Héctor de Luna Espinosa
En el Nuevo Testamento, los creyentes nunca se refieren a sí mismos como cristianos. En su lugar, utilizan términos como hermanos, discípulos y santos. Antes de su conversión, Saulo de Tarso buscaba a los que pertenecían al Camino, dando a entender que una descripción de los primeros cristianos podría haber sido gente del Camino.
Los creyentes en Cristo llegaron a llamarse cristianos durante una época de rápida expansión de la iglesia. La persecución había obligado a muchos creyentes a abandonar Jerusalén, y se dispersaron por diversas zonas llevando consigo el evangelio. Al principio, la evangelización se limitó a las poblaciones judías. Esto cambió cuando unos varones de Chipre y de Cirene, al entrar en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. La mano del Señor estaba con ellos, y un gran número creyó y se convirtió al Señor.
Bernabé estaba en Antioquía junto al recién convertido Saulo, y ambos enseñaban en la iglesia. En Hechos 11:26 se nos dice que "a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía".
En aquella época, era habitual que los griegos pusieran apodos burlones a determinados grupos. Por ejemplo, los leales al general romano Pompeyo eran apodados pompeyanos, y los seguidores del general Sila eran llamados silanos. De manera similar, quienes alababan públicamente con entusiasmo al emperador Nerón Augusto recibieron el nombre de augustinos, que significa del partido de Augusto. Para los griegos, todo era un divertido juego de palabras y un gesto de desprecio verbal.
Luego surgió un nuevo grupo en Antioquía, caracterizado por un comportamiento y un discurso centrados en Cristo. Por ello, los griegos los llamaron cristianos, es decir, los del partido de Cristo.
En el libro de los Hechos, vemos que los judíos incrédulos se refieren a los cristianos como la secta de los nazarenos, ya que Nazaret era una ciudad de baja reputación para la mayoría de los israelitas. Tanto la Biblia como la historia sugieren que el término cristiano fue probablemente un insulto burlón cuando se acuñó por primera vez. De hecho, Pedro dice a sus lectores que no se avergüencen si los llaman de esa manera.
Asimismo, cuando Herodes Agripa rechaza el llamamiento de Pablo para que se salve, le dice: "Por poco me persuades a ser cristiano", probablemente jugando con la reputación negativa de ese término. ¿Por qué habría de someterse él, un rey, a la indignidad de ser llamado cristiano?
Y tú, ¿te consideras cristiano o te avergüenzas de serlo? Piensa en lo que Jesús nos dijo en Mateo 10:32-33:
"A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos; y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos."
¡Dios te bendiga!
emsavalles© 2006 - 2024 Todos los derechos reservados. Queda prohibida la publicación, retransmisión, edición y cualquier otro uso de los contenidos sin previa autorización.
Emsavalles Publicidad, Escontría, 216-A, Zona Centro, Ciudad Valles, S.L.P. Tel:481-382-33-27 y 481-381-72-86. emsavalles@hotmail.com. contabilidad@emsavalles.com
No. de Certificado de Reserva Otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: 04-2021-071615041800-203