Semana del 18 de Septiembre al 24 de Septiembre de 2020

Don Brígido Medina "Dándole filo a la vida"

Don Brígido Medina "Dándole filo a la vida"

Verónica Galván

Lleva 35 años en el oficio de afilar cuchillos, machetes y hasta tijeras, en el centro y algunas colonias

Después de 35 años de trabajo, don Brígido Medina sigue dándole "filo a la vida", pues a pesar de esta pandemia de Covid-19 no ha dejado de laborar, ya que la situación económica anda muy mal.

Su oficio como afilador de cuchillos, machetes y hasta tijeras, le ha permitido subsistir y sacar a su familia adelante; darles estudio a sus hijos y mantener los gastos de su hogar.

Vive en la colonia Real Campestre de Ciudad Valles, desde donde sale diariamente para ofrecer afilar los cuchillos de las fondas de la zona de mercados y de otros negocios cercanos.

También va a algunas colonias donde hay poquito trabajo, porque las amas de casa están en la misma situación, padeciendo la falta de dinero, pero donde sí hay más demanda de su labor es en la zona centro.

Carniceros, taqueros y vendedores de comida son sus mayores clientes, así como algunas amas de casa que son clientes que ha conservado por años, incluso hay quienes tienen cuchillos y machetes que hasta ya identifica, porque por mucho tiempo les ha sacado filo.

Don Brígido recorre las calles con su aparato para afilar, lo carga en ratos y lo transporta en el autobús, los choferes ya lo conocen y en ratos lo arrastra, porque trae una llanta de bicicleta para rodarlo, y hace que se deslice más rápido a donde va, como los tradicionales aparatos para quienes se dedican a este oficio.

Aunque hay máquinas que han suplido este oficio, para don Brígido es un gusto salir a diario a trabajar, buscando el pan de cada día, y hay personas a las que no les gusta que nadie toque sus utensilios de cocina, y se esperan a sacarles filo hasta que lo ven pasar.

La situación económica es difícil y en su caso no recibe ningún apoyo de programas de gobierno, tampoco es jubilado o pensionado, de modo que sólo con lo que saca a diario es el recurso con el que sobrevive.

El afilador vive con su esposa y tiene hijos, pero ellos trabajan y se hacen responsables de sus gastos, la única de la que él se hace responsable es precisamente su compañera de vida.

Comentó que sus clientes lo pueden buscar en la zona centro, a donde llega todos los días entre las 10 y 11 de la mañana, y se coloca frente a la Parroquia Santiago Apóstol para trabajar.

"Me quedo aquí, para que no se me arrime el diablo", finalizó riendo.

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