Mariel Sánchez
Con la moral baja, al igual que sus defensas y en la soledad de su hogar, uno de los primeros pacientes supera la enfermedad.
Lo llamaremos Ernesto, tiene 41 años, vive solo y es uno de los más de 8 mil pacientes confirmados con coronavirus en México, ha permanecido aislado en su hogar desde los primeros dÃas de marzo, tras un viaje que hizo acompañado de tres amigos al extranjero; solo uno no resultó contagiado.
Es uno de los primeros contagiados con transmisión importada, desde el mes de marzo en SLP, en donde al 20 de abril se acumulan 69 casos confirmandos y varios más permanecen en estudio; la mayorÃa en la capital.
Ernesto viajó a la ciudad de Nueva York a finales de febrero, principios de marzo, donde pasó varios dÃas vacacionando con tres amigos, en los que realizó un sinfÃn de actividades culturales, compras y diversión, justo cuando comenzaba a tener auge el Covid-19 en el continente Americano; la crisis se vivÃa principalmente en Asia.
El paÃs vecino, Estados Unidos de América al dÃa de hoy contabiliza más de 700 mil pacientes confirmados de coronavirus; han fallecido alrededor de 36 mil personas por su causa, ya que el virus tiene una letalidad del 5.13 por ciento, de acuerdo a datos emitidos por autoridades de salud. Tan solo en Nueva York, hay más de 216 mil infectados.
EL REGRESO A SLP
DÃas antes de la primera quincena de marzo, Ernesto y sus amigos regresaron a San Luis PotosÃ, México; no hubo mayor problema, todo transcurrió de manera normal.
Una semana después, el temor de sus familiares, por todo lo que se decÃa en las noticias lo obligaron a buscar a llamar a la LÃNEA 800 COVID-19, querÃan saber a ciencia cierta si durante su estancia en Nueva York podrÃa haber adquirido el virus.
En la lÃnea la operadora le hizo una serie de cuestionamientos, principalmente si habÃa presentado fiebre, tos, si le dolÃa el pecho, pero él no tenia ningún sÃntoma... hasta entonces; la persona detrás de la lÃnea le dijo que al parecer estaba sano, pero que era mejor que se mantuviera aislado "solo una medida de prevención", le expusieron.
Al cabo de dos dÃas, un amigo le llamó, era uno de los tres con los que habÃa vacacionado en el extranjero.
"Me dijo vÃa telefónica 'está confirmado, tengo Coronavirus wey, Angy también (nombre ficticio), chécate, no vaya a ser', me preocupé, le llamé a la otra persona y nos pusimos de acuerdo para hablar a la lÃnea Covid-19, harÃamos lo que dicen las redes sociales, exagerar, no habÃa otra manera", sostuvo.
Ernesto dice que no se sentÃa mal, ni siquiera una sudoración, pero era necesario saber si su vida corrÃa riesgos, 'mentir es más fácil que morir' dice.
"Asà que llamé de nuevo, pero esta vez les dije que me sentÃa muy mal, que me dolÃa el pecho, tosÃa mientras hablaba al teléfono, yo ya me habÃa documentado sobre los sÃntomas para no errar", dice lamentando tener que recurrir a la mentira con tal de salvar su vida, si es que resultara positivo.
Finalmente lo citaron, se hizo la prueba en un laboratorio oficial, de los aprobados por la SecretarÃa de Salud, pues en esos dÃas, aún no estaba autorizado el de la Universidad Autónoma de San Luis PotosÃ, ni los particulares.
POSITIVO
"Los resultados fueron positivos, pero no habÃa sÃntomas en realidad, insistieron en el aislamiento total, asà que inicié con la recomendación voluntariamente a fuerza, como dicen, y lo comuniqué a mi familia, afortunadamente, vivo solo, no hubo mayor complicación ni poner en riesgo a mis seres queridos, pero tenÃa que comer, sin pedÃrselo se ofrecieron a llevarme comida, pero siempre, evitando el contacto", señala.
Ernesto dice que al principio fue fácil, notificó a la empresa para la que laboraba, Netflix fue su mejor aliado.
