Semana del 29 de Noviembre al 05 de Diciembre de 2024

La Importancia de la Hidratación Durante el Ejercicio

La Importancia de la Hidratación Durante el Ejercicio

Anabel Fernández/Coach

El agua es vida, y su consumo adecuado se convierte en un pilar fundamental para el bienestar general y el rendimiento físico. Aunque muchos ya conocen los beneficios de beber agua durante el día, es crucial entender cómo optimizar la hidratación en el contexto de la actividad física. Hoy, como coach de bienestar, quiero compartir contigo algunas recomendaciones prácticas basadas en la guía Alimentación, Nutrición e Hidratación en el Deporte del Consejo Superior de Deportes de España, además de consejos personales para cuidar tu cuerpo mientras te mantienes activo.

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE HIDRATARSE DURANTE EL EJERCICIO?
El cuerpo pierde agua constantemente a través de la respiración, la transpiración y la eliminación de desechos. Sin embargo, al realizar ejercicio, esta pérdida se incrementa significativamente. Una hidratación adecuada ayuda a:

• Regular la temperatura corporal.
• Reducir la percepción del esfuerzo físico.
• Prevenir la deshidratación, que puede causar fatiga, calambres y disminución del rendimiento.

¿CUÁNTA AGUA DEBES BEBER?
En condiciones normales, se recomienda que un adulto consuma entre 2 y 2.5 litros de agua al día, lo que equivale a unos 8 a 10 vasos. Al realizar ejercicio, estas cantidades deben ajustarse:

Antes del ejercicio: Bebe entre 500 y 600 ml de agua aproximadamente una hora antes de comenzar. Esto asegura una hidratación óptima y previene aumentos drásticos de la temperatura corporal.

Durante el ejercicio: Es importante beber en intervalos regulares, adaptándose al tipo de actividad y su intensidad. Se sugiere ingerir pequeños tragos cada 15-20 minutos.

Después del ejercicio: Reponer lo perdido es esencial. Consume entre 500 y 600 ml más, o aumenta la cantidad si sientes sequedad en la boca o no lograste hidratarte correctamente antes y durante la actividad.

CONSEJOS PARA UNA HIDRATACIÓN INTELIGENTE
Bebe pronto y a menudo: Lleva siempre contigo una botella reutilizable. Esto facilita mantener la hidratación sin interrupciones.

Elige agua alcalina: Su pH más alto ayuda a neutralizar ácidos en el cuerpo, promoviendo una hidratación más efectiva.

Prefiere tragos pequeños: Evita el famoso dolor de caballo (dolor abdominal transitorio) al beber demasiada agua rápidamente mientras haces ejercicio.

Evita el agua fría: Aunque puede parecer más refrescante, el cuerpo necesita calentarla antes de procesarla, gastando energía que podría utilizarse para tu entrenamiento. Opta por agua a temperatura ambiente.

MÁS QUE AGUA: EQUILIBRIO Y SALUD
Durante el ejercicio, el cuerpo no solo pierde agua, sino también electrolitos y glucosa. Es fundamental reponer estos elementos de forma gradual y equilibrada, evitando bebidas azucaradas en exceso. Complementar con alimentos ricos en minerales y carbohidratos saludables puede marcar la diferencia en tu recuperación.

PON TU SALUD PRIMERO
Tu cuerpo es tu aliado más importante. Dale el cuidado que merece con una hidratación consciente, adaptada a tus necesidades y actividades. Recuerda: mantener un equilibrio adecuado no solo mejora tu rendimiento físico, sino que también fortalece tu bienestar general.

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