere que fueron nueve hermanos, ahora son ocho porque desafortunadamente una hermana ya falleció, y él era el séptimo.
De su infancia, considera que fue muy agradable, porque a pesar de ser tantos hermanos, su papá supo canalizarnos y su mamá supo guiarlos bien, ây bueno, ¿si sufriste, que si esto?, yo no recuerdo haber sufrido, asà como algunos comentan que, en su niñez, las deficiencias todos las tuvimos, porque era una familia numerosa, pero mi papá fue una persona muy luchona, trabajadora, emprendedora, respetuosa, y bueno una infancia muy agradable, gracias a Diosâ.
âMi primaria la hice, le digo a mis amigos, en la HH Escuela Daniel Delgadillo en la colonia Estación, ya ves que siempre dicen heroica, y en broma les digo doble h, con muy buenos recuerdos de la maestra Isidra, del maestro Blas, me supongo que pues ya no viven verdad, pero muy buenos recuerdos de varios maestros que sà enseñaban bien, fue parte de mi formación con mucha disciplina, con mucha entrega, eran unos maestros muy agradables, muy entregados a su profesión, no digo que no habÃa antes, pero al menos yo te hablo de los que a mà me tocaronâ, expresa.
Después, como tenÃa una hermana que trabajaba en Ciudad Victoria, en el Banco Ejidal, se lo llevó para allá y estudió en la Escuela Secundaria Técnica, Industrial y Comercial No. 30 âÃlvaro Obregónâ, de la cual también tiene muy buenos recuerdos, sobre todo âde mi profesor de educación fÃsica Cecilio, ahà empezó la formación, ahà ese profe pues ahora sà que nos traÃa para todos lados jugando, ya desde chiquitos jugábamos beisbol, baloncesto, futbol, de todo jugábamos con este profesorâ.
Regresó a Ciudad Valles en donde estudió la preparatoria y posteriormente se fue a la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea, especÃficamente a la Escuela Militar de Educación FÃsica y Deportes en 1976-1979, en la Ciudad de México.
Es en esta etapa en donde se decide por el deporte antes que la milicia, pero esto fue porque en la época en que estuvo estudiando habÃa una controversia, pues la carrera de educación fÃsica la puso el señor Ofarril y el secretario de la Defensa Nacional, Félix Galván López, cuando era presidente de la República, José López Portillo, pues les gustaba el pentatlón moderno, y para prepararse para un evento a nivel olÃmpico necesitaban gente que los capacitara, y como ya habÃa mucho militar en equitación y en tiro, decidieron traer gente del extranjero para que los capacitaran y fueran sus entrenadores, y ahà surgió la educación fÃsica.
Pero entró otro General a la SecretarÃa de la Defensa y dijo que no querÃa a esas personas en su área, porque la disciplina era decirle a un soldado vas a hacer cien sentadillas y las vas a hacer, porque es una orden superior, porque las órdenes no se discuten, y si se equivoca va a hacer doscientas y que no pregunte cuántas van, porque va el aumento.
De ahà surge el Instituto Nacional del Deporte, con Guillermo López Portillo, âesa época fue muy buena para todo México en lo referente al deporte, porque este señor trajo extranjeros de muy buen nivel a todos los estados, y entonces nos canalizaron y nos preguntaron ¿haber quieres ser militar o no quieres ser militar?, el problema en nuestro caso era que nosotros no tenÃamos ascensos, sólo salÃamos de subtenientes y ahà te quedabas, no tenÃas chance de ir a promocionarte para teniente, capitán, entonces nos dijeron quieres seguir en la vida civil, y bueno pocos escogieron la vida militar, yo la vida civilâ, puntualiza.
Fue entonces que ya como profesor de educación fÃsica regresa a Ciudad Valles y se integra a la plantilla de la Escuela Secundaria No. 2 âDunstano Gómez Castilloâ, y de ahà pasó al Centro de Seguridad Social del Instituto Mexicano del Seguro Social, en donde precisamente forjarÃa toda una carrera en el entrenamiento deportivo.
De sus experiencias con el trabajo con personas con discapacidad, expresa âmira cómo se pone la piel por recordar, las experiencias, bueno cuando me indican Robbins te vas a hacer cargo de la gente, anteriormente, discapacitados, hoy especiales, me quedo, no sé nada, ni cómo hacerle, tenÃamos una licenciada, MarÃa MartÃnez Cisneros, me ordena, no me dice oye quieres, a ella la recuerdo porque era una de las personas que tenÃa muchos vÃnculos con la policÃa, con todo mundo, entonces el Centro de Seguridad estaba llenÃsimo, con el Ejército, con las policÃas, con los Cobach, con todo el mundo, tenÃamos mucho que hacer nosotros ahÃâ.
âCuando me ordena te vas a hacer cargo de los discapacitados, ¿y ahora qué hago?, entonces en una ocasión que fuimos a la ciudad de San Luis me hice amigo de un discapacitado, rápidamente la hablo y le digo âoye fÃjate que me están dando esta comisión, ¿qué hago?â, lo primero que me dice es muéstrales aceptación, muéstrales buena cara, y eso fue lo que hice, y tuve unas experiencias tan bonitas con los discapacitados, con Maiky, con una niña que estaba en la Graciano Sánchez, bueno muchÃsimos niños que aprendieron a nadar conmigoâ, recuerda.
Y aunque la licenciada MarÃa MartÃnez Cisneros era ordenada, estricta y una lÃder, desde su punto de vista la mejor época que vivieron en el Centro de Seguridad Social fue con el licenciado Vicente Flores, âél era un, ahora sà que como dicen por acá, era un jefazo, no voy a demeritar a la licenciada, pero la mejor época que vivimos nosotros fue esa, con el licenciado Vicente Floresâ.
Detalla que en ese entonces era Centro de Seguridad Social y Capacitación Técnica, por eso habÃa talleres de electricidad, de corte, máquinas herramientas, y todo estaba lleno, se peleaba antes la gente por estar ahÃ, porque era un aspecto que ya en la colonia o en la casa ponÃas en práctica lo aprendido, y pues ya se ganaban una feriecita, âentonces te capacitaban, inclusive hasta te daban un diploma, donde tú podÃas demostrar que estabas capacitado para hacer eso, entonces ya ibas a tu colonia, oiga que una inyección, yo sé inyectar, porque fui al Centro de Seguridad, y era una garantÃa, era como un empleo en tu casaâ.
Pero la vida no ha sido del todo fácil para Enrique Covarrubias Robbins, pues ha habido momentos bastante difÃciles, complicados, como por ejemplo haber enfrentado y vencido al cáncer, desde luego con el apoyo de sus dos hijos y su esposa, pero sobre todo con fe, disciplina y constancia.
âYo creo que hay que enfrentar las cosas primero pues con mucha fe, con mucha fe, y después, pues todos tenemos actitud, pero algunos probablemente la tengan o la tengamos un poquito más desarrollada que otros, entonces mentalmente te preparas y le pones toda la actitud que requiere, con la probabilidad de vencer, pero también con la probabilidad de ser derrotado, afortunadamente, gracias a Dios, y lo digo asà con toda la⦠pues salà adelante, tengo muchÃsimos amigos, que eso también me ha ayudado bastante, pero la idea principal mÃa, es que fue gracias a Diosâ, concluye.
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