Para el pastor de la Iglesia Presbiteriana, Rodolfo del Ãngel del Ãngel "es una bendición llegar a 35 años de ministerio, son muchas experiencias vividas, y es un gran gozo ser un siervo de Dios, un mensajero de la palabra de fe y esperanza con todas las personas, que es justamente lo que todo el tiempo necesitamos y más en estos tiempos difÃciles; estoy sumamente agradecido con Dios, con mi familia, con la iglesia y con todas las personas, buenos amigos y amigas que a lo largo del tiempo he conocido, con quienes he convivido y he compartido también la fe".
Sobre el llamado de Dios, recuerda "estaba estudiando el bachillerato, soy hijo de pastor, nacà en un ambiente cristiano y puedo decir que las experiencias que mi padre vivió y ha vivido, gracias a Dios todavÃa lo tengo, son diversas y algunas no muy gratas, porque en esos tiempos habÃa muchas carencias y necesidades".
"Comencé a luchar desde la secundaria con esta decisión, ya desde años antes, siendo todavÃa un niño, cada vez que leÃa una historia de esperanza, de conversión de alguien a la fe, y cómo la fe en Cristo transformaba las vidas, eso me producÃa un gran impacto y estaba allà esa inquietud, yo quisiera ser un mensajero de esta palabra de esperanza para tantas gentes que lo necesitan, y estuve luchando mucho con esta idea a lo largo de la secundaria, del bachillerato", expresa.
"Pero, ¿quién puede luchar con Dios?, él venció todos los temores, las preocupaciones y de tal manera que hubo un intenso deseo, el profeta JeremÃas lo describÃa como un fuego intenso que calaba hasta lo más profundo y finalmente dije -Señor si mi vida puede ser de bendición y tú me puedes usar, a pesar de todas mis debilidades y miedos para ser de bendición a otros, pues aquà está mi vida-", relata.
"Y entonces por allá en el cuarto o quinto semestre del bachillerato tomé esta decisión en firme, y en su momento la comuniqué a mis padres, mi mamá se preocupó mucho y me dijo que estaba asustada por esta decisión que estaba tomando, sin embargo, yo tenÃa ya una convicción, porque no es algo que hubiera surgido espontáneamente fue todo un proceso, y finalmente respondà a este llamado y fui a formarme, a prepararme para ser pastor al seminario presbiteriano", comenta.
Rodolfo del Ãngel considera que "realmente es un verdadero privilegio, porque uno sólo está como una especie de invitado y testigo de la vida con todas sus experiencias, estar al lado de la gente en sus momentos de mayor alegrÃa, una boda, bautizo, alguna celebración especial, un aniversario, pero también estar al lado de las personas cuando pasan por un intenso sufrimiento, acompañar a una persona en los últimos momentos de vida, acompañar a las familias en el proceso de duelo".
"Es como estar frente a un escenario donde toda la vida con sus experiencias alegres y dolorosas se manifiestan, y estar allà para tratar de compartir la palabra, para hacer presente la fe, para decir que Dios está en cada circunstancia alegre o difÃcil, es un verdadero privilegio", afirma.
"Entrar en la vida Ãntima del corazón, en el sentimiento, en la fe de las personas, de las familias, esto es un enorme privilegio y hay tantas anécdotas e historias que he ido coleccionando a lo largo de los años, por otra parte es muy importante decir que uno es solamente un siervo, y en este sentido el trabajo uno no lo hace solo, en primer lugar depender de la gracia del poder de Dios, porque sin su ayuda divina nada somos, nada podemos hacer y siempre he estado convencido, esta es una convicción que me ha acompañado a lo largo de la vida, que cuando Dios nos llama a una tarea él nos da la posibilidad, la capacidad de hacerlo con su gracia", asevera.
Y agrega "como escribÃa el apóstol Pablo -por la gracia de Dios soy lo que soy y sin esa gracia yo no podrÃa ser nada, ni hacer nada-, pero también a lo largo del tiempo estar acompañados por otras personas que comparten las responsabilidades del ministerio, que aman al Señor, que aman a la gente, que están dispuestos a servir con las capacidades y dones que Dios les ha concedido, pues esto ha sido una bendición, porque nunca he hecho el trabajo solo".
"Creo que una de las más grandes bendiciones que hay en el ministerio pastoral es tener muchos amigos, estar cerca del corazón de la gente y esto ha sido una verdadera bendición, yo he sido enormemente recompensado en términos espirituales, en términos de afecto, de bendiciones a través de estos 35 años de ministerio", admite.
En cuanto a los efectos de la pandemia del Covid-19 en la gente, del Ãngel del Ãngel pide que "no perdamos la fe, es muy importante darnos cuenta que aún de las circunstancias adversas o de las cosas malas podemos obtener cosas buenas, por una parte mi experiencia ha sido en estos dÃas que he podido estar en mayor contacto con las personas, y me he dado cuenta que han aprendido a preocuparse unas por otras, a comunicarse a compartir, a alentarse, a animarse en la fe, y no podemos dejarnos derrotar por la desesperanza".
