Lunes, 02 de Junio de 2025
CIUDAD VALLES, S.L.P.
DIRECTOR GENERAL.
SAMUEL ROA BOTELLO
Semana del 30 de Mayo al 05 de Junio de 2025

Lo que contamina al hombre

Lo que contamina al hombre

Héctor de Luna Espinosa



Todos sabemos de la importancia de la higiene para prevenir la propagación de gérmenes y evitar enfermedades. Se nos ha bombardeado con campañas gubernamentales sobre la prevención, haciendo hincapié en la importancia de lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño, porque eso ayuda a eliminar gérmenes que pueden causar enfermedades diarreicas, respiratorias y otras afecciones. Por ejemplo, al eliminar gérmenes de las manos se reduce el riesgo de contagiarse de enfermedades y transmitirlas a otra persona. Por lo tanto, el lavado de manos es una práctica de higiene fundamental para la salud y para prevenir la propagación de enfermedades.

¿Cuándo debo lavarme las manos? Pues, antes de comer, después de ir al baño, después de tocar animales, después de sonarse la nariz o toser o estornudar, e incluso después de estar en el exterior. Lavarse las manos es una buena práctica para eliminar gérmenes y suciedad. Para poner fin a la propagación de gérmenes entre los miembros de tu familia, es importante hacer el hábito regular de que todos se laven las manos. Es especialmente importante practicarlo antes de comer y de cocinar.

Sin embargo, en la antigüedad, los fariseos y escribas lavaban las manos no tanto para evitar enfermedades, sino como parte de una tradición religiosa judía, y no por un mandato bíblico. Lo hacían antes de comer y al regresar del mercado. Para ellos, esta práctica se presentaba como un rito que aseguraba la pureza ritual antes de consumir alimentos.

En la Biblia, no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre, sino lo que sale de ella. Esto se debe a que lo que sale de la boca proviene del corazón, y del corazón salen malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos y otros actos impuros. En Mateo capítulo 15, versículo 11, Jesús declara: "No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre, sino lo que sale de la boca; eso contamina al hombre". Esta declaración se basa en la idea de que la pureza interior es más importante que la pureza externa. La pureza externa, como el lavado de manos antes de comer, no tiene el mismo impacto en la contaminación espiritual como lo que sale de la boca, que refleja los pensamientos y deseos del corazón.

Jesús criticó a los fariseos y escribas por seguir sus propias tradiciones en lugar de los mandamientos de Dios, mostrando que el lavarse las manos era una práctica religiosa, no una obligación bíblica. Jesús los acusó de hipocresía, argumentando que se preocupaban más por la pureza ritual de sus manos que por la pureza de su corazón y la ley de Dios.

Quiero terminar leyéndoles algunos pasajes registrados por Marcos en su capítulo 7, desde el versículo 1 en adelante. Dice, hablando de las tradiciones y mandamientos: "Se juntaron a Jesús los fariseos y algunos de los escribas que habían venido de Jerusalén, los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen; y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, de los jarros, de los utensilios de metal y de los lechos".

Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: "¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas?" Respondiendo él, les dijo: "Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, más su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres".

Y luego, en el versículo 14 en adelante del capítulo 7: "Y llamando así a toda la multitud, les dijo: Oídme todos y entended: Nada hay fuera del hombre que entre en él que le pueda contaminar; pero lo que sale de él, eso es lo que contamina al hombre. Si alguno tiene oídos para oír, oiga". Cuando se alejó de la multitud y entró en casa, le preguntaron sus discípulos sobre la parábola. Él les dijo: "¿También vosotros estáis así sin entendimiento? ¿No entendéis que todo lo de fuera que entra en el hombre no le puede contaminar, porque no entra en su corazón, sino en el vientre, y sale a la letrina?" Esto decía, haciendo limpios todos los alimentos. Pero decía que lo que del hombre sale, eso contamina al hombre. Porque de dentro del corazón de los hombres salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maldad, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.

En resumen, la Biblia enseña que lo que contamina al hombre son las cosas que salen de su corazón, como los pensamientos malos, las palabras y acciones impuras. Pero entonces, ¿cómo podemos ser auténticamente puros y limpios de corazón? Primero, debemos ser salvos, como nos explica Tito en el capítulo 3, versículos 5 y 6, que nos dice: "Jesús nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador". Amén.

 


emsavalles© 2006 - 2025 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos sin previa autorización.
Emsavalles Publicidad, Escontría, 216-A, Zona Centro, Ciudad Valles, S.L.P. Tel:481-382-33-27 y 481-381-72-86. emsavalles@hotmail.com. contabilidad@emsavalles.com
No. de Certificado de Reserva Otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2021-071615041800-203 04-2022-080212185100-30.