Jueves, 18 de Abril de 2024
CIUDAD VALLES, S.L.P.
DIRECTOR GENERAL.
SAMUEL ROA BOTELLO
Semana del 11 de Marzo al 17 de Marzo de 2023

¿Por qué el mal del mundo?

¿Por qué el mal del mundo?

Rodolfo del Ángel del Ángel



Esta es una pregunta que nos hacemos, especialmente, cuando es a nosotros que nos toca padecer ese mal. Es cuando surge la pregunta existencial, ¿Por qué, Dios mío?

Si Dios tiene el poder de evitar la tragedia, ¿por qué lo permite? ¿Por qué las guerras, la violencia, el sufrimiento, las tragedias y desigualdades del mundo?

Algunas posibles respuestas:
1.- Dios no existe, estamos solos en el mundo, somos un accidente resultado del azar. No hay respuesta al mal del mundo.
2.- Dios existe, pero no le importamos, nos creó, y luego nos dejó librados a nuestra suerte. Somos lo que decidimos ser, y lo que no está en nuestro control solo lo podemos padecer.
3.- Dios existe, pero, aunque tiene buenas intenciones y no desea nuestro mal no tiene el poder de intervenir para cambiar las circunstancias.
4.- Dios existe y es no solo amoroso, sino todopoderoso y está llevando a cabo un propósito que, aunque no entendamos del todo lo está encaminando a buen final.

1.- ¿Es Dios responsable del mal del mundo?
Sin duda, mucho de la tragedia que ocurre es directamente responsabilidad de nuestras decisiones: la violencia que produce muerte, las guerras, la devastación del medio ambiente con sus consecuencias, la ambición desmedida que produce desigualdad, la cultura de muerte que nos rodea. Fuimos creados como seres libres, pero también responsables. Hay una realidad de la que nacen todas estas tragedias y males y se llama pecado. Este quiebre fundamental en el corazón humano que nos llevó a revelarnos contra Dios y volvernos a nuestro prójimo. Jesús dice que del interior de la persona surge todo lo malo. ¿No es, entonces, absurdo y signo de nuestra humana soberbia culpar a Dios por el mal que nosotros producimos? Más bien, somo responsables ante Él. ¿Qué has hecho de tú hermano?

2.- Pero ¿qué de aquellas realidades trágicas de las que no somos responsables?
El enfermar, padecer, sufrir y morir. Pensamos en las victimas del genocidio, de la guerra, de experimentos fallidos, de personas inocente a las que se les arrebató la vida, de las víctimas de desastres naturales que ocurrieron inesperadamente, de las pandemias que diezman miles de vidas. Es difícil trazar una línea entre nuestras responsabilidad directa o indirecta y el padecer lo que no pudo ser evitado en el que la responsabilidad no es atribuible a nadie. Esta es la fragilidad de la condición humana, somos seres vulnerables, expuestos a la debilidad y la muerte desde la caída. Hablamos de sufrimiento no merecido. En todo eso tenemos una tarea: prevenir, hacer avanzar la ciencia, cuidar, solidarizarnos. ¿Pero, acaso un Dios bueno, no puede evitar todo eso?

3.- ¿Está realmente Dios interesado en nosotros?
La Biblia nos enseña que fuimos creados por Dios a su imagen y semejanza, somos especiales entro de la creación, y aún se nos encargó el cuidado de la creación y el desarrollo de la cultura. A pesar de la caída Dios no abandonó a su criatura, sin que estableció un plan de rescate que se llevaría a cabo a lo largo de la historia. Cuando Dios se humana, se coloca de nuestro lado. Su encarnación no fue una simulación, sino un meterse en nuestra humana condición para padecer por nosotros. Esto es un signo de su amor que no deja de procurarnos, y un signo de su justicia que buscó satisfacción a nuestra desobediencia. La cruz es la respuesta en el que toda la tragedia, muerte y debilidad humana se revela, y a la vez la fuerza de su salvación que decide vencer a las fuerzas de la muerte para traer vida. Hubo un solo justo en este mundo y eligió el sufrimiento por nosotros, para asegurarse de que la tragedia nunca será los último.

Dios no solo nos ama, sino que se ha vuelto a nosotros y la cruz es la respuesta a nuestras interrogantes acerca de la tragedia y el mal del mundo. ¿No podía haberse ahorrado es proceso y haber creado a una criatura más obediente y menos frágil? ¿Qué sentido tendría la humanidad sin la libre elección? Dios se corrió el riesgo y previno las consecuencias. ¿Podemos ser nosotros una presencia esperanzadora y solidaria en medio de la tragedia y el mal del mundo? Porque cuando no preguntamos dónde está Dios, Dios nos responde diciendo: ¿Dónde está tu hermano?

 


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