Latinoamérica espera la llegada de Trump con resignación

Latinoamérica espera la llegada de Trump con resignación

Los países de Latinoamérica esperan con resignación la llegada de Trump a la Presidencia de EU, de la que no esperan nada bueno

lasillarota.com| | Martes, 17 de Enero de 2017| 09:17

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A tres días de que Donald Trump tome posesión como presidente de Estados Unidos, los países de Latinoamérica viven entre la resignación y el miedo.

Aunque Trump no se ha referido tan concretamente al resto de países de Latinoamérica, pero sus mensajes hacia México resuenan en el resto de la región, en la que en términos generales EU es el primer inversor extranjero y en la que las características y problemas en la relación con Washington son muy comunes.

La intolerancia a la emigración afecta severamente a países centroamericanos, no solo a México; el temor de que deporten a millones de ciudadanos a su país y que sean suspendidas las remesas que envían desde EU afectaría a los países.

Washington tiene suscritos tratados de libre comercio con varios países latinoamericanos y en el mejor de los casos ante la nueva coyuntura está el de Chile, cuyo Gobierno se ha limitado a señalar con resignación e indiferencia que le extrañaría que Trump lo intente cambiar o denunciar porque en la balanza comercial bilateral resulta altamente más beneficioso para Estados Unidos.

Mientras que en Argentina, el Presidente Mauricio Macri apoyó la candidatura de Hillary Clinton, la rival demócrata de Trump, pero tras su derrota mantuvo una conversación con el magnate en la que, según la Canciller argentina, Susana Malcorra, sirvió para que ambos restauraran el viejo vínculo que había entre ellos por sus negocios personales.

Con respecto al ámbito político la mayor inquietud la tiene Cuba, con la incertidumbre de lo que pueda suceder luego de que en 2015 se restaurara la relación diplomática con EU.

La restauración de esas relaciones diplomáticas fueron sólo el inicio de un proceso cuya culminación debería ser el final del embargo económico estadounidense a Cuba y que ahora ha quedado sumido en la mayor de las incertidumbres bajo la presidencia de Trump.

Colombia, quizás el mejor aliado político de Washington en Latinoamérica, corre el riesgo de ver entorpecido su proceso de paz con la guerrilla de las FARC si la Administración de Trump no se aviene a colaborar como han estado dispuestos todos sus antecesores.

En tanto, los regímenes de Venezuela y de Nicaragua, en principio, sólo pueden esperar un endurecimiento hacia ellos de la nueva Administración estadounidense.

En Nicaragua existe el temor a que Trump, con mayoría en el Congreso y el Senado, dé luz verde a llamada "Nica Act", una ley promovida en Washington con el fin de impedir los préstamos al país centroamericano hasta que en este se celebren elecciones "libres, justas y transparentes".

Finalmente, la lucha contra el narcotráfico es uno de los asuntos más espinosos, enquistados y menos aireados en la relación de Estados Unidos y Latinoamérica, como consumidor y suministrador de drogas, respectivamente, y sobre cuyas intenciones Trump ha arrojado pocas luces.

Dado el talante mostrado hasta ahora por Trump, sería una sorpresa que bajo su Administración el país optara por un camino diferente en la lucha contra el narcotráfico que el de las medidas de fuerza y las sanciones a las naciones productoras y exportadoras de droga, estrategia que hasta ahora ha fracasado y cuyo endurecimiento puede enturbiar aún más su escenario.

Con información de Reforma 

vsv