Pero al pasar los dÃas, los vecinos se percataron que iban a dejarle comida sin que Ernesto les abriera; en tanto, la voz se corrió en su centro de trabajo, algunos le deseaban vÃa telefónica o mensajes de WhatsApp que se mejorara pronto, incluso que orarÃan por el, por su salud, la que ahora sà comenzaba a resentir los sÃntomas, dolor de pecho, tos, fiebre, fatiga corporal, la neumonÃa habÃa llegado.
DISCRIMINACIÃN Y BURLAS, LOS SÃNTOMAS SOCIALES
Con los sÃntomas de la enfermedad, también llegaron los de la pudrición humana, la discriminación y las burlas.
"Las burlas son lo de menos, venÃan de mis amigos, estoy consciente de que era humor negro, pero me dolÃa el alma, son mis amigos, yo estaba solo, pero no vino sola, la discriminación también llegó, por parte de mis vecinos y de compañeros del trabajo. Los vecinos querÃan echarme de mi propia casa, que me fuera a aislar a otro lugar, decÃan que los ponÃa en riesgo. cuando yo cuidaba de las medidas sanitarias recomendada, para poder cuidar de mi, no era una opción, tenÃa que mantener sanitizar mi casa para mejorar, en el trabajo buscaban que me despidieran, sigo aislado y se mantienen con miedo a mi regreso", menciona.
Mientras pasaba dÃa a dÃa en aislamiento en su hogar, que fue recetado por los especialistas, estos le llamaban diariamente para saber cómo se encontraba, no ha habido jamás una visita personal, pero tampoco hubo ningún tipo de medicamento "me ha tocado aguantar la enfermedad como en la revolución, como los meros machos y la automedicación está prohibida, puede ser peligroso", cuenta con una sonrisa nerviosa, dándose ánimos.
ES AQUÃ CUANDO VALORAS A LA FAMILIA
Dice Ernesto que quizá el ser un hombre que durante toda su vida ha practicado deporte, lo que cree lo ha ayudado para que su propio cuerpo combata la enfermedad, aunque muchas veces decayó, lo más doloroso ha sido cuando en múltiples ocasiones siente que su alma se quiebra por estar solo, sin nadie que lo cuide, que lo ayude y mime.
24 DE MARZO
El 24 de marzo, los sÃntomas comienzan a bajar la intensidad, relata Ernesto.
"Amanecà el 24 y ya no sentÃa ardor en la garganta, ese fue el primer sÃntoma de mi mejorÃa, supe que pronto me recuperarÃa, aunque del aislamiento ni pensarlo, habÃa que seguir encerrado en casa a piedra y lodo", manifestó.
YA NI ME HABLAN
Poco antes de que el mes de marzo finalizara, Ernesto dejó de recibir las llamadas que durante 15 dÃas fueron diarias.
"Me dejaron de hablar los de salud, pero antes de que cesaran sus llamadas me dijeron que solamente ellos podÃan atenderme, supongo que en esos primeros dÃas de coronavirus en SLP no habÃa gente capacitada para tratar, asà que evitaban que tuviera contacto con doctores que pudieran no estar preparados para esta enfermedad, al dÃa de hoy, creo que, lamentablemente las circunstancias han obligado a todos los especialistas médicos y auxiliares a capacitarse", menciona.
ERNESTO SUPONE EL FIN
"Durante los últimos dÃas he mejorado, creo que mi caso fue de los no graves, pero fue difÃcil y doloroso, por la enfermedad y la soledad en la que uno tiene que curarse, pero el aislamiento sigue, es lo que me dijeron cuando volvieron a llamar para preguntarme mi estado de salud, pero hasta que pase la cuarentena en su totalidad, me revisarán", agregó.
Al preguntarle dónde cree que pudo haber enfermado, Ernesto dice que lo más probable es que haya sido en el aeropuerto, durante el vuelo que tomó para regresar a México.
"No importa dónde enfermé, el punto es que aún lo estoy, por lo menos hasta que clÃnicamente me digan que estoy sano, curado completamente, y que me digan que puedo recuperar mà vida con normalidad, aunque por las condiciones actuales, hay que tener más cuidado, para no exponerse otra vez a un contagio, ahora en San Luis PotosÃ".
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