"Indudablemente que más allá de nuestras fuerzas o nuestras debilidades está el poder y la presencia de Dios en nuestras vidas, y esto es lo que hace la diferencia, Dios nos fortalece, nos bendice, nos guÃa, también nos da sabidurÃa para poder encontrar alternativas para enfrentar esta circunstancia, y en este sentido también el hecho de experimentar nuestra debilidad, que como seres humanos tenemos limitaciones, y darnos cuenta que necesitamos de Dios, esto es algo extraordinario porque entonces volvemos nuestra mirada él, y él ha prometido siempre escuchar la oración del que le busca de corazón, él dice -no te dejaré ni te desampararé-", afirma.
"Cuando estamos desesperados y no tenemos más recursos es cuando la gracia y el poder de Dios se manifiestan, nos levanta, nos fortalece, nos abren caminos, nos da nuevas alternativas y sobre todo descubrimos que tenemos una gran necesidad de Dios y creo, y he experimentado, que quien a Dios tiene, nada le falta, puedo decir que el Señor es mi pastor, nada me faltará y cuando digo "nada me faltará", no quiere decir que no pasaré por carencias, quiere decir que él nunca me falta, que él está conmigo siempre y me fortalece, tener esta convicción y compartirla nos da un nuevo sentido de comunidad y cuando vivimos el sentido de comunidad entonces somos fuertes y podemos confiar, esperar juntos en Dios y luchar juntos también", agrega.
Sobre los 35 años de ministerio destaca "he sido bendecido de muchas maneras, pero una de esas bendiciones es tener muchos amigos y saber que la comunidad que tengo, el privilegio por la gracia Dios de pastorear, está mucho más allá del lÃmite de la congregación que regularmente asistimos, para mà todas las ciudades, un templo y cada familia es una oveja, es una familia de Dios que hay que amar, atender y servir y compartir con ellos, y siempre he creÃdo que vale más tener amigos que tener dinero, es una de las grandes lecciones que a lo largo del tiempo he experimentado".
"Que el Señor les bendiga y les guarde, y que en este tiempo mantengamos la fe y nuestra mirada puesta en el Señor Jesús, que es el autor y el consumador de nuestra fe. No perdamos la esperanza, juntos construimos la esperanza, y juntos podemos cuidarnos unos a otros, seamos responsables, cuidemos de nuestra salud y de la salud de todos los demás, y con la gracia de Dios y la colaboración, participación comprometida de todos, vamos a superar esto", dijo finalmente..
Trayectoria académica y ministerial del Dr. Rodolfo del Ãngel del Ãngel
Academia
Lic. En TeologÃa â Seminario "Eben-Ezer" de la Iglesia Presbiteriana Asociada Reformada de México
Profr. de Música â Escuela Superior de Música de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT)
Diplomado en Derecho Ambiental, Rural y de los Pueblos IndÃgenas â Universidad Autónoma Metropolitana, Azcapotzalco, Universidad de Chapingo y Universidad Autónoma de San Luis PotosÃ.
MaestrÃa en TeologÃa â Seminario Teológico Presbiteriano de México.
Máster en Estudios Teológicos (MTS) McCormick Theological Seminary (Chicago, Ill.)
MaestrÃa en TeologÃa â Edinburg Theological Seminary (Edinburg, Tx.)
Doctor en TeologÃa â Edinburg Theological Seminary (Endinburg, Tx.)
Ministerio
Pastor de la IPAR Filadefia â Cd. Mante, Tamps. 1985-1989
Pastor de la IPAR El Divino Redentor de Cd. Valles, S.L.P. desde 1990 a presente.
Profesor en la Comunidad Reformada de Estudios Superiores (CRES) Seminario de la IPAR de México.
Presidente del Consejo Académico de CRES
He ocupado diversas funciones dentro de la estructura de la IPAR, entre otros: presidente del Presbiterio de San Luis PotosÃ, presidente del Presbiterio Juan Calvino, presidente del R. SÃnodo.
Servicio Público
Consejero de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de San Luis Potosà en dos perÃodos.
Presidente fundador del Centro Huasteco de Derechos Humanos
Capacitador en Derechos Humanos en Visión Mundial de México, A.C.
Miembro del Consejo Municipal del DIF en tres perÃodos consecutivos
Asesor espiritual de AVAES, Asociación Vallense de Alzheimer y Enfermedades Similares.
Presidente del Comité de Bioética Hospitalaria del Hospital General de Zona No. 6 de Cd. Valles (2011-2016) al presente vocal de este mismo comité.
Ãreas de especialización: ConsejerÃa pastoral, tanatologÃa, bióetica y ética.
Autor de dos libros publicados de manera independientes:
IngenierÃa Familiar: Como construir una familia orientada al éxito
Yo soy esa presencia
Colaborador en diversas publicaciones y periódicos.
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