Semana del 12 de Diciembre al 18 de Diciembre de 2025

En México más vale no enfermarse

En México más vale no enfermarse

una realidad que golpea a millones

La crisis sanitaria en México dejó hace tiempo de ser una advertencia para convertirse en un hecho cotidiano. "Lo que ya todos hemos visto ahora sí que es pan de todos los días", señala la diputada local Frinné Azuara, presidenta de la Comisión de Salud en San Luis Potosí, al describir un panorama que golpea directamente a quienes menos tienen. Su diagnóstico es contundente: los hospitales públicos enfrentan una escasez crónica de medicamentos que vulnera el derecho básico a la salud.

El deterioro no es menor. Para quienes llegan a una unidad médica con la esperanza de recibir tratamiento, la respuesta suele ser la misma: no hay medicinas, no hay cirugías, no hay atención oportuna. La diputada advierte que incluso procesos quirúrgicos necesarios pueden retrasarse "2, 3, 4 hasta 6 meses", un tiempo crítico que en muchos casos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

LA DESARTICULACIÓN DE UN SISTEMA QUE FUNCIONABA
La legisladora recuerda que no siempre fue así. México llegó a operar con un abasto de medicamentos cercano al 90% y una estructura sólida para distribuirlos de forma gratuita. Sin embargo, en los últimos siete años ese andamiaje se vino abajo. "La destrucción del sistema de salud que existía" es, en sus palabras, el origen del colapso que hoy viven millones. Y añade sin titubeos: "Esta crisis nunca en la historia de México había sucedido".

Lo que antes era un sistema funcional se transformó en un terreno de carencias. Los hospitales hoy enfrentan dificultades para surtir recetas, los médicos batallan para dar seguimiento a sus pacientes y las familias deben asumir costos que antes no existían. La propia diputada reconoce con preocupación que padecimientos como la diabetes o la hipertensión están provocando un aumento en la mortalidad porque la gente dejó de tomar sus medicamentos: "No les alcanza".

PRIVATIZACIÓN FORZADA: CONSULTORIOS JUNTO A FARMACIAS
El fenómeno es evidente en todo el país. Las personas ya no acuden primero a un centro de salud; su primera opción son los consultorios junto a las farmacias. Lo que antes era un complemento, hoy es prácticamente la única vía de acceso rápido a la atención básica. "¿Sabes cómo se le llama a eso? Privatización de los servicios de salud", sentencia la diputada, quien subraya que este modelo no surgió como una innovación, sino como consecuencia del abandono gubernamental.

La creación de las llamadas "farmacitas", como ella las describe, ha sido la cereza amarga de este proceso. "Estos puestecitos de tacos o de hamburguesas que hoy son medicamentos... es una burla", declara. Su indignación crece cuando recuerda la promesa de un sistema de salud "como el de Dinamarca", algo que califica como una narrativa rota frente a la realidad.

EL RETROCESO EN VACUNACIÓN Y EL REGRESO DE ENFERMEDADES ERRADICADAS
Una de las situaciones más alarmantes es el retroceso en la cobertura de vacunación. México llegó a tener esquemas por arriba del 94 y 95%, lo que permitía controlar enfermedades como sarampión, poliomielitis o tos ferina. "Éramos campeones", recalca Azuara, recordando cómo el país ocupaba el primer lugar en América Latina en protección infantil. Sin embargo, esa época quedó atrás.

"Muertes de niños por sarampión... eso es cruel, es deleznable", advierte al lamentar que enfermedades erradicadas hayan regresado por falta de campañas preventivas y presupuestos recortados. La desaparición de brigadas de vacunación en colonias, zonas rurales y comunidades indígenas ha dejado a miles de menores expuestos a riesgos que parecían cosa del pasado.

UNA CRISIS QUE TAMBIÉN AFECTA AL CAMPO
La legisladora añade otro factor que agrava esta realidad: la falta de vigilancia sanitaria en el sector agropecuario. El debilitamiento de instituciones como Senasica permitió la entrada al país del gusano barrenador, afectando ganado y ahora también a personas. Los recortes presupuestales no solo han debilitado la capacidad de respuesta en salud, sino que han puesto en riesgo la economía rural. "Tanto se ha abandonado el campo", lamenta, señalando que decisiones equivocadas han derivado incluso en protestas de ganaderos y productores que ya no pueden enfrentar los daños y enfermedades que afectan su actividad.

SEGURIDAD Y DESAPARICIONES: UNA CRISIS QUE SE ENTRETEJE
La crisis sanitaria no está aislada. La diputada vincula este deterioro con otro fenómeno igual de doloroso: la violencia. La falta de recursos también alcanzó al rubro de seguridad, dejando a estados y municipios sin herramientas. "Ahí tienes otra crisis social importante", afirma. Menciona los recientes bloqueos y protestas de transportistas y ganaderos, así como el drama de las Madres Buscadoras. "Más de 200 mil homicidios, más de 50 mil desaparecidos", enumera. "Este gobierno nunca les prestó atención".

La palabra genocidio surge en la conversación. Ella señala que quien encabezó el país durante la pandemia "tiene que rendirle cuentas a México". La omisión, asegura, dejó heridas profundas que todavía no sanan.

LOS RETOS DE LA NUEVA ADMINISTRACIÓN
Para la diputada, el actual gobierno federal enfrenta una realidad devastadora heredada por su antecesor. "La presidenta está sufriendo las consecuencias del mal gobierno", afirma. Sin embargo, reconoce esfuerzos iniciales, especialmente en materia de seguridad, que considera diferentes a la estrategia pasada. El desafío, dice, es monumental: recomponer lo destruido.

RENDICIÓN DE CUENTAS Y COMPROMISO LOCAL
Mientras tanto, en el terreno local, la legisladora afirma que continúa trabajando y rindiendo cuentas. Con un informe próximo en Axtla, insiste en mostrar resultados concretos: "Les voy a demostrar con hechos el por qué acepté ser legisladora".

La crisis de salud en México no es una estadística abstracta. Es una realidad que se siente en la economía familiar, en los consultorios improvisados y en los hospitales saturados. Es la historia de millones que hoy dependen más de la suerte que del Estado para sobrevivir. Y es también la voz de quienes, como Frinné Azuara, exigen que alguien se haga cargo de un país que parece vivir entre el colapso y la esperanza de recomponer lo perdido.

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